17/02/2025
El impacto de la desinformación: Reflexión tras la retractación de Johnny Arrendel
Por Freddys Aquino.
16 Febrero 2025.
Diario De interés Samaná
La desinformación y los rumores son un problema recurrente en el ejercicio del periodismo y la comunicación, especialmente en la era digital. Recientemente, el comunicador Johnny Arrendel se retractó de sus acusaciones contra varios periodistas y comentaristas de renombre, entre ellos Huchi Lora, Altagracia Salazar y Marino Zapete. Arrendel había afirmado, basándose en información difundida en redes sociales, que estos profesionales habían recibido fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lo que generó un intenso debate sobre la ética y la responsabilidad en el periodismo y la opinión pública.
El peligro de las acusaciones infundadas
Cuando un comunicador emite acusaciones sin pruebas concretas, el daño no solo recae sobre las personas mencionadas, sino también sobre la credibilidad del propio medio y el periodismo en general. En este caso, Arrendel no solo contribuyó a propagar una narrativa sin sustento, sino que, al retractarse, dejó en evidencia cómo la desinformación puede ser utilizada como herramienta de ataque y manipulación.
El hecho de que estas acusaciones fueran difundidas inicialmente sin pruebas también pone sobre la mesa el problema del uso irresponsable de las redes sociales y los medios de comunicación. En un entorno donde la información se propaga con rapidez, las retractaciones no siempre logran reparar el daño causado.
¿Qué responsabilidad tienen los periodistas y comunicadores?
Ahora que Arrendel ha admitido que las acusaciones no tenían fundamento, surge la pregunta: ¿qué deben hacer aquellos periodistas, comentaristas y comunicadores que difundieron la información o la dieron por válida? En el ejercicio periodístico, la verificación de los hechos es un principio fundamental. Aquellos que replicaron estas afirmaciones sin pruebas deberían, por ética profesional, retractarse con la misma contundencia con la que compartieron el rumor.
Sin embargo, la realidad es que, en muchos casos, las correcciones o aclaraciones no tienen el mismo alcance que la desinformación inicial. Por eso, es fundamental que los comunicadores adopten un enfoque más riguroso y crítico antes de difundir cualquier acusación, especialmente cuando afecta la reputación de colegas o figuras públicas.
El reto del periodismo en tiempos de desinformación
El caso de Johnny Arrendel es un recordatorio de la necesidad de ejercer un periodismo basado en la verdad y la responsabilidad. En un mundo donde la información errónea puede viralizarse en segundos, es crucial que los profesionales de la comunicación refuercen sus métodos de verificación y se alejen de la tentación de utilizar el periodismo como arma política o ideológica.
El periodismo comprometido con la verdad no solo se defiende con la denuncia de la desinformación, sino también con la autorreflexión y la rendición de cuentas. Aquellos que participaron en la difusión de estas acusaciones deben reconocer su error y aprender de esta experiencia, para que el periodismo no pierda su credibilidad y siga cumpliendo su función esencial en la sociedad.
https://www.facebook.com/share/p/1A8WJZzMUg/