Ronaldo Llácer Leyva - Teología

Ronaldo Llácer Leyva - Teología Adventista Del Séptimo Día Libre. Defensor de la Teología de la Última Generación y del Mensaje de 1888. Soy Adventista del Séptimo Día de tercera generación.

El 2 de Abril del 2020 me uní a la Iglesia Adventista del Séptimo Día Libre. Creo en el Mensaje del Tercer Ángel y como misión predicar la Verdad Presente. El fundamento de mi fe está en la Santa Biblia y los escritos inspirados de Elena G. de White. Creo en la Teología de la Última Generación y en el Mensaje de 1888 predicado en Minneapolis por Jones y Waggoner. Maranatha: Cristo Viene Pronto. Ro

m 16:20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

CLASE 15 - 4 Dimensiones de la PerfecciónMíralo Completo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=S8Awbg0pInUINTRODUC...
20/09/2025

CLASE 15 - 4 Dimensiones de la Perfección

Míralo Completo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=S8Awbg0pInU

INTRODUCCIÓN:

Cuando hablamos sobre el tema de la perfección, muchos se alarman y encienden las antenas contra cualquier idea relacionada con ella. Existen al menos tres caminos distintos a transitar sobre esta cuestión. El camino liberal, el camino perfeccionista y el camino Bíblico. Evidentemente nadie quiere ser etiquetado en los extremos del error, todos queremos transitar por una senda balanceada, equilibrada, justa y correcta. Pero si realmente queremos llegar al fondo del asunto, debemos estudiar detenidamente lo que Dios ha dicho al respecto.

EL CAMINO LIBERAL es aquel que sostiene que podemos ser “perfectos” en Cristo, mientras aún vivimos en el pecado y la maldad. Según esta idea la conducta del ser humano no interfiere en su estatus de “perfecto” ante Dios. El ser perfectos no es una condición que debe ser determinada por el carácter, la conducta o el comportamiento de la persona, sino meramente por la fe. Esta es una clase de perfección externa, forense y legal, obtenida mediante un arreglo (ajuste) con Dios en los registros celestiales, pero sin sacrificio, reforma o cambio de conducta en la persona. De modo que podemos ser considerados “perfectos”, aunque nuestro comportamiento no esté a la altura de la norma de la ley de Dios. Somos “perfectos” no por nuestra conducta, sino porque la justicia de Cristo cubre nuestra imperfección. Al estar legalmente cubiertos con la justicia de Cristo, se nos considera “perfectos” y “sin mancha” aunque nuestro carácter diga otra cosa.

EL CAMINO EXTREMISTA sostiene también que podemos ser “perfectos” en Cristo, pero en nuestros propios esfuerzos humanos. Según esta idea, la fuerza para lograrlo está en ti mismo. El hombre debe empeñarse en alcanzar el estándar moral de la norma de Dios y creer que ya es perfecto. En este aspecto la conducta y el comportamiento son muy importantes para determinar el nivel de perfección que tenemos. El individuo se autoengaña con la idea de que lo han logrado ya, o tiene poder suficiente en sí mismo para obtener tal estado. Algunos incluso declaran ser ya perfectos y santos, (incluso aunque su conducta delate que realmente no han alcanzado tal estado) y aseguran ya no poder pecar más. Esta idea ha sido muy bien señalada como “perfeccionismo”.

Las dos ideas anteriormente presentadas son erradas en su teología. Ambas sostienen que es posible ser “perfectos” aunque toman diferentes atajos para ese fin. Son extremos opuestos, pero ambas enseñan y creen en la perfección. Mientras una plantea un estado de perfección forense y legal en el cual la conducta nada o poco tiene que ver en el asunto, el otro sostiene un estado de perfección antropocéntrico, en el cual el hombre se lleva toda la gloria de haber alcanzado en sus propios medios la victoria sobre sus defectos e imperfecciones. Algunos extremos plantean haberse despojados de la naturaleza pecaminosa. Muchos son los hermanos que creen en alguno y otro extremo de la perfección, pero pocos se dan cuenta de la verdadera naturaleza de sus enseñanzas y el peligro que éstas proponen.

LA VERDADERA PERFECCIÓN BÍBLICA es aquella en la que Cristo es el centro del desarrollo de principio a fin. Toda la gloria es para Él. La conducta y el comportamiento humano no están al margen del proceso. Así como una planta crece cada día más, y en cada etapa de crecimiento es perfecta hasta alcanzar la madurez; de igual manera es el crecimiento y desarrollo del carácter cristiano hasta la madurez del carácter. No hay punto de descanso o de confianza en la carne humana. No es antropocéntrica, sino cristocéntrica. No se declara con la boca, sino que se muestra con los hechos. No es haber alcanzado carne santa, sino vida santa en carne pecaminosa. Es la total y completa dependencia de la gracia para vencer en Cristo Jesús. No significa estar exento de tentación, luchas o pruebas, sino elegir siempre lo correcto y el completo sometimiento de nuestra voluntad a la voluntad de Cristo.

LA PERFECCIÓN EN LA BIBLIA:

Cuando se trata el tema de la perfección en la Biblia, debe tenerse en cuenta que hay al menos 4 dimensiones diferentes de la perfección. Si estas no son reconocidas y comprendidas, la confusión es muy probable al hablar del tema. No pocos rechazan la idea de la perfección por tener una muy vaga comprensión de su significado y límites. Las cuatro dimensiones de la perfección son las siguientes: 01 - Perfección Absoluta. 02 - Perfección de Naturaleza. 03 - Perfecta sumisión de Carácter. 04 - Perfecta Madurez de Carácter. Ahora procuremos definir cada una de esas dimensiones, para tener una comprensión clara al respecto.

PERFECCIÓN ABSOLUTA

Como la misma palabra lo indica, la perfección absoluta es la perfección que no admite errores. No hay margen para la equivocación de ningún tipo. Implica completa infalibilidad y conocimiento de todo cuanto existe. Evidentemente esta perfección sólo existe en Dios y está vinculada con los atributos divinos. Omnisciencia, Omnipotencia, Omnipresencia, Eternidad, Inmortalidad y Autoexistencia. La Inmutabilidad e Invariabilidad eterna. Dios no conoce errores, pues todo lo sabe. Él no se equivoca. Un aspecto más de esta perfección es la imposibilidad para pecar. Veamos ahora los textos involucrados:

Mal 3:6 “Porque YO JEHOVÁ NO CAMBIO; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.”

Heb 13:8 “Jesucristo ES EL MISMO AYER, Y HOY, Y POR LOS SIGLOS.”

Stg 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, EN EL CUAL NO HAY MUDANZA, NI SOMBRA DE VARIACIÓN.”

Isa 45:23 “Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y NO SERÁ REVOCADA: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.”

Núm 23:19 “DIOS NO ES HOMBRE, PARA QUE MIENTA, NI HIJO DE HOMBRE PARA QUE SE ARREPIENTA. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”

Ecl 3:14 “He entendido que TODO LO QUE DIOS HACE SERÁ PERPETUO; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.”

Stg 1:13 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque DIOS NO PUEDE SER TENTADO POR EL MAL, NI ÉL TIENTA A NADIE; …”

Job 11:7 “¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a LA PERFECCIÓN DEL TODOPODEROSO?”
Job 11:8 “Es MÁS ALTA QUE LOS CIELOS; ¿qué harás? Es MÁS PROFUNDA QUE EL SEOL; ¿cómo la conocerás?”
Job 11:9 “Su dimensión es más extensa que la tierra, Y más ancha que el mar.”

