22/09/2025
Luchando con Dios
En Génesis 32, nos narra cuando Jacob va regresando a Canaán y su hermano Esaú se acerca a él, por lo cual es comprensible que Jacob esté angustiado (ya que Jacob lo había engañado en el pasado). Jacob empieza a hacer lo que parece más razonable: planes sobre cómo lidiar con su próximo encuentro con su hermano. No está mal planificar y cuidar lo que por gracia hemos recibido, pero es posible hacer eso con un corazón que aún no está completamente entregado diariamente a Dios, buscando manipular nuestras vidas con nuestros propios planes. Es en medio de las previsiones propias y la angustia del momento, que el Ángel del Señor aparece en medio de la noche y lucha con él, aunque Jacob no lo reconocía como tal. Jacob no lo entendía entonces, pero esta lucha era una parábola de toda su vida… y puede que represente también la tuya. Aunque Jacob era un creyente que reconocía la bondad de Dios y puede elevar oraciones sinceras, todavía necesitaba humillarse más aún. Necesitaba confiar menos en sus planes y confiar más en Dios, quien «lucha» con nosotros para doblegar nuestro orgullo y llevarnos a vivir más apegados a Él. Solo prevalecemos cuando nos rendimos por completo ante Dios, reconociendo nuestra debilidad y necesidad. En Génesis vemos como Jacob obtiene la victoria ante Esaú que por sí mismo no podría obtener. Ahora Jacob caminaría cojeando, como todo cristiano que ha tenido un encuentro con Dios, pero con un corazón más entregado al Señor y satisfecho en Él. Pregunta para reflexionar: ¿De qué formas estás luchando hoy contra Dios al buscar manipular tu vida sin depender completamente de Él?