Ronaldo Llácer Leyva - Teología

Ronaldo Llácer Leyva - Teología Adventista Del Séptimo Día Libre. Defensor de la Teología de la Última Generación y del Mensaje de 1888. Soy Adventista del Séptimo Día de tercera generación.

El 2 de Abril del 2020 me uní a la Iglesia Adventista del Séptimo Día Libre. Creo en el Mensaje del Tercer Ángel y como misión predicar la Verdad Presente. El fundamento de mi fe está en la Santa Biblia y los escritos inspirados de Elena G. de White. Creo en la Teología de la Última Generación y en el Mensaje de 1888 predicado en Minneapolis por Jones y Waggoner. Maranatha: Cristo Viene Pronto. Ro

m 16:20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

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03/07/2025

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Sal 145:3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable.

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01/07/2025

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CLASE 09 - Condición Humana y Estatus Legal Míralo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=L4jmKghkr4QHasta aquí hem...
29/06/2025

CLASE 09 - Condición Humana y Estatus Legal

Míralo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=L4jmKghkr4Q

Hasta aquí hemos presentado 8 clases distintas sobre la Teología de la Última Generación. Hemos tratados 3 tópicos diferentes. La clase #1 estuvo dedicada a la introducción del tema. Las clases #2 y #3 trataron la cuestión de qué es el pecado. Las clases #4 y #5 la naturaleza superior vs la naturaleza inferior. Y en las clases #6, #7 y #8 estudiamos cómo fue Cristo en su naturaleza humana.

La Teología de la Última Generación es una teología sistemática, lógica y consecuente. Cada fundamento y conclusión es la base y premisa para la siguiente. De ahí que lo que entendemos sobre Hamartiología, definirá de hecho lo que creamos sobre Cristología. Y estas dos premisas a su vez modelarán nuestra comprensión sobre Soteriología. Las clases presentadas anteriormente cubrieron enseñanzas sobre la “Hamartiología” y la “Cristología”. A partir de esta clase #9 en adelante trataremos la “Soteriología”.

La “Soteriología” no es más que la ciencia de la teología que estudia la cuestión de la salvación. De modo que lo que vamos a estudiar a partir de esta clase en adelante es el evangelio mismo. ¿Cómo salva Dios al pecador? ¿Qué tanto lo salva de sus pecados? El plan de redención es un asunto para la meditación constante. Infinito en su desarrollo y tan amplio que la mente humana no es capaz de asimilar todas sus dimensiones. Procuraremos entenderlo en su sencillez y simplicidad, tal como éste se desarrolla en la revelación inspirada.

LA CONDICIÓN HUMANA

Lo primero que debemos comprender es la naturaleza de la enfermedad y de los enfermos. En las clases #2 y #3 analizamos la naturaleza de la enfermedad. La “Hamartiología”, ¿qué es pecado? En resumidas cuentas, aprendimos que el pecado tiene una única definición en los escritos inspirados. Es la transgresión de la ley, y no hay otra verdadera y correcta definición en nuestro mundo. Antes de la recepción de la luz (información y conocimiento) no hay pecado en el individuo, pues el pecado es precisamente rechazar e ir en contra de la luz. Los malos pensamientos y sentimientos, no son pecado en su naturaleza misma, sino que se convierten en pecado para nosotros, sólo tras el consentimiento personal al acariciar o albergar tales cosas en nuestra mente. El pecado es siempre un acto de la voluntad humana. No estamos total y absolutamente depravados como algunos sugieren. Y un pecador es aquel que viola los mandamientos de Dios. El pecador lo es por decisión propia y deliberada. A continuación, recordaremos un resumen de los expresado por los testimonios en esta dirección.

“…pecado: es la transgresión de la ley de Dios. Esta es LA ÚNICA DEFINICIÓN QUE DAN LAS ESCRITURAS.” (FO 56.2; FW.56.1) (Fe y Obras, Pág.56, Par.2)

“…NO EXISTE OTRA DEFINICIÓN EN NUESTRO MUNDO EXCEPTO QUE EL PECADO ES LA TRANSGRESIÓN DE LA LEY, …” (1SAT 121.2) (Sermons and Talks Volume One, Pág.121, Par.2)

“…ANTES QUE SE RECIBA LA LUZ NO HAY PECADO, PORQUE NO HAY LUZ QUE ELLOS PUEDAN RECHAZAR.” (1TI 112.1; 1T.116.1) (Testimonios para la Iglesia, Tomo.1, Página.112, Par.1)

“…HAY PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS SUGERIDOS Y FOMENTADOS POR SATANÁS...; PERO SI NO SE LOS ALBERGA, SI SE LOS RECHAZA POR ODIOSOS, EL ALMA NO SE CONTAMINA CON LA CULPA…” (The Review and Herald, 27 de marzo de 1888) (2MCP 78.3; 2MCP.432.2) (Mente, Carácter y Personalidad, Tomo.2, Pág.78, Par.3)

“…LA TRANSGRESIÓN ES SIEMPRE UN ACTO DE NOSOTROS…” (Historia de los Patriarcas y Profetas, 446) (MJ 43.3; MYP.62.2) (Mensaje para los Jóvenes, Pág.43, Par.3)

“…EL PECADO ES UN ACTO INDIVIDUAL DEL PECADOR...” (ST December 18, 1893, par. 10) (The Signs of the Times, 18 de diciembre de 1893, Par.10)

“… ¿ESTÁ EL HOMBRE POR NATURALEZA TOTAL Y COMPLETAMENTE DEPRAVADO?"… NO, NO LO ESTÁ…” (9MR 238.3) (Manuscript Releases, Vol.9, Pág.238, Par.3)

“…UN HOMBRE ES CRISTIANO O ES PECADOR. LAS VESTIDURAS DE LA JUSTICIA DE CRISTO NO CUBREN NINGÚN ALMA CONTAMINADA POR EL PECADO.” (Ms106-1902)

“…QUIEN NO OBEDECE LOS MANDAMIENTOS DE DIOS ES PECADOR A LA VISTA DE DIOS.” (ST June 20, 1895, par. 5) (The Signs of the Times, 20 de junio de 1895, Par.5)

“…EL PECADOR LO ES POR DECISIÓN PROPIA Y DELIBERADA.” (ST March 9, 1882, par. 3) (The Signs of the Times, 9 de marzo de 1882, Par.3)

Con esto en mente, veamos a continuación la condición o estado de aquellos que han incurrido en la transgresión. ¿Cómo afecta el pecado la naturaleza humana? ¿Cómo afectó el pecado de Adán nuestra condición biológica? Y, ¿cuál es el estatus legal de un pecador a la vista de Dios?

PROBLEMA 01 - DEUDA LEGAL

El primer problema que tiene el pecador es una “deuda legal”, una condena inmediata que debe ser solucionada para que éste pueda escapar de su culpa. Esto significa que, tras la transgresión de la ley, el pecador debe ser aniquilado inmediatamente. Debe ser exterminado, debe dejar de existir para siempre. La única razón por la que eso no pasó con Adán tras la caída fue gracias al plan de redención y la gracia divina. Veamos que dice la inspiración sobre la deuda legal del hombre y qué consecuencias trae sobre él.

Gén 2:17 “…más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque EL DÍA QUE DE ÉL COMIERES, CIERTAMENTE MORIRÁS.”

Rom 5:12 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y POR EL PECADO LA MUERTE, así LA MUERTE PASÓ A TODOS LOS HOMBRES, POR CUANTO TODOS PECARON.”

Rom 6:23 “Porque LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Stg 1:15 “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, DA A LUZ LA MUERTE.”

