26/06/2025
🗣️ Reflexión necesaria sobre la comunicación en contextos sensibles
El reciente caso de la ciudadana extranjera fallecida en el Centro de Retención de Haina no solo debe alertarnos por la tragedia en sí, sino también por la forma en que algunos profesionales de la comunicación abordan situaciones tan delicadas.
Vimos cómo un reportero intentaba entrevistar a esta mujer cuando fue apresada sin lograr siquiera preguntarle lo más básico: su nombre, nacionalidad o dirección. No por falta de empatía, sino por una evidente limitación en el uso del idioma inglés, una herramienta fundamental en el ejercicio del periodismo, sobre todo en un país turístico como el nuestro. Estas son preguntas elementales que cualquier estudiante de educación básica ya conoce en inglés.
Este hecho debe motivarnos a una autocrítica profunda. Ser comunicador, ya sea por formación académica o por vocación empírica, conlleva una gran responsabilidad. Hoy en día existen múltiples recursos, herramientas y facilidades para aprender y mejorar, tanto el idioma como las técnicas periodísticas. No se trata de señalar ni de generalizar —porque hay grandes profesionales en el medio—, pero sí de recordar que elegir la comunicación como carrera implica un compromiso constante con la preparación y la actualización.
La labor del comunicador es vital para documentar, informar y hasta para intentar salvar vidas. Por eso, más que una crítica, esto es un llamado a la formación continua, al deseo de ser mejores y al respeto por quienes confían en nuestra voz para contar sus historias, incluso cuando ya no pueden hacerlo por sí mismos.
Gleni Soliver