Rom 11:33 “¡Oh profundidad de las riquezas DE LA SABIDURÍA Y DE LA CIENCIA DE DIOS! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”
Rom 11:34 “Porque ¿quién entendió LA MENTE DEL SEÑOR? ¿O quién fue su consejero?”
Rom 11:35 “¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?”
Rom 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”

Vemos como la perfección de Dios está ligada a su conocimiento infinito y eterno. Él lo sabe todo, absolutamente todo. Nada escapa de su sabiduría. De modo que su conocimiento absoluto va ligado a una perfección absoluta e infalible. Teniendo en cuenta esta información es totalmente absurdo que hablemos de alcanzar la perfección absoluta. Nunca alcanzaremos en esta tierra esa perfección, y tampoco la alcanzaremos en el cielo. Toda la eternidad no será suficiente para que podamos lograrla. Nadie debería hablar de perfección absoluta en la escala humana. No está disponible ni siquiera para los santos ángeles perfectos que moran junto al trono de Dios. Tampoco los habitantes de otros mundos tienen acceso a esa perfección. La perfección absoluta está más allá de la “criatura”. Dejemos establecido de una vez y por todas que sólo Dios es absolutamente perfecto.

PD: Cuando los eruditos modernos nos acusan de enseñar la “perfección absoluta”, sólo atacan un muñeco de pajas. Los que creemos en la perfección disponible para el cristiano, no entendemos que se trate de la perfección absoluta. La Teología de la Última Generación tampoco sostiene que antes del cierre de la gracia debemos volvernos absolutamente perfectos. Es una injusticia que se nos acuse de tal idea, cuando el solo pensamiento es descabellado y desenfocado de la realidad. Con esto claramente establecido veamos entonces los otros conceptos de perfección.

PERFECCIÓN DE NATURALEZA

Considerando que la perfección absoluta sólo es posible en la esfera de Dios, la Biblia también nos habla de otra clase de perfección que tiene en cuenta nuestra esencia o naturaleza física con la que estamos hechos. Llamaremos a ésta, perfección de naturaleza. ¿Qué significa? Significa que poseemos un cuerpo santo, perfecto, simétrico y equilibrado según el plan de Dios. No hay malas pasiones, ni malos impulsos en esta naturaleza. Cuando Dios hace algo, Él lo hace santo y perfecto. No hay defecto alguno en ello. Así creó Dios a los ángeles, a los seres de otros mundos, y a nuestros primeros padres Adán y Eva. Textos Bíblicos relacionados:

Gén 1:27 “Y creó Dios al hombre A SU IMAGEN, A IMAGEN DE DIOS LO CREÓ; varón y hembra los creó.”

Gén 1:31 “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que ERA BUENO EN GRAN MANERA. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.”

Heb 2:7 “Le hiciste UN POCO MENOR QUE LOS ÁNGELES, LE CORONASTE DE GLORIA Y DE HONRA, Y le pusiste sobre las obras de tus manos; …”

Cuando Dios creó al hombre, hizo a un ser perfecto, no sólo en su carácter y mente, sino también en sus facultades físicas. La carne que poseía entonces el hombre antes del pecado y la caída era carne santa. Con una humanidad perfecta y simétrica, el hombre sólo poseía impulsos y pasiones santas. Su temperamento e inclinaciones eran sin pecado. No había nada en el hombre que le predispusiera a violar la ley. Sus apetitos estaban consagrados a la voluntad divina. Eso es lo significa poseer una naturaleza perfecta o perfección de naturaleza. Los ángeles en el cielo y los mundos no caídos también poseen esta perfección.

El problema es que el pecado malogró esa perfección. Nos quitó la perfección de naturaleza. Contaminó no sólo el carácter y la mente del hombre, sino que arruinó sus facultades físicas. Después de la caída la carne que posee el hombre se transformó en carne pecaminosa. Ahora es una humanidad caída y degradada, cuyos impulsos y pasiones se han corrompido. El temperamento y la inclinación de la carne es ahora hacia el pecado. Ahora nuestra propia carne nos predispone a pecar. Nuestros apetitos ya no están consagrados a Dios. No tenemos fuerza moral en nosotros para obedecer. Y esto se ha denominado poseer una naturaleza caída o pecaminosa.

Jua 8:34 “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, ESCLAVO ES DEL PECADO.”

Rom 6:16 “¿No sabéis que, si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, SOIS ESCLAVOS DE AQUEL A QUIEN OBEDECÉIS, sea DEL PECADO PARA MUERTE, o sea de la obediencia para justicia?”

2Pe 2:19 “Les prometen libertad, y son ellos mismos ESCLAVOS DE CORRUPCIÓN. Porque EL QUE ES VENCIDO POR ALGUNO ES HECHO ESCLAVO DEL QUE LO VENCIÓ.”

Así sucedió con Adán. Tras la caída el hombre se rindió a la voluntad del pecado y fue hecho un siervo de la injusticia. Se convirtió en esclavo del pecado. Al ser vencido por Satanás, pasó a estar sometido al reino de la iniquidad. Esta degradación afectó doblemente al hombre, corrompiendo sus facultades superiores (carácter) y también sus facultades inferiores (cuerpo). Desde entonces el hombre perdió todo acceso a la perfección de la carne o naturaleza inferior. Tal vez sea bueno plantearnos la pregunta, ¿cuándo volveremos a poseer naturaleza perfecta? ¿Cuándo nuestra carne volverá a ser santificada? ¿Cuándo tendremos fuerza moral en nosotros mismo para obedecer?

1Co 15:49 “Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.”
1Co 15:50 “Pero esto digo, hermanos: que LA CARNE Y LA SANGRE NO PUEDEN HEREDAR EL REINO DE DIOS, NI LA CORRUPCIÓN HEREDA LA INCORRUPCIÓN.”
1Co 15:51 “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos SEREMOS TRANSFORMADOS,
1Co 15:52 “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los mu***os SERÁN RESUCITADOS INCORRUPTIBLES, y NOSOTROS SEREMOS TRANSFORMADOS.”
1Co 15:53 “PORQUE ES NECESARIO QUE ESTO CORRUPTIBLE SE VISTA DE INCORRUPCIÓN, Y ESTO MORTAL SE VISTA DE INMORTALIDAD.”
1Co 15:54 “Y cuando esto corruptible SE HAYA VESTIDO DE INCORRUPCIÓN, y esto mortal SE HAYA VESTIDO DE INMORTALIDAD, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.”
1Co 15:55 “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”
1Co 15:56 “ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.”

El apóstol Pablo nos deja claro en su primera carta a los corintios que nuestra lucha contra la carne y la sangre corruptible permanecerá hasta la segunda venida de Cristo. Es entonces cuando seremos transformados y recibiremos carne santa una vez más. Cristo nos dará naturalezas perfectas y entonces podremos gloriarnos de la perfección de nuestra naturaleza. Lo que será hecho entonces, no es otra cosa que la reversión de los efectos del pecado en la carne o cuerpo físico. Las facultades inferiores volverán a ser santas una vez más. Ya no seremos más tentados por nuestra propia humanidad. Se escuchará entonces un glorioso grito de triunfo, pues nunca más volveremos a ser perseguidos por tentaciones internas. El apóstol lo describe también con otras palabras:

Rom 8:22 “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;”
Rom 8:23 “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también GEMIMOS DENTRO DE NOSOTROS MISMOS, ESPERANDO LA ADOPCIÓN, LA REDENCIÓN DE NUESTRO CUERPO.”

