09/06/2025
En un multiverso lejano, donde las realidades se entrelazan y las posibilidades son infinitas, existe un reino de esplendor sin igual. Asgard, pero no como lo conocemos: aquí, es el nexo del poder cósmico, sus torres doradas se elevan hasta tocar la mismísima tela del universo. En su corazón se encuentra Thor, el Dios del Trueno, pero en esta realidad, su poder trasciende todo lo imaginable. Su armadura, forjada en el núcleo de una estrella agonizante, brilla con un resplandor celestial, sus placas circulares en los hombros reflejan la luz dorada como espejos divinos, y su pecho está adornado con diseños afilados que convergen en el centro, proyectando la imagen de un dios guerrero listo para la batalla. Sus ojos arden con un azul eléctrico, y su cabello, una melena dorada, parece danzar con el viento cósmico.
En su mano, empuña Mjolnir, un ma****lo imbuido con la energía de mil soles. Cada golpe resuena como el nacimiento de una estrella, y su poder es tan inmenso que puede destrozar mundos con un solo movimiento. Thor es el Guardián Celestial, venerado como un dios entre dioses, el protector supremo de todo lo que existe.
Pero la calma del multiverso se quiebra. Desde las profundidades del vacío, un torbellino de energía dorada y oscura anuncia el despertar de una amenaza ancestral: el Devorador de Universos, una entidad colosal que consume realidades enteras, dejando solo el silencio del vacío. Thor siente su presencia como un trueno en su alma y sabe que este enemigo podría aniquilar todo lo que ha jurado proteger.
Thor reúne a la Alianza Cósmica, un grupo de héroes de distintos universos: una hechicera que teje los elementos primordiales, un espadachín que corta el tejido de las dimensiones y un ser de pura energía estelar. Juntos, se preparan para enfrentar lo imposible.
La guerra estalla en los confines del espacio. Las minions del Devorador —criaturas de sombra retorcida— caen sobre ellos como una marea infinita. Thor se lanza al frente, su ma****lo destellando con relámpagos dorados.
- **¡BOOM!** Un golpe pulveriza a decenas de enemigos, las ondas de choque desgarran el espacio.
- **¡CRASH!** Gira a Mjolnir y detiene una supernova con sus manos, su armadura absorbiendo la explosión como si fuera un simple suspiro.
- **¡ZAP!** Lanza el ma****lo, que atraviesa un agujero negro y lo hace colapsar en una lluvia de partículas brillantes.
Sus aliados luchan con ferocidad, pero Thor es una fuerza imparable, un torbellino de poder que ilumina la oscuridad. Sin embargo, las minions son solo el comienzo. El verdadero desafío emerge del caos: el Devorador de Universos, una figura titánica de oscuridad pura, sus ojos ardiendo con un hambre insaciable.
—Tú no puedes detener el fin —ruge el Devorador, su voz sacudiendo las estrellas.
Thor, con Mjolnir resplandeciendo, responde:
—¡Soy la tormenta que despedaza mundos! ¡Por Asgard, por el multiverso, tu reinado termina aquí!
**El combate es titánico.** Thor carga, y el choque de sus poderes hace temblar el multiverso.
- Lanza rayos de energía estelar que queman la oscuridad, cada impacto creando nuevas galaxias en su estela.
- El Devorador contraataca con tentáculos de vacío que devoran la luz, pero Thor los corta con un giro de su ma****lo, liberando explosiones que destrozan planetas cercanos.
- En un momento de furia, canaliza el poder de una galaxia entera, su armadura brillando como un sol, y golpea al Devorador con una fuerza que rompe la realidad misma.
Pero entonces, Thor percibe algo en su enemigo: un eco de sí mismo, una chispa divina corrompida. La verdad lo golpea como un relámpago: el Devorador es una versión alterna de él, un Thor caído en la oscuridad tras sucumbir al vacío.
—Tú eres yo —dice Thor, su voz resonando con autoridad y compasión—. Pero no dejaré que esta sea tu historia.
El Devorador titubea, su forma temblando.
—Fui como tú... pero el vacío me reclamó.
—¡Entonces lo desafiaremos juntos! —exclama Thor, extendiendo su mano, que brilla con luz celestial.
En un instante de tensión, el Devorador extiende su mano oscura. Sus dedos se tocan, y una explosión de energía dorada y sombría engulle el campo de batalla, tan brillante que ilumina cada rincón del multiverso. Cuando el resplandor se disipa, solo queda Thor, transformado. Su armadura ahora fusiona la luz y la oscuridad, su poder elevado a un nivel inimaginable. Ha redimido a su yo alterno, absorbiendo su esencia y convirtiéndose en el equilibrio perfecto.
Con el multiverso a salvo, Thor asciende a un plano superior, un guardián eterno que vela por todas las realidades desde un trono de estrellas. Su leyenda se graba en el tejido del cosmos, un símbolo de poder, sacrificio y redención.