Apo 20:6 “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; LA SEGUNDA MUERTE no tiene potestad sobre éstos, …”

Vemos claramente aquí que la paga del pecado es muerte eterna, es la segunda muerte. Todo aquél que peque contra Dios, está condenado a morir. Esa es la “deuda legal” que tiene el transgresor. Debe pagar con su vida el precio de haber pecado. Debe dejar de existir. Y ninguna “obra de justicia” u “obra de la ley” podrá salvarle de esa condena. La culpa por el pecado no se puede resolver intentando obrar la justicia o guardando la ley.

Rom 3:19 “Pero sabemos que TODO LO QUE LA LEY DICE, LO DICE A LOS QUE ESTÁN BAJO LA LEY, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;”
Rom 3:20 “ya que POR LAS OBRAS DE LA LEY NINGÚN SER HUMANO SERÁ JUSTIFICADO DELANTE DE ÉL; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”

Gál 2:16 “sabiendo que EL HOMBRE NO ES JUSTIFICADO POR LAS OBRAS DE LA LEY, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, PARA SER JUSTIFICADOS POR LA FE DE CRISTO Y NO POR LAS OBRAS DE LA LEY, POR CUANTO POR LAS OBRAS DE LA LEY NADIE SERÁ JUSTIFICADO.”

Gál 3:10 “Porque TODOS LOS QUE DEPENDEN DE LAS OBRAS DE LA LEY ESTÁN BAJO MALDICIÓN, pues escrito está: Ma***to todo aquel que NO PERMANECIERE en todas las cosas escritas en el libro de la ley, PARA HACERLAS.”

De modo que la ley no puede justificar a nadie. No es el objetivo de la ley justificar al pecador, sino todo lo contrario, condenarle a muerte eterna y exigir que pague por su pecado. Intentar guardar la ley con nuestro propio mejor esfuerzo no saldará la deuda acumulada en el pasado, la misma debe ser pagada. De ahí que un solo pecado cometido, es suficiente para eliminar nuestra justicia y exigir nuestra extinción ante la ley. El hombre no alcanza la justificación guardando la ley desde un punto en adelante, cuando ya la ha transgredido al menos una vez. El Espíritu de Profecía lo explica así:

“...Yo vi que le era imposible a Dios alterar o mudar su ley para salvar al HOMBRE PERDIDO Y CONDENADO A PERECER; por lo tanto, consintió en que su amado Hijo muriese por la transgresión del hombre.” (PE 151.4; EW.152.1) (Primeros Escritos, Pág.151, Par.4)

“Esta era la situación de la raza humana después que el hombre, por su transgresión, se divorció de Dios. Entonces YA NO TENÍA MÁS DERECHO A UNA BOCANADA DE AIRE, A UN RAYO DE SOL O A UNA PARTÍCULA DE ALIMENTO...” (FO 19.2; FW.21.2) (Fe y Obras, Pág.19, Par.2)

“Todo el cielo se lamentó por la desobediencia y la caída de Adán y Eva, que HABÍAN ACARREADO LA IRA DE DIOS SOBRE TODA LA ESPECIE HUMANA. Ya no podían tener comunión directa con Dios y se habían sumergido en la miseria y la desesperación. NO SE PODÍA CAMBIAR LA LEY DE DIOS para que se adaptara a la necesidad del hombre, porque de acuerdo con el plan de Dios ÉSTA NUNCA DEBÍA PERDER SU FUERZA NI ANULAR EL MÁS PEQUEÑO DE SUS REQUERIMIENTOS.” (HR 47.3; SR.46.2) (Historia de la Redención, Pág.47, Par.3)

“Cristo murió porque no había ninguna otra esperanza para el transgresor. Este PUEDE TRATAR DE GUARDAR LA LEY DE DIOS EN EL FUTURO; pero LA DEUDA EN LA QUE HA INCURRIDO EN EL PASADO PERMANECE, Y LA LEY DEBE CONDENARLO A MUERTE. Cristo vino a pagar esa deuda por el pecador, la cual ERA IMPOSIBLE QUE ÉSTE PAGARA POR SÍ MISMO. Así, mediante el sacrificio expiatorio de Cristo, le fue concedida al hombre pecador OTRA OPORTUNIDAD.” (FO 29.1; FW.30.1) (Fe y Obras, Pág.29, Par.1)

“El pecador que ha robado a Dios años de servicio, NO TIENE MEDIOS PARA CANCELAR SU DEUDA. Jesús se interpone entre el pecador y Dios, diciendo: YO PAGARÉ LA DEUDA. Perdona al pecador; yo SUFRIRÉ EN SU LUGAR.” (HAp 365.5; AA.458.2) (Hechos de los Apóstoles, Pág.365, Par.5)

“…NO HABÍA PODER EN LA LEY PARA PERDONAR A SU TRANSGRESOR. Sólo Jesús podía pagar la deuda del pecador...” (1MS 269.2; 1SM.229.2) (Mensajes Selectos, Tomo.1, Pág.269, Par.2)

La justicia divina exige la muerte del pecador. La ley eterna así lo declara. El hombre no puede salvarse así mismo, pues claramente no puede pagar su deuda, salvo con su propia muerte. La muerte del pecador mismo expiaría las exigencias de la ley, pero eso acabaría con todas las esperanzas del pecador. ¿Cómo puede Dios salvar (justificar) al pecador y a la misma vez mantener la justicia de su ley, sin anularla o quitarla?

PROBLEMA 02 - DEBILIDAD HUMANA - NATURALEZA CAÍDA

El problema del hombre en realidad va más allá de la “deuda legal” con la ley inmutable de Dios. Ya ese problema es suficiente para poner fin a la existencia del hombre. Un solo pecado cometido en la vida es suficiente para meternos en problemas eternos. Sin embargo, hay otro problema igual de grabe que el primero. Y es que, tras la caída en el pecado, el hombre se debilitó de tal forma que se convirtió en un siervo del pecado. Eso significa que en sí mismo el hombre no tiene poder moral, para dejar de transgredir la ley. Continúa pecando persistentemente, lo que acumula aún más deudas que exigen su exterminio.

La ley no ha de ser rebajada jamás o anulada para salvar al pecador o adaptarse a su nueva condición caída, de debilidad y fragilidad moral. La ley de Dios es eterna y sus exigencias estarán ahí por la eternidad. De modo que todo ser inteligente que viva delante de Dios debe estar en perfecta armonía con sus requisitos. Toda criatura moralmente responsable debe estar a la altura del estándar moral de la ley de Dios. Y la condición pecaminosa del hombre le hace imposible alcanzar tal estatus. El hombre no puede obedecer la ley de Dios, no puede hacerse justo así mismo, porque no tiene la fuerza para lograrlo.

En pocas palabras, si el hombre no deja de transgredir la ley, jamás sería aceptado ante Dios y estaría siempre bajo su condena, pues volvería a transgredirla una vez más. De modo que, si aún se hallara un medio para justificar al hombre de sus pecados pasados, si éste volviera a pecar, estaría una vez más bajo el peso de la ley, pues la ley no desaparece para él, ni rebaja su norma para adaptarse a su situación de debilidad en la carne pecaminosa. No serviría de nada entonces el perdón para el pecador, pues siempre volvería a su condición de culpabilidad debido a su imposibilidad de obedecer. Ese es un problema que también habría que solucionar de algún modo, para que el hombre pueda ser colocado una vez más en armonía con la ley de Dios. Veamos como lo explica la inspiración:

Mat 26:41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero LA CARNE ES DÉBIL.”

Rom 6:16 “¿No sabéis que, si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, SOIS ESCLAVOS DE AQUEL A QUIEN OBEDECÉIS, SEA DEL PECADO PARA MUERTE, o sea de la obediencia para justicia?”

Rom 7:18 “Y yo sé que, en mí, esto es, EN MI CARNE, NO MORA EL BIEN; porque el querer el bien está en mí, PERO NO EL HACERLO.”

