12/09/2025
SERA VERDAD ESTA HISTORIA??🤔
El 10 de junio de 1990, el vuelo 5390 de British Airways, operado por un BAC One-Eleven, despegó de Birmingham, Inglaterra, con destino a Málaga, España. A bordo había 81 pasajeros y 6 tripulantes. A los 27 minutos de vuelo, a 17.300 pies de altitud, el parabrisas izquierdo de la cabina se desprendió debido a la instalación de tornillos de tamaño incorrecto durante el mantenimiento.
La descompresión explosiva resultante succionó parcialmente al capitán Tim Lancaster hacia fuera del avión, quedando sujeto solo por las rodillas contra los controles de vuelo. El asistente de vuelo Nigel Ogden, que en ese momento estaba entrando en la cabina, agarró rápidamente las piernas de Lancaster, impidiendo su expulsión total.
A pesar de los vientos de 600 km/h y temperaturas de -50°C, Ogden se mantuvo firme, mientras el copiloto Alastair Atchison asumía el control de la aeronave e iniciaba un descenso de emergencia.
Durante 21 minutos, Ogden sostuvo al capitán, con la ayuda de los asistentes de vuelo John Heward y Simon Rogers, hasta que el avión aterrizó de forma segura en el aeropuerto de Southampton. Sorprendentemente, Lancaster sobrevivió, sufriendo solo fracturas en los brazos y quemaduras en el rostro debido a la exposición extrema. Ogden también resultó herido, incluyendo dislocación de hombro y quemaduras.
La investigación reveló que 84 de los tornillos usados en la instalación del parabrisas eran 0,026 pulgadas más pequeños de lo especificado, y los otros seis eran 0,1 pulgada más cortos. Esta falla de mantenimiento se atribuyó al uso de tornillos incorrectos por parte del gerente de mantenimiento, sin la debida consulta a la documentación técnica. 🙏🏼🛫