2Co 5:1 “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, TENEMOS DE DIOS UN EDIFICIO, UNA CASA NO HECHA DE MANOS, ETERNA, EN LOS CIELOS.”
2Co 5:2 “Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella NUESTRA HABITACIÓN CELESTIAL;”
2Co 5:3 “pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.”
2Co 5:4 “Porque asimismo LOS QUE ESTAMOS EN ESTE TABERNÁCULO GEMIMOS CON ANGUSTIA; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, PARA QUE LO MORTAL SEA ABSORBIDO POR LA VIDA.”

Estos pasajes hablan con claridad del asunto que hemos estado presentando. La perfección de naturaleza es algo que debemos esperar en la segunda venida de Cristo. Hasta entonces nos toca gemir “dentro de nosotros mismos”, esperando a que Cristo venga y arregle el defectuoso cuerpo que poseemos y nos de entonces esa casa inmortal y perfecta para que lo mortal sea absorbido por la vida. De modo que nos queda claro así que la perfección de naturaleza no es algo en lo que debemos ocupar nuestra mente ahora. No se nos pide tal perfección en la tierra, ya que está fuera de nuestro alcance y la misma nos será dada como un regalo cuando Cristo vuelva en su segunda venida.

Heb 11:39 “Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido;”
Heb 11:40 “proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, PARA QUE NO FUESEN ELLOS PERFECCIONADOS APARTE DE NOSOTROS.”

Después de mostrarnos una larga lista de héroes de la fe, Hebreos 11 explica que todos ellos murieron sin haber recibido lo prometido. Lo prometido es “…la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” (Heb 11:10) Eso queda claro a leer los versículos 13 al 16. Esa ciudad es la misma que Cristo prometió preparar para su iglesia (Ver. Juan 14:1-3) y a la cual nos llevará en su segunda venida. Es entonces ahí cuando juntos todos seremos “perfeccionados”. Todos los héroes de la fe, junto con nosotros recibiremos la perfección de naturaleza, puesto que ellos aún no han recibido este don que recibiremos todos en su segunda venida.

1Ts 4:15 “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, NO PRECEDEREMOS A LOS QUE DURMIERON.”
1Ts 4:16 “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los mu***os en Cristo resucitarán primero.”
1Ts 4:17 “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, SEREMOS ARREBATADOS JUNTAMENTE CON ELLOS en las nubes para RECIBIR AL SEÑOR EN EL AIRE, y ASÍ ESTAREMOS SIEMPRE CON EL SEÑOR.”

Glorioso será ese día cuando el poder de Dios ponga fin a nuestro sufrimiento en la carne. Cuando toda enfermedad hereditaria o adquirida sea corregida. Cuando toda mala pasión, tendencia e inclinación de la carne desaparezca para siempre con sus tentaciones e inclinaciones al mal. Cuando nunca más volvamos a ser tentados. Entonces dejaremos de “gemir dentro de nosotros mismos”, pues llegará finalmente la redención de nuestro cuerpo. Seremos glorificados.

1Co 1:30 “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y REDENCIÓN;”
1Co 1:31 “para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.”

Flp 3:20 “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;”
Flp 3:21 “EL CUAL TRANSFORMARÁ EL CUERPO DE LA HUMILLACIÓN NUESTRA, PARA QUE SEA SEMEJANTE AL CUERPO DE LA GLORIA SUYA, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

Finalmente vemos que la perfección de naturaleza es algo que debemos esperar hasta la segunda venida de Cristo. Nunca antes de eso recibiremos “carne santa” o “naturaleza perfecta”. Los que reclaman perfección de la carne en esta tierra no saben lo que dicen. Mientras vivamos en este mundo tendremos que luchar con fieras tentaciones internas producidas por nuestra propia humanidad. A donde quiere que vayamos llevaremos con nosotros esa poderosa carga de enfermedad, degeneración y corrupción de la carne. No tiene término nuestra lucha contra la naturaleza inferior de este lado de la eternidad. Y así lo entendió también la hermana White:

“Cuando los seres humanos reciban LA CARNE SANTIFICADA, no permanecerán en la tierra, sino que serán llevados al cielo. Si bien es cierto que el pecado es perdonado en esta vida, SUS RESULTADOS NO SON AHORA SUPRIMIDOS POR COMPLETO.” (2MS 38.1; 2SM.33.3) (Mensajes Selectos, Tomo.2, Pág.38, Par.1)
“ES EN OCASIÓN DE SU VENIDA cuando Cristo “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya”. Filipenses 3:21...” (2MS 38.2; 2SM.33.3) (Mensajes Selectos, Tomo.2, Pág.38, Par.2)

“PERO NO NOS JACTEMOS DE NUESTRA SANTIDAD. Al tener una visión más clara del inmaculado carácter de Cristo y de su infinita pureza, nos sentiremos como Daniel cuando contempló la gloria del Señor, y dijo: “Mi fuerza se cambió en desfallecimiento”. Daniel 10:8.” (3MS 405.4; 3SM.355.3) (Mensajes Selectos, Tomo.3, Pág.405, Par.4)
“NO PODREMOS DECIR: “YO SOY IMPECABLE”, HASTA QUE ESTE CUERPO VIL SEA TRANSFORMADO A LA SEMEJANZA DE SU CUERPO GLORIOSO. Pero si constantemente tratamos de seguir a Jesús, tenemos la bendita esperanza de estar en pie delante del trono de Dios, SIN MANCHA NI ARRUGA NI COSA SEMEJANTE; completos en Cristo, vestidos con el manto de su justicia y perfección.” (Signs of times, Times, 23 de marzo de 1888) (3MS 406.1; 3SM.355.4) (Mensajes Selectos, Tomo.3, Pág.406, Par.1)

“Pero NO ALARDEAREMOS DE NUESTRA SANTIDAD. Al comprender mejor la infinita pureza de Cristo, sentiremos como Daniel cuando contempló la gloria del Señor, quien dijo: “Mi fuerza se cambió en desfallecimiento”. Daniel 10:8. NO PODEMOS DECIR: “YO NO TENGO PECADO”, HASTA QUE ESTE CUERPO VIL SEA CAMBIADO Y TRANSFORMADO A LA SEMEJANZA DE SU CUERPO DIVINO. Pero si procuramos constantemente seguir a Jesús, tenemos la bendita esperanza de estar ante el trono de Dios sin mancha ni arruga, completos en Cristo, ATAVIADOS CON SU JUSTICIA Y PERFECCIÓN.” (The Signs of the Times, 23 de marzo de 1888) (AFC 360.2; TMK.361.5) (A Fin de Conocerle, Pág.360, Par.2)

