26/09/2025
Isaias 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Reflexión
Hermanos, todos conocemos lo que es el miedo. Ese n**o en la garganta, esa sensación de que no podemos seguir, esas noches en que la angustia nos roba el sueño. Vivimos en un mundo lleno de incertidumbres: problemas económicos, enfermedades, relaciones quebrantadas, decisiones que parecen demasiado grandes para nuestras fuerzas. Y es allí, justo en medio del ruido, donde la voz de Dios resuena con poder: “No temas, porque yo estoy contigo.”
Este versículo no es solo poesía bonita. Es un recordatorio real de que no estamos solos. Cuando Isaías recibió estas palabras, el pueblo atravesaba momentos difíciles, pero Dios se levantó como un Padre que sostiene, que fortalece y que no abandona. ¡Ese mismo Dios sigue siendo nuestro refugio hoy!
La angustia puede hacernos pensar que Dios se ha olvidado de nosotros, pero la verdad es la contraria: en esos momentos es cuando más cerca está. Él dice: “Yo soy tu Dios que te esfuerzo”. No dice “te dejaré solo para que luches”, dice “yo mismo te daré fuerzas”. Y esa es la diferencia entre enfrentar la vida con miedo o caminar con fe.
Querido hermano, no permitas que el miedo te paralice. No permitas que la angustia gobierne tu corazón. Recuerda que el Dios que sostiene el universo es el mismo que te sostiene a ti. Si Él tiene cuidado de cada estrella, ¡cuánto más de ti, que eres su hijo amado!
Hoy es un buen día para soltar esas cargas, respirar profundo y decidir confiar en la mano poderosa de Aquel que jamás falla.
Aplicación práctica
1)Ora cada vez que sientas miedo. En lugar de alimentar la angustia con pensamientos negativos, levanta una oración corta: “Señor, confío en ti.”
2)Recuerda las veces que Dios ya te ha sostenido. Haz memoria de testimonios en tu vida y repítelos para fortalecer tu fe.
3)Declara la Palabra de Dios. Memoriza Isaías 41:10 y repítelo en voz alta cuando la angustia intente dominarte.
4)Rodéate de fe. Habla con hermanos en la fe, escucha alabanzas o mensajes que fortalezcan tu corazón.
No importa cuán grande sea tu miedo o cuán profunda sea tu angustia, la mano de Dios es más grande que todo. No caminas solo, nunca lo has hecho ni lo harás. Permite que estas palabras de Isaías sean tu escudo en los días grises: “No temas, porque yo estoy contigo.”
Confía, respira y sigue adelante, porque Dios está de tu lado.
Ps. Arun M