2Pe 2:19 “Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. PORQUE EL QUE ES VENCIDO POR ALGUNO ES HECHO ESCLAVO DEL QUE LO VENCIÓ.”

Cuando el hombre pecó, adquirió una naturaleza caída y pecaminosa. ¿Qué significa precisamente eso para él? Veamos cómo lo explican los testimonios:

“De acuerdo con el determinado consejo de Dios, el hombre debía ser creado, DOTADO CON LA FACULTAD DE CUMPLIR LA VOLUNTAD DIVINA.” (MGD 129.2; AG.129.2) (La Maravillosa Gracia de Dios, Pág.129, Par.2)

Originalmente el hombre podía en su propio poder moral rendir una perfecta justicia a la ley. En realidad, no era nada difícil o molesto para el hombre alcanzar o permanecer en el estado de justo, pues Dios lo creó con esa capacidad natural. Pero tras la caída las cosas cambiaron para el hombre, y desde entonces, ya no podía permanecer justo con su propia fuerza.

“…si cedían a la tentación, SU NATURALEZA SE DEPRAVARÍA, y NO TENDRÍAN EN SÍ MISMOS PODER NI DISPOSICIÓN PARA RESISTIR A SATANÁS.” (PP 32.3; PP.53.2) (Patriarcas y Profetas, Pág.32, Par.3)

“Antes que Adán cayese LE ERA POSIBLE desarrollar un carácter justo por la obediencia a la ley de Dios. Más no lo hizo, y por causa de su caída TENEMOS UNA NATURALEZA PECAMINOSA Y NO PODEMOS HACERNOS JUSTOS A NOSOTROS MISMOS. Puesto que somos pecadores y malos, NO PODEMOS OBEDECER PERFECTAMENTE UNA LEY SANTA.” (CC 62.2; SC.62.2) (El Camino a Cristo, Pág.62, Par.2)

“…por la desobediencia, SUS FACULTADES SE PERVIRTIERON Y EL EGOÍSMO REEMPLAZÓ EL AMOR. Su naturaleza quedó tan debilitada por la transgresión que YA NO PUDO, POR SU PROPIA FUERZA, RESISTIR EL PODER DEL MAL...” (CC 17.1; SC.17.1) (El Camino a Cristo, Pág.17, Par.1)

“...En NUESTRO ACTUAL ESTADO CAÍDO todo lo que se necesita es entregar la mente y el carácter a sus TENDENCIAS NATURALES. En el mundo natural, dejad un campo abandonado y lo veréis cubrirse de ESPINAS Y CARDOS; ...” (Carta 26d, 1887) (ELC 197.4; HP.195.4) (En los Lugares Celestiales, Pág.197, Par.4)

“…nuestros corazones son POR NATURALEZA DEPRAVADOS, que NO PODEMOS POR NOSOTROS MISMOS SEGUIR UNA CONDUCTA CORRECTA...” (CM 530.1; CT.544.2) (Consejos para los Maestros, Pág.530, Par.1)

“...En la vida de todo ser humano se manifiesta EL RESULTADO DE HABER COMIDO DEL ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO DEL BIEN Y DEL MAL. Hay en su naturaleza UNA INCLINACIÓN HACIA EL MAL, UNA FUERZA que solo, sin ayuda, él no podría resistir…” (ED 28.2; Ed.29.1) (La Educación, Pág.28, Par.2)

“…El poder del mal está tan identificado con la naturaleza humana que NINGÚN HOMBRE PUEDE VENCERLO EXCEPTO POR SU UNIÓN CON CRISTO...” (RM 44.4; NL.44.1) (Reavivamientos Modernos, Pág.44, Par.4)

“Hay TENDENCIAS AL MAL, HEREDITARIAS Y CULTIVADAS, que deben ser vencidas. El apetito y la pasión han de ser puestos bajo el dominio del Espíritu Santo. NO TIENE TÉRMINO LA LUCHA DE ESTE LADO DE LA ETERNIDAD...” (1MCP 21.3; 1MCP.6.1) (Mente, Carácter y Personalidad, Tomo.1, Pág.21, Par.3)

RESUMEN:

La Biblia describe la condición deplorable del hombre en los siguientes términos:

Job 14:1 “EL HOMBRE NACIDO DE MUJER, Corto de días, y hastiado de sinsabores,”
Job 14:2 “Sale como una flor y es cortado, Y huye como la sombra y no permanece.”
Job 14:3 “¿Sobre éste abres tus ojos, Y me traes a juicio contigo?”
Job 14:4 “¿QUIÉN HARÁ LIMPIO A LO INMUNDO? NADIE.”

Sal 51:5 “He aquí, EN MALDAD he sido formado, Y EN PECADO me concibió mi madre.”

Pro 20:9 “¿Quién podrá decir: YO HE LIMPIADO MI CORAZÓN, LIMPIO ESTOY DE MI PECADO?”

Isa 64:6 “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y TODAS NUESTRAS JUSTICIAS COMO TRAPO DE INMUNDICIA; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.”

Jer 13:23 “¿MUDARÁ EL ETÍOPE SU PIEL, Y EL LEOPARDO SUS MANCHAS? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando HABITUADOS A HACER MAL?”

Jer 17:9 “ENGAÑOSO es el corazón más que todas las cosas, y PERVERSO; ¿quién lo conocerá?”

Rom 3:23 “por cuanto TODOS pecaron, y están DESTITUIDOS DE LA GLORIA DE DIOS,”

Rom 7:14 “Porque sabemos que la ley es espiritual; más YO SOY CARNAL, VENDIDO AL PECADO.”
Rom 7:15 “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues NO HAGO LO QUE QUIERO, SINO LO QUE ABORREZCO, ESO HAGO.”

Rom 7:24 “¡MISERABLE de mí! ¿quién me librará de ESTE CUERPO DE MUERTE?”

Efe 2:3 “entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y ÉRAMOS POR NATURALEZA HIJOS DE IRA, lo mismo que los demás.”

Apo 3:17 “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú ERES UN DESVENTURADO, MISERABLE, POBRE, CIEGO Y DESNUDO.”

No tenemos la capacidad de limpiar nuestra inmundicia. Fuimos formados en medio de la maldad y sumergidos en derredor del pecado desde la concepción. Al hombre le es imposible limpiar su propio corazón, no puede quitar su pecado. No puede cambiar su naturaleza superior, no puede mudar su carácter. Estamos destituidos de la gloria de Dios. El transgresor es carnal vendido al pecado, sin voluntad para hacer el bien. Por naturaleza hijo de la ira. Un miserable. Esta es la deplorable situación del pecador. Si algo deja claro la Biblia, es que no está en las facultades humanas la autojustificación. El hombre no puede hacer nada que le de mérito en alcanzar la justificación o el favor de Dios.

A manera de resumen, encontramos que la cuestión del pecado ha ocasionado dos graves problemas en la raza humana. Dos problemas terribles que deben ser solucionados, de lo contrario la extinción del pecador es inminente y su salvación cuelga de un hilo (rojo) mientras permanece en este estado. El primer problema es una “deuda legal” que debe pagarse con sangre, con la vida misma. El segundo problema es una “condición pecaminosa” que hace que el pecador no pueda dejar de pecar en sus propios medios. Lo que le trae de regreso al primer problema, a la acumulación de pecados (deudas legales) que exigirán su aniquilación. ¿Cómo resuelve Dios estos dos problemas? ¿Cómo es justificado el pecador en tal condición?

De alguna manera el plan de redención, si realmente es perfecto y efectivo en todas sus áreas, debe implicar un rescate completo del poder del pecado para el género humano. El hombre no sólo debe ser perdonado por sus pecados pasados, y de esa forma cancelada su “deuda legal”, sino que debe ser fortalecido en su debilidad y capacitado para rendir perfecta justicia a la ley, de modo que no vuelva a estar bajo su condena. En la próxima clase, veremos como Cristo es la solución real y verdadera a todos los problemas del hombre.