“Aquellos que presumen pensar que la ley de Dios ha sido abolida y que ya no existe, han establecido su propia norma imperfecta. Midiéndose a sí mismos según su propio estándar finito, SE DECLARAN PUROS Y PERFECTOS. Satanás tiene precisamente esa norma, mediante la cual DECLARA QUE ES JUSTO; pero estas normas falsas no pueden compararse con la norma infalible de justicia de Dios. Nadie que aprecie la verdad de la ley de Dios PRETENDERÁ TENER UN CARÁCTER EXALTADO. Nuestra verdadera posición, y la única en la que hay alguna seguridad, es la del arrepentimiento y la confesión de los pecados ante Dios. SINTIÉNDONOS PECADORES, tendremos fe en nuestro Señor Jesucristo, EL ÚNICO QUE PUEDE PERDONAR LA TRANSGRESIÓN E IMPUTARNOS JUSTICIA. Cuando los tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor, entonces los pecados del alma arrepentida que recibió la gracia de Cristo y venció mediante la sangre del Cordero, serán removidos de los registros del cielo y SERÁN COLOCADOS SOBRE SATANÁS, EL CHIVO EXPIATORIO, el originador del pecado, y nunca más seremos recordados contra él para siempre. Los pecados de los vencedores serán borrados de los libros de registro, pero sus nombres permanecerán en el libro de la vida. El Testigo Fiel dice: “El que venciere, será vestido con vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles”. Cuando termine el conflicto de la vida, cuando la armadura sea puesta a los pies de Jesús, cuando los santos de Dios sean glorificados, ENTONCES Y SÓLO ENTONCES SERÁ SEGURO AFIRMAR QUE SOMOS SALVOS Y SIN PECADO. La verdadera santificación no llevará a ningún ser humano a DECLARARSE SANTO, SIN PECADO Y PERFECTO. DEJA QUE EL SEÑOR PROCLAME LA VERDAD DE TU CARÁCTER.” (ST May 16, 1895, par. 4) (The Signs of the Times, 16 de mayo de 1895, Par.4)

Entonces queda así totalmente establecido que en esta tierra no podemos reclamar perfección de la carne. No es seguro declarar nuestra santidad, justicia o perfección. Así vemos que hay dos tipos de perfección (perfección absoluta y perfección de naturaleza) que no nos incumbe en esta tierra. Una porque sólo le pertenece a Dios, y la otra porque no la veremos sino hasta que Cristo regrese por segunda vez. Pero estas no son las únicas dimensiones de la perfección en la Biblia. Encontramos al menos dos implicaciones más, dos conceptos importantes de la perfección que deben ser tratados y estudiados. Estudiaremos tales conceptos en el próximo capítulo.

 🚨 Sección de Preguntas y Respuestas. Próximamente estaré respondiendo en un vídeo de YOUTUBE preguntas sobre la TUG. En...
17/09/2025



🚨 Sección de Preguntas y Respuestas. Próximamente estaré respondiendo en un vídeo de YOUTUBE preguntas sobre la TUG. Envíame tu pregunta al privado o comenta debajo de la imágen. Tendré en cuenta las preguntas mas serias. Déjame tu nombre y país de dónde nos sigues. Bendiciones. 🙏

Rom 2:13 “…porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino LOS HACEDORES DE LA LEY SERÁN JUSTIFICADOS.” E...
09/09/2025

Rom 2:13 “…porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino LOS HACEDORES DE LA LEY SERÁN JUSTIFICADOS.”

Es enfática la declaración de que los “hacedores de la ley” serán justificados. En otras palabras, el que no cumple o no hace la ley, no recibe justificación, no es justificado (es decir; perdonado). Los justos ante Dios son aquellos que cumplen o practican las exigencias y requisitos de la ley. Sólo un guardador de la ley es justo ante Dios. Y Dios sólo puede declarar justo a quien cumple con su ley, pues su ley en verdad es la justicia. La perfecta observancia a los mandamientos es lo que constituye a alguien justo.

“…Cristo perfeccionó un carácter justo aquí en la tierra, no en su propio favor, porque su carácter era puro y sin mancha, sino en favor del hombre caído. Él ofrece su carácter al hombre si éste lo acepta. Mediante el arrepentimiento de sus pecados, la fe en Cristo y LA OBEDIENCIA A LA PERFECTA LEY DE DIOS, SE LE IMPUTA AL PECADOR LA JUSTICIA DE CRISTO; él llega a ser su justicia, y su nombre es registrado en el libro de la vida del Cordero. Se convierte en un hijo de Dios, un miembro de la familia real.” (3TI 410.2; 3T.371.2) (Testimonios para la Iglesia, Tomo.3, Pág.410, Par.2)

Hch 15:7 “Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algú...
08/09/2025

Hch 15:7 “Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.”
Hch 15:8 “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;”
Hch 15:9 “y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, PURIFICANDO POR LA FE SUS CORAZONES.”

En este pasaje, Pedro narra su experiencia en casa de Cornelio y los suyos. Al leer la historia en Hechos 10 vemos que esta fue la experiencia de conversión de Cornelio y su familia. Podríamos decir que gracia a la predicación de Pedro, Cornelio y toda su casa encontraron la paz de la justificación en Cristo Jesús. Pero resulta muy interesante que Pedro describa esa conversión y justificación como realizada por la influencia del Espíritu Santo quién purificó los corazones de ellos. (Así como a nosotros). Claramente no se puede separar la experiencia de la justificación de la “purificación del corazón”. Justificación por la fe es lo mismo que “purificación por la fe”. Purificación del alma y el corazón. Leemos:

“…Y cuando el alma se convence que Cristo puede salvar hasta lo sumo a los que por fe se allegan a él; cuando se entrega a él como un Salvador suficiente; cuando se aferra a las promesas y cree plenamente en Jesús, DIOS LO DECLARA UNO CON CRISTO. Cuando el alma depende de Cristo con la simplicidad con que el niño depende de su madre, ENTONCES ES JUSTIFICADO PORQUE LLEGA A SER UNO CON SU SUSTITUTO, que a su vez es su justificación y redención. Este es el amor, que LAS FIBRAS DE LA VOLUNTAD Y EL CORAZÓN SEAN ENTRETEJIDAS EN CRISTO JESÚS.” (HD 182.2; DG.185.1) (Hijas de Dios, Pág.182, Par.2)

07/09/2025

PERFECCIÓN ABSOLUTA

Como la misma palabra lo indica, la perfección absoluta es la perfección que no admite errores. No hay margen para la equivocación de ningún tipo. Implica completa infalibilidad y conocimiento de todo cuanto existe. Evidentemente esta perfección sólo existe en Dios y está vinculada con los atributos divinos. Omnisciencia, Omnipotencia, Omnipresencia, Eternidad, Inmortalidad y Autoexistencia. La Inmutabilidad e Invariabilidad eterna. Dios no conoce errores, pues todo lo sabe. Él no se equivoca. Un aspecto más de esta perfección es la imposibilidad para pecar. Veamos ahora los textos involucrados:

Mal 3:6 “Porque YO JEHOVÁ NO CAMBIO; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.”

Heb 13:8 “Jesucristo ES EL MISMO AYER, Y HOY, Y POR LOS SIGLOS.”

Stg 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, EN EL CUAL NO HAY MUDANZA, NI SOMBRA DE VARIACIÓN.”

Isa 45:23 “Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y NO SERÁ REVOCADA: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.”

Núm 23:19 “DIOS NO ES HOMBRE, PARA QUE MIENTA, NI HIJO DE HOMBRE PARA QUE SE ARREPIENTA. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”

Ecl 3:14 “He entendido que TODO LO QUE DIOS HACE SERÁ PERPETUO; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.”

Stg 1:13 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque DIOS NO PUEDE SER TENTADO POR EL MAL, NI ÉL TIENTA A NADIE; …”

Job 11:7 “¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a LA PERFECCIÓN DEL TODOPODEROSO?”
Job 11:8 “Es MÁS ALTA QUE LOS CIELOS; ¿qué harás? Es MÁS PROFUNDA QUE EL SEOL; ¿cómo la conocerás?”
Job 11:9 “Su dimensión es más extensa que la tierra, Y más ancha que el mar.”

