
29/07/2025
Con lágrimas en los ojos, veía las imágenes de la emergencia, la sangre, la gente desesperada. La incertidumbre sobre su estado, el sufrimiento de su esposa, y mi amiga María Claudia, todo se mezcla con una rabia profunda, una frustración y una impotencia que oprime el pecho.
Miguel no es solo una figura pública, no es una noticia más. Él es mi amigo, mi compañero de universidad. Nos graduamos juntos de la escuela de gobierno de la Universidad de Harvard. Es una persona con sueños, con una hermosa familia, y hoy se encuentra en una situación crítica, debatiéndose entre la vida y la muerte, herido por la violencia sin sentido.
Lo más desgarrador es saber que un adolescente, de tan solo 15 años, fue quien disparó el arma. Este hecho no solo es un ataque directo contra una figura política, sino que también expone una herida profunda en el tejido social colombiano: la facilidad con la que la violencia irrumpe en la vida de las personas, y el preocupante involucramiento de jóvenes en actos tan destructivos.
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