20/09/2025
Adán, no dejes a tu “jEva”
Adán y Eva
Vamos a iniciar con un matrimonio que comenzó literalmente perfecto pero terminó imperfecto.
Adán y Eva tuvieron el grandísimo honor de haberse casado en una boda celebrada por El Creador en persona. Génesis 1:27-28 dice que Dios los bendijo; es decir, los casó.
Vivieron parte de su matrimonio en un mundo y un hogar en total perfección. Tenían una relación maravillosa, al desnudo todo el tiempo mientras obedecieron (Génesis 2:25). Esto indicaba intimidad absoluta, no solo desde el punto de vista físico, sino también emocional y espiritual.
No obstante, la situación tomó un giro inadecuado cuando Adán no estuvo al lado de su esposa en el momento de la tentación. Quizá estaba ocupado en sus labores como agricultor o puede ser que se confió demasiado al vivir en un planeta perfecto. De seguro tenía conocimiento de que había un enemigo merodeando, pero descuidó su rol de protector. Por eso el título de esta reflexión es “Adán, no dejes a tu jEva “.
Por otro lado, el error de Eva fue haber confiado en las palabras de la serpiente, en lugar de creerle a su Creador. Luego la situación se complicó más cuando Adán decidió comer del fruto que le ofreció su esposa antes que el mandamiento de Dios.
De inmediato, la desobediencia trajo conflictos y maldición al hogar. De hecho, en ese momento surgió la primera pelea matrimonial. Adán le dijo a Jehová: “ la culpa es de la mujer que me diste”, mientras Eva lo contradijo diciendo: “fue la serpiente que tú creaste”. Sin duda alguna, un matrimonio sin Dios no funciona.
EJERCICIOS PARA HOY
Leer Génesis capítulo 3 y reflexionar sobre los errores que cometieron Adán y Eva. ¿Qué pueden aprender de esta historia que les ayude a proteger su matrimonio.