
13/02/2025
La historia es el espejo de los recuerdos del pasado. El 23 de febrero de 1930 marcó un hito en la política dominicana con el derrocamiento del presidente Horacio Vásquez y el ascenso al poder de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
El Dr. Rafael Estrella Ureña, líder del Partido Nacional en el Cibao y exrepresentante diplomático en Italia durante la era de Benito Mussolini, regresó al país con la intención de postularse a la presidencia. Estrella Ureña sostenía que Vásquez no podía reelegirse, ya que la reforma constitucional de 1924 prohibía la reelección.
En alianza con el Jefe del Ejército, Rafael Leónidas Trujillo Molina, y el joven abogado Joaquín Balaguer Ricardo, Estrella Ureña organizó el Movimiento 23 de Febrero. Para ello, contaron con armas proporcionadas por el propio Trujillo. La marcha hacia la capital estaba en marcha.
Cuando Horacio Vásquez fue informado de la situación, acudió al Jefe del Ejército, en quien había depositado su confianza, y le preguntó:
—General, quiero saber si soy su presidente o su prisionero.
A lo que Trujillo respondió:
—Señor, usted es mi presidente.
Entonces, Vásquez ordenó que el coronel Alfonseca impidiera la entrada de los insurrectos a la capital. Trujillo, en apariencia, acató la orden, pero en la práctica designó al coronel Simón Díaz para la tarea, con la instrucción secreta de no hacer nada y permitir el avance de la marcha.
Finalmente, Horacio Vásquez presentó su renuncia y las autoridades del norte nombraron al Dr. Estrella Ureña como ministro de Interior y Policía, además de presidente interino.
Sin embargo, el futuro político del país estaba lejos de estabilizarse. Vásquez había negociado con el gobierno de los Estados Unidos la imposibilidad de que Trujillo se postulara a la presidencia. Los estadounidenses le aseguraron que era improbable que el Jefe del Ejército fuera candidato del Partido Progresista. En su lugar, se impulsó la candidatura del economista y estadista Federico Velázquez Hernández, quien tenía gran liderazgo y un profundo conocimiento de los temas económicos.
Pero los acontecimientos tomaron un giro inesperado. El 18 de marzo, a menos de dos meses de las elecciones, la Coalición Patriótica, liderada por el santiaguero Elías Brache, anunció un nuevo binomio presidencial: Rafael Leónidas Trujillo Molina como candidato a la presidencia y Rafael Estrella Ureña como candidato a la vicepresidencia.
En tan solo 57 días de campaña, Trujillo recorrió el país acompañado por Estrella Ureña y Joaquín Balaguer, quienes fueron los oradores principales de su movimiento. Durante un discurso en Monte Cristi, Trujillo proclamó con determinación:
—No hay peligro en seguirme. A partir del 16 de agosto, se acabó el relajo en la República Dominicana.
Aquellas palabras marcaron el inicio de una de las dictaduras más largas y férreas de América Latina