Centro Evangelístico Misionero -C.E.M -Siguiendo Sus Pisadas

Centro Evangelístico Misionero -C.E.M -Siguiendo Sus Pisadas 1.pedro.2.21

26/09/2025

Isaias 41:10

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Reflexión

Hermanos, todos conocemos lo que es el miedo. Ese n**o en la garganta, esa sensación de que no podemos seguir, esas noches en que la angustia nos roba el sueño. Vivimos en un mundo lleno de incertidumbres: problemas económicos, enfermedades, relaciones quebrantadas, decisiones que parecen demasiado grandes para nuestras fuerzas. Y es allí, justo en medio del ruido, donde la voz de Dios resuena con poder: “No temas, porque yo estoy contigo.”

Este versículo no es solo poesía bonita. Es un recordatorio real de que no estamos solos. Cuando Isaías recibió estas palabras, el pueblo atravesaba momentos difíciles, pero Dios se levantó como un Padre que sostiene, que fortalece y que no abandona. ¡Ese mismo Dios sigue siendo nuestro refugio hoy!

La angustia puede hacernos pensar que Dios se ha olvidado de nosotros, pero la verdad es la contraria: en esos momentos es cuando más cerca está. Él dice: “Yo soy tu Dios que te esfuerzo”. No dice “te dejaré solo para que luches”, dice “yo mismo te daré fuerzas”. Y esa es la diferencia entre enfrentar la vida con miedo o caminar con fe.

Querido hermano, no permitas que el miedo te paralice. No permitas que la angustia gobierne tu corazón. Recuerda que el Dios que sostiene el universo es el mismo que te sostiene a ti. Si Él tiene cuidado de cada estrella, ¡cuánto más de ti, que eres su hijo amado!

Hoy es un buen día para soltar esas cargas, respirar profundo y decidir confiar en la mano poderosa de Aquel que jamás falla.

Aplicación práctica

1)Ora cada vez que sientas miedo. En lugar de alimentar la angustia con pensamientos negativos, levanta una oración corta: “Señor, confío en ti.”

2)Recuerda las veces que Dios ya te ha sostenido. Haz memoria de testimonios en tu vida y repítelos para fortalecer tu fe.

3)Declara la Palabra de Dios. Memoriza Isaías 41:10 y repítelo en voz alta cuando la angustia intente dominarte.

4)Rodéate de fe. Habla con hermanos en la fe, escucha alabanzas o mensajes que fortalezcan tu corazón.

No importa cuán grande sea tu miedo o cuán profunda sea tu angustia, la mano de Dios es más grande que todo. No caminas solo, nunca lo has hecho ni lo harás. Permite que estas palabras de Isaías sean tu escudo en los días grises: “No temas, porque yo estoy contigo.”
Confía, respira y sigue adelante, porque Dios está de tu lado.
Ps. Arun M

25/09/2025

Juan 4:23

Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren.

Reflexión

Jesús dijo estas palabras a una mujer que estaba confundida sobre el lugar correcto para adorar: ¿en Jerusalén o en el monte? Pero el Señor le abrió los ojos con una verdad transformadora: la adoración no depende del lugar, sino del corazón.

Hoy, en pleno siglo XXI, todavía enfrentamos el mismo problema. A veces pensamos que adorar es solo cantar en la iglesia, levantar las manos durante la alabanza o repetir ciertas frases. Pero la adoración va mucho más allá. Adorar en espíritu y verdad significa que lo que hacemos por fuera refleja lo que sentimos por dentro. Es hablarle a Dios con sinceridad, sin máscaras, sin apariencias, sin buscar impresionar a nadie.

¿Sabes qué busca Dios? No busca voces perfectas ni templos hermosos. Busca corazones quebrantados, sinceros y llenos de amor. Puedes estar en un bus, en tu cuarto, en tu trabajo, y allí mismo abrir tu corazón y adorar. No necesitas música de fondo ni palabras rebuscadas. Solo necesitas ser tú, con tus luchas, tus dudas, tus lágrimas y también tu gratitud.

La verdadera adoración es vivir para Dios con transparencia. Es decidir que cada acción, cada palabra y cada decisión apunte a honrarlo. Es amarle con lo que somos, no solo con lo que decimos. Y esa clase de adoración es la que conmueve al cielo y atrae la presencia de Dios

Aplicación práctica

1)Dedica unos minutos hoy para hablar con Dios con total honestidad, sin repetir frases aprendidas, solo expresando lo que realmente sientes.