28/06/2025

Al Andar con Jesús. Parte especial, Sábado 28 de Junio del 2025. Ronaldo Llacer Leyva y Dailis Hinojosa Durán.

 y  destacados🚨🚨🚨 Próximo estreno. No te lo vayas a perder. Comenzamos ya con el tema de la Justificación por la Fe. 🚨🚨🚨...
28/06/2025

y destacados

🚨🚨🚨 Próximo estreno. No te lo vayas a perder. Comenzamos ya con el tema de la Justificación por la Fe. 🚨🚨🚨

SERIE: Teología de la Última Generación (TUG)CLASE 09 - Condición Humana y Estatus Legal

Hace unos días atrás terminé de leer las 6 cartas del pastor M.L. Andreasen en protesta a la Nueva Teología introducida ...
28/06/2025

Hace unos días atrás terminé de leer las 6 cartas del pastor M.L. Andreasen en protesta a la Nueva Teología introducida en 1957 mediante el libro "Preguntas sobre Doctrinas". El PDF incluye el penúltimo capítulo de su libro "El Santuario y su Servicio", bajo el título "La Última Generación". Recomiendo estos materiales al estudiante adventista serio. El conocimiento de esta historia debería ser obligatorio. 1957 marcó un cambio en la IASD que permanecerá hasta el mismo fin. Falsas doctrinas y herejías penetraron en la iglesia. La Expiación Terminada en la Cruz, la Naturaleza Prelapsaria de Cristo y el Pecado Original. Si deseas estudiar sobre el asunto suscríbete a nuestro canal principal de YouTube: https://www.youtube.com/

Un tema que hace temblar a la Nueva Teología.
26/06/2025

Un tema que hace temblar a la Nueva Teología.

“Piensa en la humillación de Cristo. Tomó sobre sí LA NATURALEZA HUMANA CAÍDA Y SUFRIENTE, DEGRADADA Y CONTAMINADA POR EL PECADO. Él tomó nuestras p***s, lle...

Isa 53:5  Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él...
23/06/2025

Isa 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Isa 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros cura...

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19/06/2025

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Sal 42:1 "...Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. "

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18/06/2025

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“LAS PASIONES INFERIORES TIENEN SU SEDE EN EL CUERPO Y OBRAN POR SU MEDIO. LAS PALABRAS “CARNE”, “CARNAL”, O “CONCUPISCENCIAS CARNALES” ABARCAN LA NATURALEZA...

CLASE 08 - La Naturaleza Humana de Cristo - PARTE 03Míralo Completo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=IBjiJ_cp...
17/06/2025

CLASE 08 - La Naturaleza Humana de Cristo - PARTE 03

Míralo Completo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=IBjiJ_cpjLA

DESARROLLÓ UNA NATURALEZA SUPERIOR IMPECABLE

En la clase anterior aprendimos que en cuanto a la carne o “naturaleza inferior” de Cristo, la inspiración nos explica que él se sometió a la herencia de nuestra humanidad caída y pecaminosa. Eso significó para Cristo lo mismo que significa para nosotros el heredar una naturaleza degradada y degenerada por el pecado. Él fue tentado como es tentado el hombre caído. Las citas Bíblicas y de los testimonios son claras y contundentes en este aspecto.

En esta ocasión trataremos el asunto de la “naturaleza superior” de Cristo. Nos compete saber cómo fue Él en el desarrollo de su carácter y personalidad. ¿Cómo era la mente de Cristo? Ya sabemos que su carne se vio afectada por la ley de la herencia, y entendemos lo que eso significa. ¿Afectó eso el desarrollo del carácter de Cristo? Algunos encuentran algunas aparentes contradicciones en las citas inspiradas, mi deseo es que este material nos ayude a balancear y armonizar todas las citas aparentemente confusas o contradictorias.

A continuación, compartiré declaraciones que pueden ser para muchos, motivo de confusión al estudiar el tema de la naturaleza humana de Cristo. Las citas señalas en ROJO son aquellas que parecen decir lo opuesto a lo que hemos aprendido, mientras que las señalas en AZUL, sostienen claramente lo que hemos explicado en clases anteriores, a saber, que Cristo tomó nuestra naturaleza. Leemos:

CAÍDA O NO CAÍDA

“AL TOMAR NUESTRA NATURALEZA CAÍDA, mostró lo que ésta podría llegar a ser…” (Carta 83, 1896) (3MS 151.2; 3SM.134.2) (Mensajes Selectos, Tomo.2, Pág.151, Par.2)

“Cristo venció como Hombre IMPECABLE, NO CAÍDO, PERFECTO...” (ATO 15.3; UL.17.3) (Alza tus Ojos, Pág.15, Par.3)

PECAMINOSA O IMPECABLE

“Él tomó sobre su naturaleza sin pecado NUESTRA NATURALEZA PECAMINOSA, para saber cómo socorrer a los que son tentados.” (MM 237.3; MM.181.3) (El Ministerio Médico, Pág.237, Par.3)

“No debemos tener dudas en cuanto a LA PERFECCIÓN IMPECABLE DE LA NATURALEZA HUMANA DE CRISTO...” (1MS 300.1; 1SM.256.2) (Mensajes Selectos, Tomo.1, Pag.300, Par.1)

CON PASIONES O SIN PASIONES

“Aunque TENÍA TODA LA FUERZA DE LA PASIÓN de la humanidad, nunca cedió a la tentación de hacer algo que no fuera puro, elevado y ennoblecedor.” (ST November 21, 1892, par. 8) (The Signs of the Times, 21 de noviembre de 1892, Par.8)

“Él bendijo a los niños que estaban POSEÍDOS DE PASIONES COMO LAS SUYAS.” (ST April 9, 1896, par. 6) (Signs of the Times, 9 de abril de 1896, Par.6)

“…Pedía con poder, SIN POSEER LAS PASIONES DE NUESTRA NATURALEZA HUMANA CAÍDA, pero provisto de debilidades similares, tentado en todo según nuestra semejanza...” (2TI 451.1; 2T.508.2) (Testimonios para la Iglesia, Tomo.2, Pág.451, Par.1)

“Él es un hermano en nuestras flaquezas, pero NO EN NUESTRAS PASIONES...” (FV 51.2; FLB.49.3) (La Fe por la Cual Vivo, Pag.51, Par.2)

CON TENDENCIAS O SIN TENDENCIAS

“Adán fué tentado por el enemigo, y cayó. No fué EL PECADO QUE MORABA EN ÉL lo que lo hizo ceder; porque Dios lo hizo puro y recto, a su propia imagen. Era tan perfecto como los ángeles ante el trono. NO HABÍA EN ÉL PRINCIPIOS CORRUPTOS, NI TENDENCIAS AL MAL. PERO cuando Cristo vino a hacer frente a las tentaciones de Satanás, LLEVÓ “LA SEMEJANZA DE CARNE DE PECADO.” (BEcho September 3, 1900, par. 10) (ST October 17, 1900, par. 10) (Signs of the Time, 17 de octubre de 1900)

“Cristo fue puesto a la prueba más dura, REQUIRIENDO LA FUERZA DE TODAS SUS FACULTADES PARA RESISTIR LA INCLINACIÓN cuando estaba en peligro, para usar su poder para librarse del peligro y triunfar sobre el poder del príncipe de las tinieblas. Satanás mostró su conocimiento de LOS PUNTOS DÉBILES DEL CORAZÓN HUMANO, y desplegó su máximo poder para aprovecharse de LA DEBILIDAD DE LA HUMANIDAD QUE CRISTO HABÍA ASUMIDO para vencer sus tentaciones por causa del hombre.” (RH April 1, 1875, par. 3) (The Review and Herald, 1 de abril de 1875, Par.3)

