21/01/2025
Estética: la definición del bailarín
Según el diccionario, la palabra estética significa «el sentimiento de belleza en los objetos, los principios del gusto y del arte». Si hubiera una alternativa, una palabra menos abusada que fuera igualmente adecuada, con gusto la utilizaría en su lugar. Esteticismo es una palabra que utilizan sobre todo quienes menos la entienden; por consiguiente, en la actualidad tiene lo que podríamos llamar asociaciones con montura de carey, y también una vaga conexión con la pomposidad y la elegancia.
Sin embargo, es este fuerte sentimiento por la belleza lo que hace que un niño quiera convertirse en bailarín de ballet (el deseo de movimiento físico por sí solo suele indicar una carrera en el deporte). Si es genuino y se cultiva adecuadamente, ese sentimiento por el arte sobrevivirá y se convertirá en la calidad estética del bailarín terminado. Sin embargo, a medida que pasan los años y la técnica del ballet se vuelve cada vez más difícil de adquirir, ese inestimable sentimiento por la belleza tiene que sobrevivir a una gran cantidad de entrenamiento mecánico duro; casi podríamos decir trabajo pesado; y a veces, aunque el bailarín sobrevive, el sentimiento no. La reacción involuntaria a la música, la alegría del movimiento, en lugar de desarrollarse en
A lo largo del entrenamiento, nos sumergimos en un torrente de tecnicismos físicos militantes.
Entonces tenemos un bailarín que es "frío". Si sabe que algo anda mal con su trabajo, sufrirá agonías; si está perfectamente satisfecho consigo mismo, entonces sigue siendo un intérprete poco interesante y una personalidad irritante.
Por lo tanto, es de suma importancia prestar atención al aspecto estético del entrenamiento de un bailarín. Es completamente inútil adoptar la actitud improductiva de que "o tienes la sensación o simplemente no la tienes". Si alguna vez tuviste esa sensación, entonces no hay razón para que no se fomente y se desarrolle, en lugar de frenarla y extinguirla.
La estética, para el bailarín de ballet, puede y debe incluirse en el curso de la formación ordinaria. Su estudio consiste en la consideración constante de la educación práctica del artista-bailarín y la adaptación constante de esta educación, por parte del maestro, a cada alumno en particular.
La calidad estética en la danza es la que distingue al artista del acróbata técnico. La diferencia es la que existe entre el aburrimiento y la estimulación; en el teatro esa es la diferencia entre la vida y la muerte.