24/03/2025
Adolescencia, la serie que desnuda la brecha entre padres e hijos
A Jamie Miller desde pequeño le gustó la pintura, sus padres lo veían disfrutarla a diario, pero el papá lo inscribió en clases de fútbol.
En fútbol Jamie era tan malo que el entrenador lo puso bajo el arco, donde tampoco destacó. Fue víctima de burlas de sus compañeritos de equipo y de sus padres, por eso lo mudaron a prácticas de boxeo, que tampoco era lo suyo.
Tras dos fracasos y el autoestima por el piso, Jamie pidió de regalo una computadora y se la compraron. Así fue creciendo, con sus audífonos puestos, encerrado en su cuarto, aislado de la familia y perdido en las redes sociales.
A los 13 años Jamie es arrestado, sospechoso del homicidio de una compañera de estudios; pero la serie británica Adolescencia de Netflix en realidad no trata sobre el crimen, aunque pareciera.
Más bien desenmascara lo alejado que están los padres de los hijos, de sus gustos, de sus vivencias cotidianas, de sus amigos, de su vocabulario, de su realidad.
Un mundo aparte
De hecho, si Adam, el hijo del inspector Bascombe no hubiera sentido lástima de ver a su padre tan perdido en la investigación del as*****to, y no le hubiera explicado en qué mundo viven sus compañeros de escuela (donde se centra el segundo de los cuatro episodios del serial) y si no le hubiera descifrado el significado de los emoticones en la comunicación juvenil, jamás la policía habría descubierto el móvil del homicidio, aunque se la pasaban revisando el Instagram del sospechoso.
La diferencia es que el inspector captó la brecha entre él y su hijo y actuó acercándose a Adam, pero para los Miller ya era demasiado tarde.
Así, Adolescencia expone las fallas en la comunicación entre padres e hijos, lo peligroso del acceso al celular y redes sociales desde pequeños, el desconocimiento del entorno escolar con bullying incluído, lo que conlleva a baja autoestima e ira contenida.
Es casi seguro que la serie, aclamada por la crítica, tendrá segunda temporada. La primera termina con los padres tratando de convencerse de que dieron una buena crianza, pero la verdad están devastados por la culpa.
Lo más triste es que los Miller nunca entienden que estaban para apoyar las cualidades de su hijo, para celebrar sus logros, hacerlo sentir orgulloso y capaz de trabajar en metas alcanzables.
Crédito foto: Serializados