“Sea cuidadoso, extremadamente cuidadoso, en cuanto a pensar en la naturaleza humana de Cristo. NO LO PONGAS DELANTE DE LA GENTE COMO A UN HOMBRE PROPENSO AL PECADO... Pudo haber pecado; Podría haber caído, pero NI POR UN MOMENTO HUBO EN ÉL UNA PROPENSIÓN AL MAL…” (Lt8-1895) (Carta 8 de 1895, Baker, W. L. H)

“…Nunca, de ninguna manera, dejes la más mínima impresión en las mentes humanas de que UNA MANCHA O INCLINACIÓN A LA CORRUPCIÓN descansaba sobre Cristo, o que Él de alguna manera cedió a la corrupción.” (Lt8-1895) (Carta 8 de 1895) (Carta 8 de 1895, Baker, W. L. H)

Es evidente que una lectura superficial podría llevar a la idea de que los testimonios se contradicen. Lamentablemente esa ha sido la conclusión que no pocos adventistas han asumido sobre la cuestión, llevándolos a dejar a un lado el Espíritu de Profecía. Otros han tomado la postura de que la hermana White cambió de opinión y de esa forma escogen en que porción de sus escritos van a creer, mientras que rechazan las otras porciones que nos les agradan. Consideran que ciertas declaraciones son menos inspiradas y reflejan “la mera opinión ignorante” de la hermana White, mientras que otras declaraciones pasan a ser las favoritas por elección y las verdaderamente inspiradas.

Desde luego, el investigador avispado no puede tomar ninguna de estas posturas y tampoco escoger en qué citas creer y en cuales no, si realmente quiere llegar al fondo de la verdad. Es necesario un estudio más profundo que revele la razón de esta aparente contradicción. Y los que han estado siguiendo esta serie de estudios hasta aquí tendrán la clave que resolverá este dilema.

Primero que nada, debemos recordar que el pecado no es un estado o condición intrínseca en la naturaleza hereditaria. El pecado es una elección de la voluntad superior. En segundo lugar, es importante tener en cuenta los dos principios o fuerzas que operan en la naturaleza del hombre. La naturaleza inferior y la naturaleza superior. Esta será la clave para armonizar estos escritos inspirados. Como ya aprendimos en la clase anterior, la hermana White define la naturaleza biológica y hereditaria de Cristo en términos de “caída y pecaminosa”. Cristo en su herencia tomó nuestra “naturaleza inferior” contaminada y degradada por el pecado:

“Piensa en la humillación de Cristo. Tomó sobre sí LA NATURALEZA HUMANA CAÍDA Y SUFRIENTE, DEGRADADA Y CONTAMINADA POR EL PECADO.” (YI December 20, 1900, par. 7) (The Youth’s Instructor, 20 de diciembre de 1900, Par.7)

Esto sólo puede ser verdad en la medida que lo apliquemos a la “naturaleza inferior” de Cristo, aquello sobre lo cual, Él no tuvo ninguna responsabilidad moral y que no trajo sobre Él mancha o culpa alguna. Eso no trae ni pecado, ni culpabilidad al alma humana, de modo que no contaminó en ningún ápice el desarrollo del carácter de Cristo. Por eso leemos que:

“…Jesús, al venir a morar en la humanidad, NO SE CONTAMINA.” (DTG 231.2; DA.266.1) (El Deseado de Todas las Gentes, Pág.231, Par.2)

¿Cómo pueden ambas citas ser verdad, puesto que una dice que tomó una naturaleza “contaminada” y la otra dice que “al venir a morar en la humanidad, Él no se contaminó”? Pues la clave está en diferenciar entre lo que es biológicamente hereditario y lo que es desarrollado en la mente. Cristo tomó una carne caída y contaminada por el pecado, sin embargo, eso no degradó, ni corrompió su carácter. De modo que hay un sentido en el que Cristo tomó nuestra contaminación en la carne, pero estuvo alejado de toda contaminación en su mente. Y es debido a que lo heredado biológicamente no implica responsabilidad alguna, pero el desarrollo del carácter sí. La Biblia define la “naturaleza superior” de Cristo en lo siguiente términos:

Luc 1:35 “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también EL SANTO SER QUE NACERÁ, será llamado Hijo de Dios.”

Jua 8:46 “¿QUIÉN DE VOSOTROS ME REDARGUYE DE PECADO? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?”

Jua 14:30 “No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él NADA TIENE EN MÍ.”

2Co 5:21 “AL QUE NO CONOCIÓ PECADO, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”

Heb 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero SIN PECADO.”

Heb 7:26 “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: SANTO, INOCENTE, SIN MANCHA, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; …”

Heb 9:14 “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo SIN MANCHA a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”

1Pe 2:21 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;”
1Pe 2:22 “EL CUAL NO HIZO PECADO, NI SE HALLÓ ENGAÑO EN SU BOCA;”
1Pe 2:23 “quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;”

1Jn 3:5 “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y NO HAY PECADO EN ÉL.”

De modo que la humanidad de Cristo también es definida en la Biblia como “el Santo Ser”. Cristo fue completamente impecable en su vida. Nadie podía redargüirle de pecado. No había nada en Jesús que respondiera a las sugerencias de Satanás. Cristo no conoció el pecado. Aunque si supo por experiencia de nuestras tentaciones, sin embargo, se mantuvo sin pecado. Es definido como “santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores”. Nunca hubo ningún tipo de engaño en su boca. Así describe la Biblia la humanidad de Jesús. Entonces, ¿cómo armonizamos eso con la verdad de que él fue hecho “en semejanza de carne de pecado”?

En realidad, la respuesta es más sencilla de los que imaginamos. Todas esas declaraciones Bíblicas son verdaderas y en su contexto están hablando del carácter de Cristo. De modo que describen, no su carne, ni herencia, sino el desarrollo de sus “facultades superiores”. Estas citas inspiradas nos hablan de la mente, el carácter y la personalidad de Cristo (el Hombre Interior). Él fue completamente impecable en su carácter humano. Desarrolló una humanidad perfecta viviendo en la naturaleza caída y pecaminosa. Es así como ambas verdades del evangelio deben ser aceptada. Cristo participando de nuestra humanidad caída (Hombre Exterior), pero conservando un carácter firme e intachable. Así lo explicó Ellen G. White:

“Al tomar sobre sí la naturaleza del hombre EN SU CONDICIÓN CAÍDA, CRISTO NO PARTICIPÓ DE SU PECADO EN LO MÁS MÍNIMO. Estuvo sujeto a las flaquezas y debilidades que rodean al hombre, “para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias”. Mateo 8:17. Fue conmovido por el sentimiento de nuestras debilidades y fue en todo tentado a nuestra semejanza. Y, sin embargo, NO CONOCIÓ PECADO. Fue el Cordero “sin mancha y sin contaminación”. 1 Pedro 1:19. Si Satanás hubiera logrado con su tentación QUE CRISTO PECARA EN LO MÍNIMO, habría herido la cabeza del Salvador. Tal como sucedieron las cosas, sólo le pudo herir el talón. SI HUBIERA SIDO TOCADA LA CABEZA DE CRISTO, habría perecido la esperanza de la raza humana. La ira divina habría descendido sobre Cristo, así como descendió sobre Adán. Hubieran quedado sin esperanza Cristo y la iglesia.” (1MS 299.3; 1SM.256.1) (Mensajes Selectos, Tomo.1, Pág.299, Par.3)

Note el lector como ambas verdades se complementan, sin la negación de ninguna de ellas. Cristo tomó la naturaleza del hombre en su estado caído, pero no participó en el pecado. Ese pecado del cual no participó no se trata de la “mácula del pecado original” como algunos han sugerido. El contexto inmediato explica evidentemente que se trata de la transgresión en la conducta humana. Algunas otras citas son muy reveladoras:

“…la prueba de Cristo fue más grande que la de Adán y Eva, pues Cristo tomó nuestra naturaleza, CAÍDA, PERO NO CORRUPTA, y no habría de corromperse A MENOS QUE ACEPTARA LAS PALABRAS DE SATANÁS EN LUGAR DE LAS PALABRAS DE DIOS.” (Manuscrito 57, 1890) (CT 210.7; CTr.208.7) (El Cristo Triunfante, Pág.210, Par.7)

Una vez más se reconoce que Cristo tomó nuestra naturaleza caída, pero no la corrupción que caracteriza la vida de aquellos que poseen esta naturaleza. La corrupción señalada aquí se refiere al carácter corrompido por el pecado. Por eso se señala que esa corrupción jamás afectaría a Cristo a menos que cediera a las insinuaciones de Satanás. Todo eso no aleja a Jesús de la comprensión de nuestras vicisitudes y debilidades, por el contralo, le exaltan al grado de “El Gran Vencedor”, pues a pesar de heredar lo mismo que nosotros, jamás permitió que eso le hiciera pecar.

Es lamentable que algunos hayan utilizado algunas citas Bíblicas que se refieren al carácter de Cristo y la hayan aplicado a su naturaleza humana en la herencia. Expresiones como: “El Santo Ser que nacerá”, “…viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí”, “…santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; …”, han sido manipuladas para definir la naturaleza de la carne de Cristo en su herencia y para destacar una diferencia entre Cristo y nosotros. Sin embargo, la visión de Ellen G. de White respecto a estos aspectos del carácter de Jesús no era un asunto de exclusividad en Él, sino algo que Cristo demostró en favor del hombre y lo que éste puede lograr por medio de la gracia de Dios. Consideremos por ejemplo la expresión “el Santo ser que nacerá”:

EL SANTO SER QUE NACERÁ

“LA HUMANIDAD DE CRISTO SE LLAMA “AQUELLO SANTO”. El registro inspirado dice de Cristo: “Él no cometió pecado”, “no conoció pecado” y “no había pecado en él”. Él era “SANTO, INOCENTE, SIN MANCHA, APARTADO DE LOS PECADORES”. Tabernáculo entre los hombres. Este testimonio acerca de Cristo muestra claramente que ÉL CONDENÓ EL PECADO EN LA CARNE. NINGÚN HOMBRE puede decir que está irremediablemente sujeto a la esclavitud del pecado y de Satanás... ÉL TESTIFICA que a través de su justicia imputada EL ALMA CREYENTE OBEDECERÁ LOS MANDAMIENTOS DE DIOS.” (ST January 16, 1896, par. 7) (The Signs of the Times, 16 de enero de 1896, Par.7)

De modo que no se destaca aquí algo que era imposible de lograr para el hombre, sino lo que Cristo demostró que era posible para todo aquel que recibiera su justicia imputada. Si bien es cierto que Cristo nació bajo la influencia del Espíritu Santo y su humanidad es llamada SANTA desde nacimiento, nosotros también por medio de la entrega del corazón y el nuevo nacimiento, también somos hechos participantes del mismo poder que lo auxilió a Él. Podemos obtener por medio de la fe su perfecto carácter. Consideremos ahora la expresión “…viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí”.

VIENE EL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO, Y ÉL NADA TIENE EN MÍ

“Viene el príncipe de este mundo—dijo Jesús—, y ÉL NADA TIENE EN MÍ” Juan 14:30. NO HABÍA NADA en El que respondiera a los sofismas de Satanás. El no consintió en pecar. Ni siquiera en un pensamiento cedió a la tentación. ASÍ PUEDE SER EN NUESTRO CASO.” (The Signs of the Times, 23 de agosto de 1905) (RJ 300.6; RC.308.6) (Reflejemos a Jesús, Pag.300, Par.6)

“…Cristo declaró al hablar de sí mismo: “Viene el príncipe de este mundo; más NO TIENE NADA EN MÍ”. Juan 14:30. Satanás NO PUDO ENCONTRAR NADA en el Hijo de Dios que le permitiese ganar la victoria... ESTA ES LA CONDICIÓN EN QUE DEBEN ENCONTRARSE LOS QUE HAN DE PODER SUBSISTIR EN EL TIEMPO DE ANGUSTIA.” (CS 607.3; GC.623.1) (El Conflicto de los Siglos, Pág.607, Par.3)

Es muy injusto que se utilice tal expresión como evidencia de que Cristo fue distinto de nosotros en su naturaleza heredada, y que no poseyó nuestra naturaleza pecaminosa. Evidentemente la hermana White no entendía Juan 14:30 como prueba alguna de que Cristo hubiese tenido una naturaleza humana distinta a la nuestra. El pasaje habla contundentemente del carácter de Cristo y no de su “naturaleza inferior”. El mismo carácter que podemos poseer ahora con su ayuda y que deberá alcanzar la última generación. Consideremos ahora la expresión “…santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; …”. ¿Habla esta declaración de la “naturaleza inferior” de Cristo? ¿Es algo exclusivo que sólo Cristo fue y que nadie puede repetir?

SANTO, INOCENTE, SIN MANCHA, APARTADO DE LOS PECADORES

“TODA ALMA QUE OBTENGA LA VIDA ETERNA DEBE SER COMO CRISTO, “SANTO, INOCENTE, SIN MANCHA, APARTADO DE LOS PECADORES”. [Hebreos 7:26.] Los seguidores de Cristo deben brillar como luces en medio de una generación torcida y perversa.” (GW92 445.2) (Gospel Workers, Pág.445, Par.2) (Trabajadores del Evangelio, Pág.445, Par.2)

Vemos aquí claramente que la expresión de Hebreos 7:26 sobre Cristo, tampoco tiene como objetivo definir en lo absoluto la naturaleza de la carne que Cristo tomó sobre sí, sino que nos habla del tipo de carácter que Él desarrolló en las facultades superiores. Una vez más, se demuestra una total ignorancia al utilizar tal pasaje para definir la carne de Cristo. Pero pese a las claras evidencias algunos continúan manipulando la información.

De esta forma llegamos a la conclusión de que ninguno de los textos Bíblicos que hablan de la vida impecable de Cristo tienen como objetivo señalar algo que esté fuera de nuestro alcance. Estos pasajes no hablan de la “naturaleza inferior” de Cristo, sino de su “naturaleza superior”. De modo que reflejan la verdad del carácter perfecto e inmaculado de nuestro Salvador. Consideremos pues algunas de las citas iniciales aparentemente contradictorias:

“Cristo venció como Hombre IMPECABLE, NO CAÍDO, PERFECTO...” (ATO 15.3; UL.17.3) (Alza tus Ojos, Pág.15, Par.3)

Esta declaración no niega en lo absoluto que Cristo haya participado de nuestra naturaleza caída, sino que habla de su comportamiento o conducta en su experiencia humana. Él mantuvo un carácter santo, impecable, no caído y perfecto. No hubo caída alguna en el comportamiento de Cristo. De modo que en sus facultades superiores Cristo no fue caído, pues no pecó. Pero en la naturaleza inferior llevó una carne caída. Así “…AL TOMAR NUESTRA NATURALEZA CAÍDA, mostró lo que ésta podría llegar a ser…” (Carta 83, 1896) (3MS 151.2; 3SM.134.2) (Mensajes Selectos, Tomo.2, Pág.151, Par.2) Consideremos la siguiente:

“No debemos tener dudas en cuanto a LA PERFECCIÓN IMPECABLE DE LA NATURALEZA HUMANA DE CRISTO...” (1MS 300.1; 1SM.256.2) (Mensajes Selectos, Tomo.1, Pag.300, Par.1)