2)Evalúa si tu adoración ha sido más una costumbre que una entrega sincera. Pídele a Dios que renueve tu corazón.

3)Recuerda: adorar también es servir, perdonar, obedecer y mostrar amor en lo cotidiano. Haz algo hoy que refleje tu amor por Dios en acciones prácticas.

Dios no busca adoración de labios, busca adoración de corazones. No importa si eres nuevo en la fe, si no sabes orar con palabras bonitas o si no tienes una voz afinada para cantar. Lo que Él anhela es tu sinceridad. Adora con lo que tienes, con lo que eres, con lo que vives. Esa es la adoración que toca el corazón del Padre.
Ps Arun Mirabal

24/09/2025

Juan 20:27

Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

Reflexión

Hermano, ¿alguna vez has sentido que tu fe flaquea? ¿Que la duda se mete en tu corazón como un ladrón en la noche? Eso le pasó a Tomás. Él había caminado con Jesús, había visto milagros con sus propios ojos, pero en un momento de dolor y confusión dijo: “Si no lo veo, no lo creo.”

Y aquí está lo maravilloso de nuestro Salvador: Jesús no reprendió a Tomás con dureza, no lo dejó a un lado por sus dudas. ¡No! Jesús volvió por él. Regresó con amor, mostrando sus manos y su costado, dándole una nueva oportunidad de creer.

Hoy muchos de nosotros somos como Tomás. Dudamos de que Dios nos escucha, dudamos de que las promesas se cumplirán, dudamos porque la vida nos golpea fuerte. Pero este pasaje nos recuerda algo poderoso: Jesús siempre regresa por los suyos. Él no abandona al que está luchando con la fe, al contrario, se acerca con ternura y nos dice: “Aquí estoy, toca mis heridas, mira que soy real, confía en Mí.”

Amado hermano, quizá estás orando por una respuesta que no llega, por un milagro que parece tardar, o por un cambio en tu vida que sientes imposible. Pero el Salvador no se ha olvidado de ti. Así como buscó a Tomás en medio de su incredulidad, hoy viene a recordarte: Él sigue siendo tu esperanza y nunca dejará de buscarte hasta que tu fe vuelva a encenderse.

Aplicación práctica

1)Recuerda tus testimonios: Haz memoria de las veces que Dios respondió tus oraciones en el pasado, eso te ayudará a fortalecer tu fe.

2)Escribe tus dudas en oración: No escondas tus preguntas, preséntalas a Dios. Él prefiere tu sinceridad antes que tu silencio.

3)Rodéate de fe: Busca la compañía de hermanos en Cristo que te animen y te recuerden que Jesús sigue estando a tu lado.

4)Declara promesas: Cada día afirma en voz alta lo que Dios dice en su Palabra, aunque tus ojos no lo vean aún.

Nunca olvides que la fe no se trata de nunca dudar, sino de a quién acudimos cuando dudamos. Jesús no te deja a la deriva; Él siempre regresa por ti, para mostrarte que sigue vivo, que sigue fiel, y que sus manos aún llevan las marcas del amor que te salvó.

Hoy, abre tu corazón y escucha su voz: No seas incrédulo, sino creyente.

23/09/2025

Salmo 100: 1-3

Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

Reflexión

Hermanos, hay algo que muchas veces olvidamos en medio de nuestras rutinas: ¡la alabanza no es solo para los domingos en la iglesia, la alabanza es un estilo de vida! Este salmo nos invita a cantar, a servir, a reconocer quién es Dios, no como una obligación pesada, sino como una respuesta natural a su amor.

Piensa en esto: cuando alguien que amas hace algo hermoso por ti, ¿acaso no nace de tu corazón agradecer, sonreír o incluso cantar de alegría? Así debería ser con Dios cada día. El problema es que muchas veces dejamos que la rutina, los problemas o las quejas apaguen esa voz de gratitud. Nos levantamos pensando en lo que falta, en lo que salió mal o en lo que nos preocupa, y olvidamos que el simple hecho de abrir los ojos ya es un milagro de Dios.

La alabanza despierta algo en nuestro espíritu. Nos recuerda que no estamos solos, que tenemos un Padre que nos hizo, que nos cuida y que nos llama suyos. Cuando adoramos, nuestras cargas se hacen más livianas porque nuestra mirada se enfoca en Él y no en lo que nos pesa.

