11/06/2025
En una noche helada, con copos de nieve cayendo como si el cielo estuviera llorando, Supergirl se encontraba en un aeropuerto abandonado. El lugar estaba cubierto de hielo y la luz de las farolas apenas iluminaba el entorno, creando sombras que parecían esconder secretos oscuros. A lo lejos, un helicóptero sobrevolaba lentamente, su silueta oscura destacándose contra el cielo azul-grisáceo.
Supergirl observaba fijamente al aparato, sintiendo una tensión en el aire que no podía ignorar. Su cuerpo irradiaba poder, pero también una profunda preocupación. En ese momento, algo dentro de ella le dijo que algo malo iba a pasar.
---
De repente, el helicóptero comenzó a temblar. Las luces de emergencia parpadearon, y un grito desgarrador resonó por los altavoces: "¡Mayday! ¡Mayday! ¡Estamos perdiendo potencia en el motor principal!"
Supergirl corrió hacia la pista de aterrizaje, sus botas rojas dejando huellas profundas en el hielo. El helicóptero descendía rápidamente, y ella sabía que no tenía mucho tiempo. Con un salto impresionante, alcanzó el aparato justo antes de que impactara contra el suelo. Usando sus habilidades superiores, logró detener su caída, amortiguando el impacto con su fuerza sobrehumana.
Sin embargo, el daño ya estaba hecho. El helicóptero había quedado inutilizable, y varios pasajeros estaban atrapados en el interior. Entre ellos, había niños, ancianos y personas heridas. La situación era crítica.
---
Mientras trabajaba para liberar a los pasajeros, Supergirl notó algo extraño. Uno de los ocupantes del helicóptero parecía estar actuando de manera sospechosa. Era un hombre alto, vestido con ropa negra, que intentaba escapar sin ayudar a los demás. Sus ojos brillaban con una intensidad que no correspondía a alguien en peligro.
"¿Qué está haciendo?" —se preguntó Supergirl mientras usaba sus manos para abrir la puerta trasera del helicóptero. Al hacerlo, descubrió que el hombre estaba tratando de sacar algo pesado del compartimiento de carga. Cuando lo levantó, Supergirl reconoció el objeto: era una bomba nuclear portátil.
---
El corazón de Supergirl latió con fuerza. Si esa bomba explotaba, toda la región sería devastada. Pero ¿qué debía hacer? Si intervenía, podría salvar a miles de personas, pero eso significaría enfrentarse a un enemigo desconocido y posiblemente poner en riesgo su propia vida. Además, ¿quién era este hombre? ¿Un terrorista? ¿Un agente gubernamental corrupto?
Con decisión, Supergirl saltó hacia el hombre, usando su velocidad supersónica para llegar a él antes de que pudiera activar la bomba. En un instante, ambos estaban luchando cuerpo a cuerpo. El hombre era fuerte, pero Supergirl era más rápida y poderosa. Después de un intercambio de golpes, logró derribarlo y arrebatarle la bomba.
---
Con la bomba en sus manos, Supergirl tuvo que tomar una decisión drástica. Sabía que no podía llevarla a un lugar seguro; necesitaba deshacerse de ella de inmediato. Miró al horizonte, donde el sol comenzaba a asomar sobre el horizonte nevado. Sin pensarlo dos veces, usó su fuerza para lanzar la bomba hacia el cielo, enviándola a una altura imposible para cualquier ser humano.
Luego, cerró los ojos y esperó. Un segundo después, una explosión ensordecedora retumbó en el aire, seguida de una columna de fuego que iluminó todo el paisaje. Supergirl había sacrificado su posición para proteger a los inocentes.
---
Cuando todo terminó, Supergirl caminó hacia los supervivientes, quienes la miraban con gratitud y asombro. Había salvado vidas, pero también había tomado una decisión extrema que podría haber costado la suya. Mientras volvía a casa, bajo la luz de la mañana, reflexionó sobre el precio de ser un héroe:
> *"No siempre podemos salvar a todos. Pero cuando hay que elegir entre salvar a muchos o a uno solo, la respuesta debe ser clara."*
Esa noche, Supergirl comprendió que ser un héroe no solo significa tener poderes extraordinarios, sino también la capacidad de tomar decisiones difíciles y aceptar las consecuencias, incluso si eso significa sacrificar algo valioso.
La historia de Supergirl nos recuerda que la verdadera grandeza no reside en la fuerza física, sino en la capacidad de hacer lo correcto, incluso cuando las circunstancias son extremas. Cada elección tiene un costo, pero el valor de proteger a los demás puede justificar cualquier sacrificio.