Rom 11:33 “¡Oh profundidad de las riquezas DE LA SABIDURÍA Y DE LA CIENCIA DE DIOS! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”
Rom 11:34 “Porque ¿quién entendió LA MENTE DEL SEÑOR? ¿O quién fue su consejero?”
Rom 11:35 “¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?”
Rom 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”

Vemos como la perfección de Dios está ligada a su conocimiento infinito y eterno. Él lo sabe todo, absolutamente todo. Nada escapa de su sabiduría. De modo que su conocimiento absoluto va ligado a una perfección absoluta e infalible. Teniéndonos en cuenta esta información es totalmente absurdo y ridículo que hablemos de alcanzar la perfección absoluta. Nunca alcanzaremos en esta tierra esa perfección, tampoco la alcanzaremos en el cielo. Y toda la eternidad no será suficiente para que podamos lograrla. Nadie debería hablar de perfección absoluta en la escala humana. No esta disponible ni siquiera para los santos ángeles perfectos que moran junto al trono de Dios. Tampoco los habitantes de otros mundos tienen acceso a esa perfección. Dejemos establecido de una vez y por todas que sólo Dios es absolutamente perfecto.

PD: Cuando los eruditos modernos nos acusan de enseñar la “perfección absoluta”, sólo atacan un muñeco de pajas. Los que creemos en la perfección disponible para el cristiano, no entendemos que se trate de la perfección absoluta. La Teología de la Última Generación tampoco sostiene que antes del cierre de la gracia debemos volvernos absolutamente perfectos. Es una injusticia que se nos acuse de tal idea, cuando el solo pensamiento es descabellado y desenfocado de la realidad. Con esto claramente establecido vemos entonces los otros conceptos de perfección.

CLASE 14 - Justificación Vivencial - PARTE 02Míralo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=xLelb0ocFx4PABLO Y LA JU...
05/09/2025

CLASE 14 - Justificación Vivencial - PARTE 02

Míralo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=xLelb0ocFx4

PABLO Y LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE

Rom 2:13 “…porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino LOS HACEDORES DE LA LEY SERÁN JUSTIFICADOS.”

Es enfática la declaración de que los “hacedores de la ley” serán justificados. En otras palabras, el que no cumple o no hace la ley, no recibe justificación, no es justificado (es decir; perdonado). Los justos ante Dios son aquellos que cumplen o practican las exigencias y requisitos de la ley. Sólo un guardador de la ley es justo ante Dios. Y Dios sólo puede declarar justo a quien cumple con su ley, pues su ley en verdad es la justicia. La perfecta observancia a los mandamientos es lo que constituye a alguien justo.

“…Cristo perfeccionó un carácter justo aquí en la tierra, no en su propio favor, porque su carácter era puro y sin mancha, sino en favor del hombre caído. Él ofrece su carácter al hombre si éste lo acepta. Mediante el arrepentimiento de sus pecados, la fe en Cristo y LA OBEDIENCIA A LA PERFECTA LEY DE DIOS, SE LE IMPUTA AL PECADOR LA JUSTICIA DE CRISTO; él llega a ser su justicia, y su nombre es registrado en el libro de la vida del Cordero. Se convierte en un hijo de Dios, un miembro de la familia real.” (3TI 410.2; 3T.371.2) (Testimonios para la Iglesia, Tomo.3, Pág.410, Par.2)

Rom 5:19 “Porque, así como por la desobediencia de un hombre los muchos FUERON CONSTITUIDOS PECADORES, así también por la obediencia de uno, los muchos serán CONSTITUIDOS JUSTOS.”

La palabra traducida como “constituidos” aquí es la palabra griega “kadsístemi” la cual significa colocar, asentar, designar, constituir, establecer, hacer (perfecto), poner (sobre; etc. Por eso algunas versiones también la traducen por “HACER”. De modo que por la desobediencia de Adán muchos fueron “hechos pecadores”, sin embargo, por la obediencia de Cristo podemos ser “HECHOS JUSTOS”. Es lo que literalmente dice Romanos 5:19.

Evidentemente ser “hechos pecadores” no es una mera pronunciación o acción legal forense, tampoco lo es el ser “hechos justos”. Siguiendo la comparativa del versículo, ser “hechos justos” por la obediencia de Cristo no es una mera acción legal o declarativa, sino una experiencia vivencial. Por la justicia de Cristo somo traídos de regreso a la justicia en la experiencia. Somos colocados en una condición en la que seremos siervos de la justicia obedientes a su ley. Somos HECHOS JUSTOS en la experiencia. Leemos:

“…Él es el Señor, nuestra Justicia. Solo él puede PERDONAR la transgresión y el pecado. Solo él puede JUSTIFICAR a los pecadores arrepentidos, RESTAURANDO EN ELLOS LA IMAGEN MORAL DE DIOS… Porque, así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron hechos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán HECHOS JUSTOS».” (Ms35-1900)

Rom 6:3 “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?”
Rom 6:4 “Porque somos sepultados juntamente con él PARA MUERTE por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los mu***os por la gloria del Padre, así también NOSOTROS ANDEMOS EN VIDA NUEVA.”
Rom 6:5 “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;”
Rom 6:6 “sabiendo esto, que NUESTRO VIEJO HOMBRE FUE CRUCIFICADO JUNTAMENTE CON ÉL, para que el cuerpo del pecado sea destruido, A FIN DE QUE NO SIRVAMOS MÁS AL PECADO.”
Rom 6:7 “Porque EL QUE HA MU**TO, HA SIDO JUSTIFICADO DEL PECADO.”
Rom 6:8 “Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; …”

Notemos que es aquel que ha mu**to quien ha sido justificado del pecado. No se habla aquí de la muerte física, sino de una “muerte simbólica”. Evidentemente se refiere a la muerte al “YO”. El viejo hombre orgulloso y egoísta muere. Muere a sus pasiones y a las inclinaciones de su corazón caído. Por eso ha dejado de ser un siervo del pecado y ahora es un siervo de la justicia. Esa es la muerte de la que se habla aquí. Es la muerte que trae conversión y un nuevo nacimiento. Es muerte regenerativa. Y es aquel que ha mu**to, el que ha sido justificado del pecado. En otras palabras, la justificación verdadera acompaña a esta muerte. Sólo cuando el corazón de piedra muere, entonces el pecador “ha sido justificado del pecado”.

“...Se me instruye a decir que quienes están VERDADERAMENTE CONVERTIDOS revelarán la gracia salvadora de Cristo al trabajar por las almas cegadas por Satanás. EN SUS PROPIAS VIDAS, LOS OBREROS DE DIOS DEBEN MANIFESTAR EL PODER DE LA VERDAD Y LA JUSTICIA. El mundo pronto se encontrará con el gran Legislador por su ley quebrantada. SOLO QUIENES ABANDONAN LA TRANSGRESIÓN Y SE VUELVEN OBEDIENTES PUEDEN ESPERAR PERDÓN.” (Lt138-1910)

Rom 8:1 “Ahora, pues, NINGUNA CONDENACIÓN HAY para los que están en Cristo Jesús, los que NO ANDAN CONFORME A LA CARNE, sino conforme al Espíritu.”
Rom 8:2 “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús ME HA LIBRADO DE LA LEY DEL PECADO y de la muerte.”
Rom 8:3 “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;”
Rom 8:4 “para que LA JUSTICIA DE LA LEY SE CUMPLIESE EN NOSOTROS, que NO ANDAMOS CONFORME A LA CARNE, sino conforme al Espíritu.”