Hoy, el Espíritu Santo nos invita a despertar la alabanza en nuestros corazones. No importa si tu voz no es afinada, si tu día no ha sido fácil o si todavía hay problemas por resolver. La verdadera alabanza no depende de cómo te sientes, sino de quién es Dios. Y Él sigue siendo bueno, fiel y digno de ser exaltado.

Aplicación práctica

1)Empieza el día con gratitud: Antes de mirar tu celular o tus pendientes, toma un minuto para dar gracias a Dios por tres cosas concretas.

2)Alaba en lo simple: Pon una canción de adoración mientras trabajas, cocinas o caminas; deja que tu mente se enfoque en Dios.

3)Convierte tus quejas en oraciones: Cada vez que sientas la tentación de quejarte, cambia esas palabras por un “Gracias, Señor, porque sé que estás obrando”.

4)Sé un testimonio alegre: Muestra a otros la alegría de servir a Dios; muchas veces tu sonrisa puede ser la mejor predicación.

No permitas que el ruido de este mundo apague tu canto. La alabanza no solo transforma tu corazón, también transforma el ambiente a tu alrededor. Cada vez que levantas tu voz en gratitud, estás declarando que tu Dios es más grande que cualquier problema. Hoy, despierta la alabanza en tu vida y deja que tu corazón sea un eco de alegría para todos los que te rodean.
Ps. Arun Mirabal

22/09/2025

Romanos 8:35

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Reflexión

Hermanos, vivimos en un mundo donde las pruebas parecen no dar tregua. La enfermedad toca las puertas de muchos hogares, las cuentas no siempre alcanzan, las relaciones se desgastan y el miedo al futuro nos roba la paz. Quizás en medio de esas circunstancias hemos llegado a pensar: “¿Será que Dios me ha olvidado? ¿Será que su amor se ha ido?”

Pero la Palabra de hoy nos grita con fuerza que ¡nada nos puede separar del amor de Dios! El apóstol Pablo no escribe estas palabras desde un palacio, sino desde un lugar de sufrimiento, habiendo conocido persecución, hambre, cadenas y rechazo. Y aun así, él afirma con certeza: “El amor de Cristo es más grande que todo esto”.

Muchas veces ponemos nuestro valor en lo que tenemos o en lo que otros piensan de nosotros. Y cuando esas cosas se tambalean, sentimos que todo se derrumba. Pero, hermano, hermana, el amor de Dios no está sujeto a nuestras circunstancias. Ese amor permanece cuando todo lo demás se cae. Ese amor no se apaga con las malas noticias ni se aleja cuando fallamos.

El mundo puede arrebatarnos muchas cosas, pero nunca podrá robarnos el amor del Padre. Y si Dios está con nosotros, ¿qué fuerza podrá vencernos? Caminar bajo esta verdad nos da esperanza para enfrentar lo incierto, fortaleza en medio de las pruebas y un gozo que el mundo no puede dar ni quitar.

Aplicación práctica

1)Haz memoria de tu historia: escribe tres momentos difíciles en los que viste la mano de Dios sosteniéndote, aunque en el momento no lo entendieras.

2)Recuerda la Palabra: memoriza Romanos 8:35 y repítelo en voz alta cada vez que el miedo o la tristeza quieran robarte la paz.

3)Afirma el amor de Dios: cada mañana, mírate al espejo y di: “Soy amado por Dios, y nada podrá cambiarlo”.

No importa lo que estés enfrentando, lo que hayas perdido o lo que venga mañana: el amor de Dios sigue firme sobre tu vida. Abrázalo, vívelo y confía en que en los brazos del Padre siempre estarás seguro.
Ps. Arun M

19/09/2025

Mateo 5:5

Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Reflexión

Si pensamos en poder, el mundo lo relaciona con tener dinero, influencia, una gran posición social o la capacidad de imponerse sobre otros. Pero Jesús nos sorprende una vez más: Él dice que los verdaderamente poderosos son los mansos, los humildes. Y lo más impresionante es que no solo serán bendecidos en esta vida, ¡sino que heredarán la tierra!

La humildad no es debilidad. La mansedumbre no significa quedarse callado ante la injusticia ni vivir con miedo. Más bien, ser humilde es reconocer que no somos el centro, que dependemos de Dios y que todo lo que tenemos proviene de Él. La humildad es la fuerza del creyente porque nos libera de la arrogancia, del orgullo que tanto daña nuestras relaciones y nuestro corazón.

En la vida diaria, vemos que la soberbia divide hogares, rompe amistades y destruye comunidades. Pero también vemos cómo la humildad une, restaura y abre puertas. Una palabra amable, un acto de servicio, un corazón dispuesto a pedir perdón, tiene más impacto que una orden gritada o una postura altiva.

