18/06/2025
Declaración de la Presidencia de la Upec
ATAQUE A RADIO Y TV IRANi: LA UPEC, COMO
CUBA, CONDENA AL AGRESOR
La imagen de Peyman Jebeli, director de
Radiodifusión de la República Islámica de Irán, con
un periódico manchado de sangre en las manos,
pero afirmando tras el bombardeo israelí a la planta
que la televisión estatal y sus empleados
aguantarán hasta el final, resume a la vez la
naturaleza de la más reciente agresión sionista a la
prensa y al pueblo iraní y la voluntad de los
reporteros persas de no rendirse.
Ante el horror de otra guerra injustificable, la Unión
de Periodistas de Cuba (UPEC), solidaria con los
colegas de Irán y con su pueblo todo, condena en
los más firmes términos este nuevo capítulo de
agresividad sionista al amparo de su mentor
imperial: Estados Unidos.
El lunes, la humanidad vio con horror que la sede
de Radiodifusión de la República Islámica de Irán en
Teherán fue atacada por Israel en plena transmisión
en vivo. Vídeos difundidos en redes sociales
mostraron el momento
-que se tornará otro ícono
comunicacional de cómo las potencias malvadas
apuntan al mensajero- en el que la presentadora
del canal interrumpe su alocución tras escucharse
una fuerte explosión.
Tres empleados de la televisora murieron en el
bombardeo y otros de sus compañeros resultaron
heridos, lo que llevó al Comité para la Protección de
los Periodistas a declararse "horrorizado" por el
ataque. Sara Qudah, representante de esa
organización en Medio Oriente, afirmó que "Dado
que Israel ha matado, con impunidad, a casi 200
periodistas en Gaza, ahora se atreve también a
atacar medios de comunicación de otras partes de
la región".
La UPEC respalda esa denuncia, también contenida
en apreciaciones de la Federación Internacional de
Periodistas (FIP), organización que ha expuesto que
tras el ataque de militantes de Hamás el 7 de
octubre de 2023 y la invasión (desproporcionada)
con que respondió Tel Aviv, las Fuerzas de Defensa
de Israel (FDI) han asesinado a más de 55 000
palestinos; entre ellos, al menos, 184 periodistas y
trabajadores de los medios de comunicación.
La FIP tiene evidencias de que el Ejército israelí ha
atacado deliberadamente a periodistas y algunos
de los casos son objeto de la preparación de un
expediente de denuncia ante la Corte Penal
Internacional (CPI).
A las cifras del crimen completo -el que arrebata
para siempre vidas humanas- se añaden las de
decenas de periodistas heridos, desaparecidos y
detenidos por las Fuerzas de Defensa de Israel
(FDI) y los casos de agresiones, amenazas,
ciberataques, censura y asesinatos de familiares
ejecutadas por ellas.
No es opinión, sino hechos certificables, lo que ha
llevado al Comité para la Protección de los
Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) a
calificar a Israel como el mayor responsable de esta
atrocidad en particular, con alrededor del 70 por
ciento de las muertes de periodistas en el mundo
durante el 2024 pendiente sobre su ¿conciencia?
El régimen sionista intenta en torno a sus víctimas
periodistas lo que todo asesino: evitar las
investigaciones, echar la culpa a los mu***os e
ignorar su deber de exigir responsabilidades por los
crímenes.
El desprecio del agresor y la causa de las víctimas
son los mismos en Gaza y Teherán: el sionismo no
quiere testigos de sus crímenes y los "peores"
testigos que pudiera tener -porque pueden
multiplicar la verdad- son los periodistas, de modo
que hacer periodismo en esta guerra es como
ponerse en el pecho una diana.
Israel quiere imponer su narrativa y hacer no solo
"control de daños" de su política, sino también
control de reportes. Desde el inicio de la agresión a
Irán, las trasmisiones en vivo que mostraban los
cielos de Tel Aviv y Haifa iluminados por misiles y
drones persas fueron abruptamente interrumpidas.
Para matar a placer, Benjamin Netanyahu necesita
toda la oscuridad del mundo.
Para lograrlo cuenta con los cómplices de siempre.
Medios supuestamente objetivos como CNN
suspendieron las coberturas aéreas en vivo
mientras las plataformas YouTube e Instagram,
hijas del coloso amigo, suprimieron en seguida las
imágenes "perturbadoras" de un pueblo (el iraní)
que parece haber cometido el defecto de
defenderse más de lo que calculó su agresor. Como
toda Cuba, la UPEC es objetiva pero no imparcial:
está siempre con el que defiende su tierra.
En este capítulo de bombardeo a la verdad que ha
profundizado intencionalmente el vacío informativo,
el Ejército israelí ha detenido a varios reporteros
nacionales y extranjeros tan solo por registrar la
realidad. ¡Por hacer periodismo!
La UPEC respalda la valentía de los colegas iraníes
para informar y resistir, dos verbos inseparables en
países agredidos de múltiples formas, como el de
ellos y el nuestro. Contra la cínica acusación de
Israel, el único "fin militar" de la Radiodifusión de la
República Islámica de Irán que puede admitirse es
el de defender, incluso con un micrófono, la patria
atacada con las armas más modernas del arsenal
de Estados Unidos.
Como se esperaba, la República Islámica de Irán ha
sido un blanco incómodo para la mira genocida. Sus
periodistas no han sido menos. Mientras los misiles
de las Fuerzas Armadas penetran la
"infranqueable" Cúpula de Hierro, los vídeos de los
colegas resquebrajan la cúpula de la mentira.
Unos y otros resisten. Tras el ataque, la televisora
reanudó sus emisiones en vivo. El mundo vio a
Hassan Abedini, alto funcionario del sistema de
radiodifusión estatal, decir que "el régimen (israeli)
desconocía el hecho de que la voz de la revolución
islámica y del gran Irán no será silenciada con una
operación militar".
Nada podrá silenciarla. Todos vimos en las redes
que al momento de la explosión la presentadora
Sahar Emami criticaba al enemigo. Se escuchó un
bombazo, Emami salió de cuadro y la pantalla al
fondo se apagó. Fue entonces cuando en el set
resonaron unas palabras en árabe ("Allahuakbar"),
que suele traducirse como "Dios es grande", pero
en los códigos de la UPEC se entienden también de
otra manera: "Los periodistas no temen!"
Presidencia Nacional de la UPEC
La Habana, 17 de junio de 2025
✍️Ronquillo Bello