24/12/2025
Los días han pasado sin pedir permiso, sin que se reconozcan los sacrificios e inversiones hechas, no solo emocionales y psicológicas, sino también en tiempo. Ese tiempo que atesoré porque era lo único que realmente tenía. Invertí tanto en relaciones, trabajos y amistades, que a menudo me decían: "¿Vas a tirar por la borda todo lo que has invertido?"
Cuántas veces he querido escapar y dejar todo atrás, pero el ego, ese ego que a veces juega conmigo, me ha mantenido estática, viviendo solo lo básico para sobrevivir cada día. ( como un arbol Que solo necesita lo básico). Cada vez que consideraba salir de ese círculo, había alguien que me recordaba aspectos superficiales, aquellos que solo el dinero puede comprar. Así, regresaba a esa jaula que yo misma elegía.
Los años pasaron, y poco a poco olvidé cómo sonreír sin razón, cuánto valgo y la alegría de disfrutar los momentos más simples, creyendo que todo estaba bien. Así, caí en un piloto automático, haciendo lo mínimo, enojada con el mundo y dudando de todos. Llegué a sentirme tan sola que empecé a mendigar amistades, compañerismos, amores y hasta el cariño familiar. Al final, me perdí a mí misma, vacía al intentar complacer a los demás.
No sé en qué momento me perdí, ni cuándo permití tanto abuso, ni cuándo dejé de vivir. Pero el tiempo, mi mejor amigo, siempre pone todo en su lugar, cuando estamos listos para vernos a nosotros mismos, con luz y sombra, y aceptarnos tal como somos. Hoy no celebro nada, solo he tomado conciencia.
Si te encuentras atrapado en un círculo del que no puedes salir, si has intentado hacerlo y alguien te ha devuelto, reflexiona sobre cuántas veces lo has visto y no has podido actuar. ¿Tu ego te impide dejar atrás esos años y reconstruir tu vida desde la experiencia? Comparte tu historia; y juntos podemos encontrar el camino hacia adelante.