Jesús mismo, siendo el Hijo de Dios, lavó los pies de sus discípulos. Eso es poder verdadero: el poder de amar sin esperar reconocimiento, de servir aunque nadie aplauda, de poner a los demás por encima de uno mismo. Y cuando vivimos así, experimentamos la paz y la grandeza de Dios en nuestras vidas.

Aplicación práctica

1)Revisa tu corazón: Pregúntate si en tus palabras y acciones hay orgullo escondido.

2)Practica la humildad en lo cotidiano: Escucha antes de responder, sirve sin esperar recompensa, agradece por las pequeñas cosas.

3)Aprende a pedir perdón: No esperes a que el otro dé el primer paso, sé tú quien abre la puerta a la reconciliación.

4)Ora cada día: Pídele a Dios que te dé la gracia de tener un espíritu humilde y un corazón manso.

No dejes que el mundo te engañe con una idea falsa de poder. El verdadero poder está en la humildad que viene de Cristo. Allí, en el silencio de un corazón que se rinde a Dios, se encuentra la victoria más grande. Y recuerda: los mansos heredarán la tierra, porque Dios honra a los que se humillan delante de Él.
Ps Arun Mirabal

18/09/2025

Salmo 68:5-6

Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada. Dios hace habitar en familia a los desamparados; saca a los cautivos a prosperidad; mas los rebeldes habitan en tierra seca.

Reflexión

La familia es un regalo del cielo. Puede que a veces no lo sintamos así, porque la convivencia no siempre es fácil. Hay discusiones, diferencias de carácter, momentos de cansancio y hasta heridas que parecen imposibles de sanar. Sin embargo, Dios nos recuerda en este pasaje que Él es quien forma y sostiene la verdadera familia.

En nuestra sociedad actual, vemos hogares divididos, hijos creciendo sin guía, matrimonios en crisis y personas que se sienten solas aun estando rodeadas de gente. En medio de todo esto, Dios sigue siendo el Padre que protege y reúne. Él coloca al huérfano en un hogar, consuela a la viuda, y da un lugar seguro a los que se sienten desamparados.

Vivir en familia no se trata solo de compartir un techo, sino de compartir amor, apoyo y fe. Es en la familia donde aprendemos a perdonar, a tener paciencia y a dar sin esperar nada a cambio. Claro que no siempre será perfecto; pero ahí es donde entra el plan de Dios: hacernos crecer a través de esas relaciones.

Si hoy sientes que tu hogar atraviesa dificultades, recuerda que Dios no te dejó solo. Él quiere entrar a tu casa, traer paz a tu mesa y restaurar los lazos que parecen rotos. Porque cuando una familia se entrega en las manos de Dios, aunque vengan tormentas, siempre habrá esperanza y nuevas oportunidades de empezar de nuevo.

Aplicación práctica

1)Dedica un momento cada día para orar en familia, aunque sea breve.

2)Practica actos pequeños de amor: una palabra amable, un gesto de gratitud, un abrazo.

3)Busca resolver conflictos con calma y perdón, sin dejar que se acumulen resentimientos.

4)Recuerda que la familia también se extiende más allá de los lazos de sangre: incluye y apoya a quienes necesitan amor y compañía.

Tu familia es un tesoro, incluso con sus imperfecciones. No dejes que las diferencias opaquen el regalo que Dios te ha dado. Recuerda que Él es el arquitecto de los hogares y que en Su amor podemos encontrar la fuerza para construir familias sólidas, llenas de fe y esperanza. Vive agradecido, siembra amor en tu casa, y confía en que Dios siempre añadirá lo que falta para que tu hogar sea un reflejo de Su gloria.
Ps Arun M

16/09/2025

Mateo 14:28,29

Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre las aguas. —Ven —dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús.

Reflexión

Hermanos, ¿qué significa realmente caminar sobre el agua? No es solo una historia extraordinaria de Pedro, es un llamado de Dios a cada uno de nosotros para salir de la barca de la comodidad, del miedo y de la duda.

La barca representa nuestras seguridades: el trabajo estable, las rutinas, los planes bien calculados, la vida sin riesgos. El agua representa lo desconocido, aquello que no podemos controlar. Y ahí está Jesús, en medio del mar agitado, llamándonos a confiar.