Esta declaración ha llevado a muchos a concluir que la naturaleza de Cristo durante la encarnación fue perfecta e impecable como la de Adán antes de la caída. Pero al leer toda la cita en su contexto vemos que está hablando del carácter de Cristo y no de su naturaleza biológica. Dice:

“...Este SANTO SUSTITUTO puede salvar hasta lo último, pues presentó ante el expectante universo una humildad perfecta y completa EN SU CARÁCTER HUMANO, y una PERFECTA OBEDIENCIA A TODOS LOS REQUERIMIENTOS DE DIOS…” (1MS 300.1; 1SM.256.2) (Mensajes Selectos, Tomo.1, Pag.300, Par.1)

Vemos claramente aquí que el propósito de la autora no era definir el tipo de carne de la que Cristo fue participante, sino del carácter que desarrolló. Por eso ambos puntos son verdad. Cristo participó de nuestra naturaleza pecaminosa en la herencia biológica, pero tuvo una naturaleza humana perfectamente impecable en sus facultades superiores. Otra declaración dice:

“Ojalá comprendiéramos el significado de las palabras: Cristo “padeció siendo tentado”. Vers. 18. Al paso que ESTABA LIBRE DE LA MANCHA DEL PECADO, la refinada sensibilidad de SU SANTA NATURALEZA al ponerse en contacto con el mal, le hizo sufrir de una manera inenarrable...” (AFC 36.3; TMK.34.3) (A Fin de Conocerle, Pág.36, Par.3)

Leemos aquí sobre la “naturaleza santa” de Cristo. Una vez más la autora habla de la sensibilidad del carácter intachable de Cristo. Su perfecta impecabilidad de mente le hacía sensible ante el mal, lo cual le ocasionaba sufrimientos indescriptibles. En otro escrito la autora explica que su naturaleza rehuía del mal, pero esto sucedía precisamente porque Él no pecó nunca, y como no pecó no sentía ninguna atracción por el pecado en su carácter:

“…COMO NO PECÓ, SU NATURALEZA REHUÍA EL MAL. Soportó luchas y torturas del alma en un mundo de pecado...” (2TI 182.2; 2T.201.2) (Testimonios para la Iglesia, Tomo.2, Pág.182, Par.2)

El carácter de Cristo repelía el pecado, lo odiaba con un odio perfecto. Sus facultades superiores se mantuvieron en perfecta impecabilidad. Era completamente inmaculado. Debe tenerse en cuenta que no sucedía lo mismo en las facultades inferiores de la naturaleza humana que Cristo heredó. Se podría decir que Cristo crucificó la carne con todas sus pasiones y deseos. Su mente era la que debía permanecer intachable. Tal vez la siguiente cita sea una de la más reveladoras en este asunto:

“La enemistad puesta entre la simiente de la serpiente y la simiente de la mujer era SOBRENATURAL. La enemistad ERA EN UN SENTIDO NATURAL en el caso de Cristo, EN OTRO SENTIDO ERA SOBRENATURAL, puesto que estaban combinadas la humanidad y la divinidad. Y NUNCA ESA ENEMISTAD LLEGÓ HASTA UN GRADO TAN NOTABLE como cuando Cristo se convirtió en habitante de esta tierra. NUNCA ANTES había habido un ser en la tierra QUE ABORRECIERA EL PECADO CON UN ODIO TAN PERFECTO como el de Cristo…” (1MS 297.3; 1SM.254.2) (Mensajes Selectos, Tomo.1, Pág.297, Par.3)

Esta cita es sumamente reveladora, pues nos explica la batalla que se libraba en la persona de Cristo. Su naturaleza Divina estaba naturalmente enemistada contra el pecado, pero no sucedía lo mismo con la humanidad que Cristo había tomado. Puesto que evidentemente su carne fue caída y pecaminosa, necesitaba de un poder “sobrenatural” que pusiera enemistad en ella contra el pecado. Sin esta enemistad “sobrenatural” contra el pecado puesta en Cristo por medio de la gracia y la operación del Espíritu Santo, la humanidad de Cristo habría amado el pecado en vez de odiarlo.

Algunos destacan el carácter impecable de Cristo como prueba de que su humanidad fue distinta de la nuestra, pero la misma escritora nos explica que esa misma perfección impecable de la naturaleza humana de Cristo puede ser nuestra por la gracia de Dios:

PODEMOS TENER LA PERFECTA IMPECABILIDAD DE LA HUMANIDAD DE CRISTO

“LA PERFECTA HUMANIDAD DE CRISTO ES LA MISMA QUE PODEMOS TENER por medio de nuestra relación con Cristo...” (CT 210.6; CTr.208.6) (El Cristo Triunfante, Pág.210, Par.6)

“Jesús no reveló cualidades ni ejerció facultades que los hombres no pudieran tener por la fe en él. SU PERFECTA HUMANIDAD ES LO QUE TODOS SUS SEGUIDORES PUEDEN POSEER si quieren vivir sometidos a Dios como él vivió.” (DTG 620.1; DA.664.5) (El Deseado de Todas las Gentes, Pág.620, Par.1)

“La vida de Cristo representa una virilidad perfecta. JUSTO LO QUE PUEDES SER, ÉL ESTABA EN LA NATURALEZA HUMANA.” (Lt106-1896) (5BC 1124.2) (S.D.A. Bible Commentary Vol. 5, Pág.1124, Par.2)

“Toda verdadera obediencia proviene del corazón. La de Cristo procedía del corazón. Y si nosotros consentimos, se identificará de tal manera con nuestros pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y mente en conformidad con su voluntad, que CUANDO LE OBEDEZCAMOS ESTAREMOS TAN SÓLO EJECUTANDO NUESTROS PROPIOS IMPULSOS. La VOLUNTAD, REFINADA Y SANTIFICADA, hallará su más alto deleite en servirle. Cuando conozcamos a Dios como es nuestro privilegio conocerle, nuestra vida será UNA VIDA DE CONTINUA OBEDIENCIA. Si apreciamos el carácter de Cristo y tenemos comunión con Dios, EL PECADO LLEGARÁ A SERNOS ODIOSO.” (DTG 621.4; DA.668.3) (Deseado de Todas las Gentes, Pág.621, Pár.4)

“Todo aquel que por fe obedezca los mandamientos de Dios ALCANZARÁ LA CONDICIÓN DE IMPECABILIDAD EN LA QUE VIVÍA ADÁN ANTES DE SU TRANSGRESIÓN.” (ST July 23, 1902, par. 14) (Signs of the Times, 23 julio 1902, Par.14)

Desde luego, estas declaraciones que señalan que podemos tener la misma perfección impecable de humanidad, así como la de Cristo, nunca serán leídas por los promotores de la nueva teología. Pero evidentemente la postura de Ellen White sobre la perfecta impecabilidad del carácter de Cristo no era algo que destacara alguna diferencia entre Él y lo que, por medio de la gracia de Dios, también podemos alcanzar nosotros. De hecho, Cristo mostró el camino y trazó la senda.

PASIONES, TENDENCIAS Y PROPENSIONES

¿Y qué podríamos decir entonces respecto a las pasiones, tendencias y propensiones naturales de la “naturaleza pecaminosa”? Si Cristo realmente tomó nuestra naturaleza pecaminosa como ésta es, ¿acaso no debía poseer esas pasiones naturales? ¿Por qué dice Ellen G. de White que no las tuvo?

