10/12/2025
La prisión de Angola, considerada en su día la más peligrosa del país, se convirtió, durante unas horas sagradas, en "un santuario de restauración, de ternura y del Evangelio en movimiento".
La prisión fría y dura estaba cubierta de cortinas, una alfombra rosa se extendía por el suelo y una suave música de adoración resonaba por los pasillos.
Veintinueve padres encarcelados se pusieron en fila con esmoquin y esperaron a sus hijas, a quienes no habían visto en años.
"Habían esperado este momento durante años. Algunos, décadas", compartió Dios Tras las Rejas en una publicación de Instagram. "Hijas pisaron la alfombra rosa: niñas con vestidos brillantes, mujeres adultas con corazones llenos de dolor y esperanza. Una a una, caminaron hacia los brazos que anhelaban abrazarlas. Padres cayeron de rodillas entre lágrimas. Hijos pródigos reunidos".