¿Cuántas veces nos hemos quedado paralizados en la barca, viendo las olas, pensando que es más seguro no arriesgarnos? Pero Jesús nos dice: “Ven”. Él no promete que no habrá viento o que el agua estará tranquila. Lo que promete es su presencia.

Pedro pudo caminar sobre el agua no porque fuera fuerte, sino porque fijó sus ojos en Jesús. El problema vino cuando miró el viento. Eso nos pasa también: cuando enfocamos nuestra mirada en los problemas, nos hundimos en la ansiedad, el miedo o la desesperanza. Pero cuando miramos a Cristo, descubrimos que la fe nos sostiene donde la lógica dice que caeremos.

El llamado de Dios para ti hoy es: atrévete a salir de la barca. Da pasos de fe aunque tiemble tu corazón. Confía en que su mano siempre estará lista para levantarte si tropiezas. Porque lo más importante no es la tormenta, es quién está contigo en medio de ella.

Aplicación práctica

1)Da un paso pequeño de fe hoy: atrévete a hacer algo que sabes que Dios te ha pedido pero que has pospuesto por miedo.

2)Cambia tu mirada: cada vez que venga una preocupación, recuérdate a ti mismo: “Voy a mirar a Jesús, no a las olas”.

3)Confiesa tu miedo en oración: no lo ocultes; entrégaselo a Dios y pídele que te dé paz y firmeza.

4)Recuerda las veces que Dios te sostuvo en el pasado: eso te dará confianza para los pasos que vienen.

La vida no siempre será tranquila ni predecible, pero Jesús sigue caminando sobre las aguas. Él te invita a salir de la barca y confiar en que, aunque no tengas todo bajo control, Él sí lo tiene. No te quedes mirando desde lejos; atrévete a caminar hacia Él. Y si llegas a hundirte, recuerda que su mano jamás se tarda en rescatarte.
Ps. Arun M

15/09/2025

Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará." — Salmo 145:18-19

Reflexión
Hermanos, qué consuelo tan grande nos regala este pasaje: Dios está cerca. A veces caminamos por la vida como si estuviéramos solos, cargando con preocupaciones, enfermedades, problemas económicos o conflictos familiares. Y sin darnos cuenta, comenzamos a creer la mentira de que nadie nos entiende, de que a nadie le importa lo que sentimos.

Pero el salmista nos recuerda algo poderoso: el Dios del universo, el que creó los cielos y la tierra, está cerca de los que lo invocan de corazón. Esto significa que cuando tú clamas, cuando levantas un suspiro, cuando derramas lágrimas en silencio, Él no solo escucha, sino que responde.

Hoy en día, muchos buscan alivio en redes sociales, en el trabajo excesivo, en el dinero o en distracciones pasajeras. Pero ninguna de esas cosas puede darte la paz que solo Dios puede dar. Él no es un espectador lejano de tu vida, es un Padre amoroso que cuida de ti en cada detalle, aunque a veces no lo notes.

Así que si estás cansado, si has pensado que tu oración no pasa del techo, recuerda: Dios está más cerca de lo que imaginas. Su cuidado no depende de lo que sientes, sino de lo que Él ha prometido. Y su promesa es clara: Él oye, responde y salva.

Aplicación práctica

1)Ora con sinceridad: No busques palabras bonitas, habla con Dios como hablas con un amigo.

2)Recuerda sus promesas: Anota este versículo en un papel y llévalo contigo, recuérdalo en medio de la dificultad.

3)Descansa en su cuidado: Cuando te sientas ansioso, respira profundo y di en voz alta: “Dios está conmigo y me cuida”.

4)Apóyate en la comunidad: Comparte con un hermano en la fe lo que sientes, porque Dios también nos cuida a través de otros.

No olvides que tienes un Dios cercano, atento y lleno de amor por ti. Él nunca se distrae ni se olvida de lo que necesitas. Su cuidado es perfecto y constante. Descansa hoy en esa verdad: Dios cuida de ti.
Ps. Arun M

14/09/2025

Job 42:2

Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti.

Reflexión
Hermanos, estas son palabras que brotaron del corazón de Job después de pasar por un dolor que pocos podríamos soportar. Perdió su familia, su salud, sus bienes y, sin embargo, en medio de su quebranto, llegó a una conclusión que cambió todo: Dios lo puede todo.

Nosotros también vivimos en un mundo donde muchas veces sentimos que las fuerzas se nos acaban. Quizás enfrentamos problemas familiares, luchas económicas, enfermedades, ansiedad o sueños que parecen imposibles. Y cuando estamos en ese punto, cuando todo parece perdido, la voz de Dios nos recuerda lo mismo que Job entendió: Dios no tiene límites.