“…Pedía con poder, SIN POSEER LAS PASIONES DE NUESTRA NATURALEZA HUMANA CAÍDA, pero provisto de debilidades similares, tentado en todo según nuestra semejanza...” (2TI 451.1; 2T.508.2) (Testimonios para la Iglesia, Tomo.2, Pág.451, Par.1)

“Él es un hermano en nuestras flaquezas, pero NO EN NUESTRAS PASIONES...” (FV 51.2; FLB.49.3) (La Fe por la Cual Vivo, Pag.51, Par.2)

Primero que nada, existen otras citas que ameritan nuestra consideración, las cuales demuestran que Cristo si tuvo la herencia de pasiones y tendencias naturales en su carne biológica. La escritora dice que Él “…TENÍA TODA LA FUERZA DE LA PASIÓN de la humanidad, …” (ST November 21, 1892, par. 8) Y que eso nunca le llevó a la transgresión.

En este caso entonces deberíamos considerar un estudio más profundo sobre los términos propensiones, tendencias, inclinaciones y pasiones. ¿Cómo pudo Cristo tener toda la fuerza de la pasión de la humanidad y a la vez no poseer las pasiones de nuestra naturaleza humana caída? ¿No es contradictorio? Una vez más la clave está en separar las facultades inferiores de las superiores. De la misma forma en la que existen esos principios o fuerzas en la “naturaleza inferior” también las hay en la “naturaleza superior”. Pero mientras unos son inherentes en la carne, los otros son “hábitos” de pensamientos desarrollados en el carácter. No tenemos responsabilidad sobre lo que heredamos, pero si sobre lo que aprendemos e incorporamos al carácter.

Hay pasiones en la carne y pasiones en el carácter. Las pasiones de la carne deben ser frenadas, subyugadas y controladas por la gracia de Dios. Pero las malas pasiones en el carácter pueden ser totalmente erradicadas y eliminadas. De modo que podemos tener un carácter sin malas pasiones. Nuestro carácter debe ser transformado y ser hecho semejante al de Cristo. Ya demostramos que podemos tener su “perfecta humanidad”. Lo que significa que podemos tener el carácter sin pecado de Cristo, por medio de la gracia de Dios. Cristo evidentemente poseía un carácter sin “pasiones caídas”. Es en su carácter donde nunca hubo vestigio alguno de nuestras pasiones. Él se hermanó con nuestra condición en la carne, pero no con nuestro carácter corrompido por el pecado. Fueron esa pasiones corruptas y degradadas las que Cristo nunca tuvo.

“Si llegamos a ser participantes de la naturaleza divina PODEMOS SER PUROS, SANTOS E INMACULADOS. La Deidad no se hizo humana, ni lo humano se hizo divino por la unión de estas dos naturalezas. Cristo NO POSEÍA LA MISMA DESLEALTAD PECAMINOSA, CORRUPTA Y CAÍDA que nosotros poseemos, pues entonces él NO PODRÍA HABER SIDO UNA OFRENDA PERFECTA.” (Manuscrito 94, 1893) (3MS 147.2; 3SM.131.1) (Mensajes Selectos, Tomo.3, Pág.147, Par.2)

Mientras la naturaleza superior de Cristo no poseía “pasiones caídas”, la carne pecaminosa si tenía toda la fuerza de la pasión hereditaria de la humanidad. Sólo así podemos armonizar todas las declaraciones inspiradas sin la necesidad de rechazar ninguna de ellas o concluir en ideas que rebajan la influencia de los testimonios. Consideremos para finalizar la cuestión de las “tendencias o propensiones”.

“Sea cuidadoso, extremadamente cuidadoso, en cuanto a pensar en la naturaleza humana de Cristo. NO LO PONGAS DELANTE DE LA GENTE COMO A UN HOMBRE PROPENSO AL PECADO... Pudo haber pecado; Podría haber caído, pero NI POR UN MOMENTO HUBO EN ÉL UNA PROPENSIÓN AL MAL…” (Lt8-1895) (Carta 8 de 1895, Baker, W. L. H)

“…Nunca, de ninguna manera, dejes la más mínima impresión en las mentes humanas de que UNA MANCHA O INCLINACIÓN A LA CORRUPCIÓN descansaba sobre Cristo, O QUE ÉL DE ALGUNA MANERA CEDIÓ A LA CORRUPCIÓN.” (Lt8-1895) (Carta 8 de 1895) (Carta 8 de 1895, Baker, W. L. H)

Cuando leemos todo el contexto de la carta al pastor Baker entendemos cual era el verdadero sentido de la advertencia de Ellen G. de White. La palabra “propensión” puede tener distintos significados según el contexto. Puede referirse a una inclinación o pasión inherente en la carne, o puede referirse a un “hábito desarrollado en el carácter”. Mientras Cristo tuvo lo primero, lo segundo fue ajeno en su experiencia. Desde luego, nunca deberíamos presentar a Cristo como un hombre con “hábitos pecaminosos” o “propensiones desarrolladas por la práctica del pecado” en su carácter. Que haya tenido alguna mancha o inclinación a la corrupción en sus pensamientos. O que de alguna manera hay cedido a la corrupción. No, todo eso implicaría pecado y Cristo nunca cedió a la tentación.

La clave está en distinguir entre lo que Cristo heredó biológicamente en la carne y lo que incorporó a su carácter. Es el carácter de Cristo lo que podemos tener y desarrollar. La mayoría de los eruditos que emplean la carta a Baker para señalar alguna diferencia entre la humanidad de Cristo y la nuestra no te dicen que también nosotros podemos por medio de la gracia de Dios desarrollar un carácter sin “propensiones o tendencias al pecado”. Nuestro carácter puede alcanzar el estado en el que podemos estar completamente libres de toda mala tendencia al igual que Cristo. Leemos:

“…Debemos comprender que, al creer en él, tenemos el privilegio de ser participantes de la naturaleza divina y así escapar de la corrupción que hay en el mundo a causa de la lujuria. Entonces somos LIMPIADOS DE TODO PECADO, DE TODOS LOS DEFECTOS DE CARÁCTER. NO TENEMOS POR QUÉ RETENER NI UNA SOLA PROPENSIÓN PECAMINOSA...” (RH April 24, 1900, par. 6) (The Review and Herald, 24 de abril de 1900, Par.6)
“…Al participar de la naturaleza divina, LAS TENDENCIAS HEREDITARIAS Y CULTIVADAS AL MAL SE ELIMINAN DEL CARÁCTER y nos convertimos en una fuerza viva para el bien. Al aprender siempre del divino Maestro, participando diariamente de su naturaleza, cooperamos con Dios para vencer las tentaciones de Satanás. Dios obra, y el hombre obra, para que el hombre sea uno con Cristo, como Cristo es uno con Dios...” (RH April 24, 1900, par. 7) (The Review and Herald, 24 de abril de 1900, Par.7)

“Nadie puede ser omnipotente, pero TODOS PUEDEN LIMPIARSE de la impiedad de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor del Señor. Dios requiere que cada alma sea pura y santa. Tenemos tendencias hereditarias hacia el mal. NO NECESITAMOS CONTINUAR CON ELLAS A CUESTAS. Es una debilidad humana abrigar el egoísmo porque es un rasgo natural del carácter. Pero a menos que DESECHEMOS todo egoísmo, a menos que CRUCIFIQUEMOS EL YO, jamás llegaremos a ser santos como Dios es santo…” (DNC 82.3; OFC.74.7) (Dios nos Cuida, Pág.82, Par.3)

A manera de conclusión, encontramos evidencias claras que demuestras que, en cuanto a la naturaleza inferior, Cristo recibió nuestra misma herencia pecaminosa. Su carne era como nuestra carne. Pero Cristo nunca pecó, por lo tanto, no desarrolló “hábito” pecaminoso alguno. Nunca deberíamos dejar la impresión de que el carácter o la mente de Cristo vio algún tipo de corrupción. Él nunca se contaminó en su carácter. Sin embargo, eso es posible para todo aquel que cree en Él por medio de la fe. Podemos alcanzar su perfección en la humanidad.

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