En este pasaje, el apóstol Pablo explica con claridad la razón principal por la que Cristo vino en carne. En semejanza de carne de pecado, la cual es en verdad la misma naturaleza que tiene el pecador. Note el lector que la condenación es anulada solo para los que “no andan conforme a la carne”, porque han sido “liberados de la ley del pecado”. Cristo vino en nuestra carne pecaminosa, tomando nuestra herencia, para poder condenar el pecado en esa carne y darnos así un ejemplo de justicia. Un ejemplo de vida justa. Y esto fue así para que la justicia de la ley se CUMPLIESE en nosotros. No sólo para que se “declarase” en nosotros, sino que se “cumpliese”. En otras palabras, para que esa justicia se “hiciera una realidad” en nuestra vida. No había otra manera en que la justicia de la ley se pudiera manifestar en nuestra experiencia cristiana. Cristo debía dejarnos el ejemplo al condenar el pecado en la carne caída. Para que vivamos conforme a la justicia de la ley. Eso significa ser HECHOS JUSTOS por la fe. Esta es la causa de la justicia impartida o implantada en el alma. Por eso la justificación es más que mera acción legal. El verdadero cristiano no vive en la injusticia (el pecado), sino que su vida está en armonía con la ley de Dios.

“Aquel que asumió la humanidad sobre Sí mismo sabe cómo compadecerse de los sufrimientos de la humanidad. TENÍA LA MISMA NATURALEZA QUE EL PECADOR, aunque no conoció pecado, PARA PODER CONDENAR EL PECADO EN LA CARNE Y PODER COMPADECERSE de los que estaban en las dificultades, peligros y tentaciones que acechaban en su propio camino mientras caminaba con los hombres. DEBEN OBTENER AYUDA COMO ÉL MISMO LA OBTUVO, a través de UNA CONEXIÓN VITAL CON DIOS.” (10MR 176.1) (Manuscript Releases, Vol.10, Pág.176, Par.1)

“…Dios envió a su Hijo unigénito para morir por la raza caída. ¿Pero tomó el Salvador sobre él la culpa de los seres humanos y LES ACREDITÓ SU JUSTICIA PARA QUE ELLOS CONTINUARAN VIOLANDO LOS PRECEPTOS DE JEHOVÁ? ¡NO, NO! Cristo vino porque el hombre no tenía ninguna posibilidad de cumplir la ley con su propio poder. El VINO A TRAERLE LA FUERZA NECESARIA PARA OBEDECER LOS PRECEPTOS DE LA LEY...” (Manuscrito 16, 1888 (domingo 21 de octubre, 1888) (3MS 203.6; 3SM.179.6) (Mensajes Selectos, Tomo.3, Pág.203, Par.6)

Rom 8:5 “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.”
Rom 8:6 “Porque EL OCUPARSE DE LA CARNE ES MUERTE, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.”
Rom 8:7 “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;”
Rom 8:8 “y LOS QUE VIVEN SEGÚN LA CARNE NO PUEDEN AGRADAR A DIOS.”
Rom 8:9 “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y SI ALGUNO NO TIENE EL ESPÍRITU DE CRISTO, NO ES DE ÉL.”
Rom 8:10 “Pero SI CRISTO ESTÁ EN VOSOTROS, el cuerpo en verdad está mu**to a causa del pecado, más EL ESPÍRITU VIVE A CAUSA DE LA JUSTICIA.”

Rom 8:12 “Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;”
Rom 8:13 “porque SI VIVÍS CONFORME A LA CARNE, MORIRÉIS; MÁS SI POR EL ESPÍRITU HACÉIS MORIR LAS OBRAS DE LA CARNE, VIVIRÉIS.”
Rom 8:14 “Porque todos los que son GUIADOS POR EL ESPÍRITU DE DIOS, ÉSTOS SON HIJOS DE DIOS.”
Rom 8:15 “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”
Rom 8:16 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
Rom 8:17 “Y si hijos, también HEREDEROS; HEREDEROS de Dios y COHEREDEROS con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”

Es evidente que la conducta humana está estrechamente relacionada con la obra de justificación. La justificación por la fe desarrolla en el individuo la justicia interna, pues el pecador es transformado y convertido en un siervo de la justicia, un hacedor de la ley. Si es hecho un hacedor de la ley, eso se manifestará en su vida cotidiana. O sea, en su conducta. Por eso ya no anda más conforme a la carne, sino que el Espíritu Santo ha obrado en él un cambio. Este cambio efectuado es la obra de la justificación hecha en el pecador por el poder del Espíritu Santo. Es así como es hecho un heredero de Dios y coheredero con Cristo.

Sin este cambio efectuado en el pecador, entonces no ha ocurrido una verdadera justificación. La conducta no puede ser dejada al margen de la obra de la justificación. Muchos se esfuerzan por reducir la justificación a un mero trámite legal, pero la verdadera justificación es regenerativa. Cambia el corazón, los motivo, las intenciones y la mente del pecador arrepentido. Es una nueva creación.

1Co 6:9 “¿No sabéis que LOS INJUSTOS NO HEREDARÁN EL REINO DE DIOS? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,”
1Co 6:10 “ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”
1Co 6:11 “Y esto erais algunos; más YA HABÉIS SIDO LAVADOS, YA HABÉIS SIDO SANTIFICADOS, YA HABÉIS SIDO JUSTIFICADOS en el nombre del Señor Jesús, y POR EL ESPÍRITU de nuestro Dios.”

La Biblia es demasiado clara. Los injustos (transgresores de la ley) no entrarán en el cielo. En otras palabras, no serán salvos, no serán justificados. Sólo quienes hayan sido lavados por medio del LAVAMIENTO DE LA REGENERACIÓN, y como consecuencia hayan sido SANTIFICADOS por el poder del Espíritu Santo, pueden esperar la JUSTIFICACIÓN que les abrirá las puertas del paraíso. No hay cielo sin lavamiento y santificación. Allí no entrará nada sucio o manchado de pecado.

La justificación por la fe, nos abre las puertas del cielo. Por medio de la justicia IMPUTADA de Cristo recibimos nuestro pasaporte legal a la santa ciudad. Sin embargo, eso no significa que sólo se necesita una declaración judicial sin cambio, transformación o regeneración alguna. Esta “justicia imputada” se la recibe sólo mediante el lavamiento de la regeneración y la santificación en el Espíritu de Dios.

“...Al recibir su JUSTICIA IMPUTADA MEDIANTE EL PODER TRANSFORMADOR DEL ESPÍRITU SANTO, llegamos a ser semejantes a él. Albergamos la imagen de Cristo y ella se apodera de todo nuestro ser.” (The S.D.A. Bible Commentary 6:1098) (MGD 96.4; AG.96.4) (La Maravillosa Gracia de Dios, Pág.96, Par.4)

2Co 5:17 “De modo que, si alguno está en Cristo, NUEVA CRIATURA ES; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
2Co 5:18 “Y todo esto proviene de Dios, quien NOS RECONCILIÓ consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;”

Tenga en cuenta que es por medio de la justificación por la fe que recibimos la reconciliación con Dios. La JUSTICIA IMPUTADA de Cristo nos reconcilia con el creador. Pero también es claro que aquellos que están reconciliados con Cristo, han nacido de nuevo y son hechos una “NUEVA CREACIÓN”. Todas las cosas son hechas nuevas, Dios nos mira como si nunca hubiésemos pecado. Es un nuevo comienzo. La “nueva creación” y la justificación por la fe son el mismo evento. De ahí que no es una verdadera justificación aquella que no incluye la “nueva creación”.

