28/10/2025
Armando Hart en la guía de la Revolución
Armando Hart ejerció desde las trincheras del entendimiento una obra cabal y renovadora, basada en el pensamiento martiano y en la praxis de lo que llamó como la cultura de hacer política.
“En una etapa en que el pensamiento cubano manifestaba su voluntad crítica y edificante, Armando Hart, alejado de toda actitud adocenada, abrió las puertas del diálogo y estimuló la apertura de espacios de esa naturaleza, en tanto le propiciaba a los jóvenes una libertad discursiva en la creación artística y la renovación de un pensamiento teórico y renovador, comprometidamente revolucionario en contexto de contradicciones”, reconoce el investigador Juan Eduardo Bernal Echemendía.
Su compañera en vida, la editora y escritora Eloísa Carrera (quien ha desempeñado una labor encomiable en la preservación y rescate de sus escritos y memorias) escribía con respecto a él: “Hart sí es un pensador auténtico desde lo nuestro cubano, caribeño y latinoamericano, porque expuso sus ideas, pensamientos y conceptualizaciones en un discurso reflexivo y transformador, que nos permite una mejor comprensión del pensamiento filosófico cubano, desde una perspectiva que va de lo nuestro nacional a lo nuestro latinoamericano y caribeño, a lo nuestro universal”.
“Entre los grandes méritos de Hart, está, el haber investigado, estudiado, promovido y asumido los vínculos que unen a estos referentes espirituales sobre el fundamento de una síntesis universal de ciencia y conciencia. Es que la universalidad del método electivo lo conduce eficientemente a asociar las enormes posibilidades de aplicar la herencia cultural de estos hombres con la praxis real en función de hacer justicia. Sus reflexiones acerca de las ideas de estos próceres de la humanidad, responden a una posición antidogmática, con respecto al proceso de continuidad y ruptura en el desarrollo de las ideas y su papel en la historia”, afirma la investigadora Yenisey López Cruz.
En el trabajo Contribución de la obra de Armando Hart Dávalos al pensamiento humanista de la Revolución cubana, sus autores (Iraudis Rivera Barnes, Eliannys Zamora Arevalo y Orlando Florián Cuetú) reconocen que en el intelectual cubano hay una línea de pensamiento y acción que transversaliza la moral y salva el pensamiento de profunda raíz antimperialista y resistencia cultural, ese mismo expresado en la historia de lucha en América Latina, sobre todo a partir de la coherencia ideológica, popular y humanista de quienes como él arriesgaron sus vidas: “Es el hombre, que desde antes del triunfo revolucionario, se conoce a sí mismo, que busca en su interior las motivaciones de su vida, su lucha, que crece y crea, que es de firme orientación moral, de espíritu, pensamiento y acción, para llegar a la vida de los demás y construir juntos la sociedad nueva, más socialista, justa y humana”.
A partir de los años de la constitución de la Oficina del Programa Martiano y la Sociedad Cultural José Martí, se abriría otra perspectiva denodada para Hart en esa entrega al fortalecimiento de las ideas cubanas en aquellos instantes, a partir de la recuperación del pensamiento que estableció el sostén de lo nacional y la recuperación de la memoria de permanente disposición progresista y constante insurgencia político-social, observa Bernal.
El carácter ecuménico, integrador y perseverante en su concepción del mundo fue sin dudas desde posiciones de militancia y trabajo, enfrentado no como respuesta tenaz, sino como diálogo y convencimiento desde la creación. Al respecto López añade que la visión dialéctica reconoce en el pensamiento cubano la interrelación entre ética, cultura y política, un hecho asumido por Armando, y que cual señala uno de sus mayores méritos:
“Para Hart las exigencias ideológicas del siglo XXI imponen, a la producción de ideas, tener en cuenta la relación que se establece entre política, cultura, educación y practica revolucionaria. Apunta que la trascendencia actual de esta relación reside en que no hay otra alternativa para que sobreviva la humanidad y para alcanzar un desarrollo sostenido y estable, que promover la cultura en toda su extensión y profundidad, posible solo si se reconoce la ética como eslabón primario y clave en la historia del hombre, del pasado y, sobre todo, del futuro”.
En actividad celebrada en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí con motivo de la conmemoración del natalicio 95 de Hart, Abel Prieto, director de Casa de las Américas reconoció su trabajo, su capacidad para saber escuchar y afrontar los desafíos a partir de la defensa de la cultura en el proceso revolucionario. “Creo que hay que aprender mucho de Hart, hay que acercarse permanentemente a él. Que esas grandes figuras no mueran depende de nosotros, de nuestra capacidad para comunicar su legado, que es extraordinario”.
Escrito por Lázaro Hernández Rey
Foto tomada de Cubahora