En la vida actual, cuando la gente nos dice que “ya no hay solución” o que “esto no se puede”, ahí es cuando debemos levantar nuestra mirada y creer que nuestro Padre tiene la última palabra. Piénsalo: ¿cuántas veces Él ya te sacó de situaciones que parecían imposibles? ¿Cuántas veces abrió una puerta que parecía cerrada?

Lo que Job descubrió es algo que tú y yo debemos recordar cada día: el Dios que adoramos no es pequeño, no está limitado, no depende de las circunstancias. Nuestro Dios es el Dios que abre mares, sana corazones, restaura familias y da vida donde otros ven muerte. Y si Él pudo hacerlo ayer, también lo hará hoy contigo.

Aplicación práctica

1)Declara fe con tus palabras: Cada vez que enfrentes un reto, en lugar de decir “no puedo”, di “mi Dios todo lo puede”.

2)Recuerda testimonios: Haz memoria de las veces que Dios ya obró en tu vida. Eso fortalecerá tu fe para los retos presentes.

3)Ora con confianza: No limites a Dios en tus oraciones. Pídele con fe, creyendo que Él puede hacer mucho más de lo que imaginas.

4)Comparte esperanza: Si conoces a alguien desanimado, recuérdale con amor que Dios tiene poder para transformar cualquier situación.

No importa cuán oscuro esté el camino ni cuán grande parezca el obstáculo: Dios siempre será más grande. Él no está limitado por lo que dicen los hombres ni por lo que ves con tus ojos. Hoy descansa en la misma verdad que Job declaró: “Yo conozco que todo lo puedes”.

Confía, porque el Dios que todo lo puede también está contigo.
Ps. Arun M

13/09/2025

2 Corintios 9:8

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.

Reflexión
Hermanos, este versículo es un recordatorio de que Dios nunca se queda corto, ni mucho menos nos deja a la mitad del camino. Él siempre añade más. No solo nos da lo que necesitamos para vivir, sino que también nos equipa con abundancia para que podamos bendecir a otros.

Vivimos en un tiempo donde la escasez parece ser la norma. Escuchamos noticias de crisis, falta de oportunidades, deudas que ahogan, corazones cargados de ansiedad. Pero la Palabra nos dice algo completamente distinto: Dios es poderoso para que abunde en nosotros toda gracia. Es decir, no importa lo que falte afuera, lo que cuenta es lo que Él puede derramar dentro de nosotros.

Piensa en esto: cuando confiamos en nuestras propias fuerzas, nos sentimos limitados; pero cuando confiamos en el Dios de la abundancia, descubrimos que siempre hay algo más: más paz, más fe, más esperanza, más provisión. Ese “más” no siempre llega en forma de dinero o cosas materiales, sino en fuerzas renovadas, en puertas que se abren, en personas que llegan en el momento justo, en oportunidades que jamás imaginamos.

Dios no te da solo lo suficiente para sobrevivir, Él quiere que vivas en abundancia para que seas un canal de bendición. Tu vida no está diseñada solo para recibir, sino también para dar. La verdadera prosperidad no se mide en cuánto acumulamos, sino en cuánto compartimos.

Hoy quiero que lo grabes en tu corazón: cuando parece que llegaste al final, Dios siempre tiene un “añadido más” preparado para ti.

Aplicación práctica

1)Haz memoria de tus añadiduras: escribe tres cosas que Dios ha añadido a tu vida en esta semana, aunque parezcan pequeñas.

2)Sé un canal de bendición: ayuda a alguien hoy, aunque sea con un gesto sencillo: una palabra, una oración, una sonrisa, una llamada.

3)Declara abundancia: cada mañana, repite este versículo y proclama que en Cristo tienes más de lo suficiente.

Querido hermano, no olvides que Dios siempre añade más. No te enfoques solo en lo que falta, mira con ojos de fe lo que Él ya está preparando para ti. Vive confiado, porque tu Padre no conoce límites. Donde tú ves un final, Él siempre tiene un nuevo comienzo lleno de gracia y abundancia.

Dirección

Villavicencio
500001

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando Centro Evangelístico Misionero -C.E.M -Siguiendo Sus Pisadas publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Contacto La Empresa

Enviar un mensaje a Centro Evangelístico Misionero -C.E.M -Siguiendo Sus Pisadas:

Compartir

Categoría