“Cuando el pecador, atraído por el poder de Cristo, se acerca a la cruz levantada y se postra delante de ella, SE REALIZA UNA NUEVA CREACIÓN. Se le da UN NUEVO CORAZÓN; llega a ser UNA NUEVA CRIATURA EN CRISTO JESÚS. LA SANTIDAD ENCUENTRA QUE NO HAY NADA MÁS QUE REQUERIR. Dios mismo es ‘el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (PVGM 127.1; COL.162.4) (Palabras de vida del gran Maestro, Pág.127, Par.1)

2Co 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros LO HIZO PECADO, para que nosotros fuésemos HECHOS JUSTICIA de Dios en él.”

La palabra griega traducida por “HECHOS” aquí es “gínomai”. Significa hacer que sea («gen» -erar), llegar (llegar a ser). Se puede traducir de diversas formas, como: “acontecer, alcanzar, constituir, convertir, efectuar, hacer, nacer, producir, etc.” No cabe duda alguna que el pasaje demuestra que por medio de la justicia de Cristo somo “HECHOS JUSTOS”. Dios nos constituye, nos convierte, no hace personas justas. Cristo fue “hecho pecado”, para que nosotros fuésemos “HECHOS JUSTOS”. Evidentemente esto no es meramente una declaración legal, sino un acto regenerativo.

“La Majestad del cielo reveló ante el mundo un carácter inmaculado, para que su salvación se manifestara en la vida de sus discípulos, dando testimonio al mundo, a los ángeles y a los hombres de la gracia y la gloria que se revelarán a todos los que se nieguen a sí mismos y tomen la cruz de Cristo. POR SU GRACIA, SON JUSTIFICADOS, HECHOS JUSTOS. Y toda alma a quien Cristo ha IMPARTIDO SU JUSTICIA tiene la solemne obligación de practicarla. LA JUSTICIA IMPUTADA DE CRISTO SE CONVERTIRÁ EN JUSTICIA IMPLANTADA, si siguen continuamente sus pasos.” (Ms116-1904)

Gál 4:4 “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,”
Gál 4:5 “para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.”
Gál 4:6 “Y POR CUANTO SOIS HIJOS, DIOS ENVIÓ A VUESTROS CORAZONES EL ESPÍRITU DE SU HIJO, el cual clama: ¡Abba, Padre!”
Gál 4:7 “Así que YA NO ERES ESCLAVO, SINO HIJO; y si hijo, también HEREDERO DE DIOS por medio de Cristo.”

Cuando somos justificados por la fe, también recibimos a la vez la adopción de hijos. Somos adoptados en la familia celestial. Juntamente también Dios envía a nuestros corazones su Espíritu Santo y entonces somos libertados del pecado. Ya no somos más esclavos. Estas experiencias no se pueden separar de la obra de justificación por la fe. La justicia IMPUTADA trae consigo la adopción, el Espíritu Santo y la liberación del pecado. Una vez liberados somos reconocidos como hijos de Dios, y sólo entonces se puede decir que somos herederos del reino. Esa herencia es el reino de los cielos. Y es su justicia IMPUTADA la que nos abre las puertas del cielo, la cual incluye la operación del Espíritu de Cristo en nuestros corazones para una completa liberación del pecado. Sin esta liberación y adopción como hijos no hay una verdadera experiencia de justificación.

“Al describir a sus discípulos la obra y el cargo del Espíritu Santo, Jesús trató de inspirarles el gozo y la esperanza que alentaba su propio corazón. Se regocijaba por la ayuda abundante que había provisto para su iglesia. El Espíritu Santo era el más elevado de todos los dones que podía solicitar de su Padre para la exaltación de su pueblo. El Espíritu iba a ser dado como AGENTE REGENERADOR, y SIN ESTO EL SACRIFICIO DE CRISTO HABRÍA SIDO INÚTIL. El poder del mal se había estado fortaleciendo durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. EL ESPÍRITU ES EL QUE HACE EFICAZ LO QUE HA SIDO REALIZADO POR EL REDENTOR DEL MUNDO. Por el Espíritu ES PURIFICADO EL CORAZÓN. Por el Espíritu llega a ser el creyente partícipe de la naturaleza divina. Cristo ha dado su Espíritu como poder divino para vencer todas las tendencias hacia el mal, hereditarias y cultivadas, y para GRABAR SU PROPIO CARÁCTER EN SU IGLESIA.” (DTG 625.1; DA.671.2) (Deseado de Todas las Gentes, Pág.625, Par.1)

2Ts 2:13 “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio PARA SALVACIÓN, MEDIANTE LA SANTIFICACIÓN POR EL ESPÍRITU Y LA FE EN LA VERDAD,”
2Ts 2:14 “a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.”

La salvación del pecador y la justificación por la fe son la misma cosa. El pecador es salvado por medio de la justificación por la fe. Pero la misma Biblia enseña que Dios nos salva mediante la SANTIFICACIÓN POR EL ESPÍRITU y la FE EN LA VERDAD. Sin esta santificación por medio de la operación del Espíritu Santo y la completa Fe en la verdad no hay salvación (justificación del pecado). De modo que la justificación por la fe que trae salvación es la que incluye la santificación por el Espíritu. La obra regenerativa del Espíritu Santo es un requisito para la salvación (justificación).

“En este pasaje (2 Tesalonicenses 2:13) se nos revelan LOS DOS AGENTES DE LA OBRA DE LA SALVACIÓN: la influencia divina, y la fe viva y fuerte de los que siguen a Cristo. POR LA SANTIFICACIÓN DEL ESPÍRITU Y POR CREER EN LA VERDAD, llegamos a ser colaboradores con Dios. Cristo espera la cooperación de su iglesia...” (CM 22.2; CT.22.1) (Consejos para los Maestros, Pág.22, Par.2)

“…A los que le piden, Jesús les IMPARTE el Espíritu Santo, pues es necesario que cada creyente sea liberado de la corrupción, así como de la maldición y condenación de la ley. MEDIANTE LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO, LA SANTIFICACIÓN DE LA VERDAD, el creyente llega a ser IDÓNEO para los atrios del cielo, pues Cristo ACTÚA DENTRO DE ÉL y la justicia de Cristo está sobre él. SIN ESTO, NINGÚN ALMA TENDRÁ DERECHO AL CIELO. No disfrutaríamos del cielo a menos que estuviéramos CALIFICADOS para su santa atmósfera por la influencia del Espíritu y de la justicia de Cristo.” (1MS 462.2; 1SM.394.3) (Mensajes Selectos, Tomo.1, Pág.462, Par.2)

Heb 12:14 “Seguid la paz con todos, y LA SANTIDAD, SIN LA CUAL NADIE VERÁ AL SEÑOR.”

Hay una santificación esencial para la salvación. Sin esa santificación las puertas del cielo están cerradas. No hay verdadera justificación al margen de la santificación. Sin santidad nadie está salvo, nadie está justificado en Cristo. La santidad es un requisito para la justificación. De modo que la justificación incluye la santificación.

“…Quienes profesan ser cristianos recuerden que la profesión no los salvará. La vida que solo Cristo puede dar se da BAJO LA CONDICIÓN DE LA OBEDIENCIA, una obediencia que ABARCA A TODO EL SER HUMANO: MENTE, CORAZÓN, ALMA Y FUERZAS. ESTA ES LA VERDADERA SANTIFICACIÓN. «Haz esto, y vivirás» es LA ÚNICA DEFINICIÓN GENUINA DE SANTIFICACIÓN.” (ST August 2, 1899, par. 2) (The Signs of the Times, 2 de agosto de 1899, Par.2)

Tit 3:4 “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,”
Tit 3:5 “NOS SALVÓ, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, POR EL LAVAMIENTO DE LA REGENERACIÓN Y POR LA RENOVACIÓN EN EL ESPÍRITU SANTO,”
Tit 3:6 “el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,”
Tit 3:7 “para que, JUSTIFICADOS POR SU GRACIA, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”

Este pasaje no deja lugar a la duda. Somos salvados (justificados) por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo. Sólo así estamos justificados por su gracia. Esta es la verdadera justificación. Sin el lavamiento de la regeneración y la renovación en el Espíritu Santo, no hay salvación, ni justificación. La obra regenerativa y santificadora de Dios no es un mero resultado de la justificación legal, sino la condición misma para esa justificación. Leemos:

“El que no naciere otra vez no puede ver el reino de Dios”. Puede conjeturar e imaginar, pero sin el ojo de la fe no puede ver el tesoro. Cristo dio su vida para asegurarnos este inestimable tesoro; pero SIN LA REGENERACIÓN POR MEDIO DE LA FE EN SU SANGRE, NO HAY REMISIÓN DE PECADOS, ni tesoro alguno para el alma que perece.” (PVGM 84.2; COL.112.5) (Palabras de Vida del Gran Maestro, Pág.84, Par.2)

EL APÓSTOL JUAN Y LA JUSTICIA DE CRISTO

Apo 7:13 “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están VESTIDOS DE ROPAS BLANCAS, ¿quiénes son, y de dónde han venido?”
Apo 7:14 “Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y HAN LAVADO SUS ROPAS, Y LAS HAN EMBLANQUECIDO EN LA SANGRE DEL CORDERO.”

El autor de Apocalipsis presenta a toda una generación que “han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre de Cristo Jesús”. Este lavamiento presentado aquí no es una mera legalidad. Las ropas son una representación de la justicia (carácter) de la persona. Dejemos que el mismo Juan nos lo explique:

NOTA:

1Jn 1:6 “Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;”
1Jn 1:7 “pero SI ANDAMOS EN LUZ, COMO ÉL ESTÁ EN LUZ, tenemos comunión unos con otros, y LA SANGRE DE JESUCRISTO SU HIJO NOS LIMPIA DE TODO PECADO.”

Apo 16:15 “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado EL QUE VELA, Y GUARDA SUS ROPAS, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.”

Apo 19:8 “Y a ella se le ha concedido que se vista de LINO FINO, LIMPIO Y RESPLANDECIENTE; porque EL LINO FINO ES LAS ACCIONES JUSTAS DE LOS SANTOS.”

Apo 22:14 “Bienaventurados LOS QUE LAVAN SUS ROPAS, PARA TENER DERECHO AL ÁRBOL DE LA VIDA, y para entrar por las puertas en la ciudad.”

Apo 22:14 “Bienaventurados LOS QUE GUARDAN SUS MANDAMIENTOS, PARA TENER DERECHO AL ÁRBOL DE LA VIDA, Y PODER ENTRAR POR LAS PUERTAS EN LA CIUDAD.” (RVGómez)

Vemos aquí que la estricta obediencia a los mandamientos de Dios es parte de este “lavamiento de las ropas”. Una justicia limpia es representada por ropas emblanquecidas, mientras que una injusticia o impiedad es representada con ropas sucias. Las vestiduras representan el carácter y la justicia de la persona. El libro de Apocalipsis está impregnado del mensaje de la justicia de Cristo y la justificación por la fe, y nos muestra con claridad que esta justificación es más que mero trámite legal, es la transformación y perfección del carácter.

“Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana. Cristo, en su humanidad, DESARROLLÓ UN CARÁCTER PERFECTO, Y OFRECE IMPARTIRNOS A NOSOTROS ESTE CARÁCTER. “Como trapos asquerosos son todas nuestras justicias”. Todo cuanto podamos hacer por nosotros mismos está manchado por el pecado. Pero el Hijo de Dios “apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él”. Se define el pecado como la “transgresión de la ley”. Pero Cristo fue obediente a todo requerimiento de la ley. Él dijo de sí mismo: “Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón”. Cuando estaba en la tierra dijo a sus discípulos: “He guardado los mandamientos de mi Padre”. Por su perfecta OBEDIENCIA HA HECHO POSIBLE QUE CADA SER HUMANO OBEDEZCA LOS MANDAMIENTOS DE DIOS. Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con su corazón, la voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los pensamientos se sujetan a él; vivimos su vida. ESTO ES LO QUE SIGNIFICA ESTAR VESTIDOS CON EL MANTO DE SU JUSTICIA. Entonces, cuando el Señor nos contempla, él ve no el vestido de hojas de higuera, no la desnudez y deformidad del pecado, sino SU PROPIA ROPA DE JUSTICIA, QUE ES LA PERFECTA OBEDIENCIA A LA LEY DE JEHOVÁ.” (PVGM 253.3; COL.311.4) (Palabras de Vida del Gran Maestro, Pág.253, Par.3)

Los que se visten de la justicia de Cristo, no llevan por dentro una justicia propia contaminada por el pecado. Ellos son cubiertos con el manto blanco y limpio de la justicia de Cristo, sólo después que los trapos sucios de su propia justicia humana son quitados y eliminados. Cristo no cubre con su justicia a nadie en el pecado, Él primero quita el pecado y luego pone su justicia inmaculada. Lo que se entiende o interpreta como primero nos “HACE JUSTOS”, y luego nos “DECLARA JUSTOS”.

“¡Cristianismo: cuántos hay que no saben lo que es! No es algo que nos colocamos por fuera. Es UNA VIDA INFUNDIDA DENTRO DE NOSOTROS por la vida de Jesús. SIGNIFICA QUE ESTAMOS USANDO EL MANTO DE LA JUSTICIA DE CRISTO...” (TM 131.1; TM.131.1) (Testimonios para los Ministros, Pág.131, Par.1)

“Que todos comprendan que no podemos servir a Dios y a Mammón. Cristo declara: “El que no está conmigo, contra mí está, y el que conmigo no recoge, desparrama”. En palabra, en acción, en espíritu, en su vida hogareña, en sus negocios y en sus relaciones con la iglesia, UN HOMBRE ES CRISTIANO O ES PECADOR. LAS VESTIDURAS DE LA JUSTICIA DE CRISTO NO CUBREN NINGÚN ALMA CONTAMINADA POR EL PECADO.” (Ms106-1902)

OTROS PASAJES A CONSIDERAR:

Gál 2:20 “Con Cristo ESTOY JUNTAMENTE CRUCIFICADO, Y YA NO VIVO YO, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Gál 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino LA FE QUE OBRA POR EL AMOR.”

Gál 6:15 “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino UNA NUEVA CREACIÓN.”

Flp 2:13 “…porque DIOS ES EL QUE EN VOSOTROS PRODUCE ASÍ EL QUERER COMO EL HACER, por su buena voluntad.”

A manera de conclusión, vemos en todos estos versículos de la Biblia que la justificación por la fe es más que una mera declaración legal hecha en los registros celestiales. Es más que una consigna pronunciada para cancelar la deuda del pecador. La justificación no deja al pecador en su condición, lo transforma, lo regenera. Lo muda en otro hombre, una nueva creación. Cambia su corazón y no es gobernado más por la carne, sino por el Espíritu Santo. Dios hace justo al pecador por medio de su perdón.

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