
09/07/2025
𝐏𝐄𝐑𝐎 𝐂𝐀𝐋𝐋𝐀𝐑 𝐄𝐒 𝐏𝐄𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍𝐀𝐑 𝐀 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃
Se que me mirarán mal. Sé que habrá quienes digan: “No toques al ungido.” Pero también sé que Dios está harto de una iglesia que guarda silencio mientras los lobos visten de ovejas y los pastores irresponsables dispersan el rebaño, en especial a los jóvenes.
Este mensaje es para ustedes, pastores que han sido tropiezo en lugar de ejemplo.
La Escritura declara:
“¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! —declara el Señor.” (Jeremías 23:1)
Sí, ¡ay de ustedes! que con su doble vida, con su manipulación, con su ambición y con su falta de carácter han provocado que muchos jóvenes huyan de la iglesia en vez de correr a Cristo. Pastores que predican santidad el domingo, pero viven en impureza el lunes. Que exigen respeto, pero abusan del poder. Que hablan del reino, pero buscan el suyo.
¿Cuántos jóvenes han sido heridos por sus palabras duras, sus favoritismos, sus injusticias, o peor aún, por su silencio ante el pecado? ¿Cuántos se han ido porque no encontraron en ustedes un padre espiritual, sino un juez sin gracia o un líder sin testimonio?
El Señor lo vio. Y aún hoy, llama al arrepentimiento.
“Ustedes no han fortalecido a las ovejas débiles, ni han cuidado a las enfermas… han gobernado con dureza y crueldad.” (Ezequiel 34:4)
¿Dónde están los pastores que lloran con los jóvenes, que les enseñan con paciencia, que oran por ellos en secreto, que los corrigen con amor y los levantan con ejemplo?
La juventud no necesita más espectáculos. Necesita pastores genuinos, humildes, temerosos de Dios, llenos del Espíritu y vacíos de ego.
Ustedes que han sido tropiezo, que han escandalizado, que han desviado, todavía están a tiempo. Dios aún llama:
“Arrepiéntanse, pues, y conviértanse, para que sean borrados sus pecados…” (Hechos 3:19)
Pero si no lo hacen, habrá juicio:
“El siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.” (Lucas 12:47)
Dios está levantando una generación nueva. Jóvenes que ya no se dejarán impresionar por títulos, ni por gritos, ni por espectáculos. Quieren palabra, quieren verdad, quieren un pastor con rodillas gastadas y manos limpias.
Y tú, pastor, ¿serás uno de ellos? ¿O serás uno más de los que tendrán que rendir cuentas?
Este mensaje no busca destruir, sino despertar. No es contra la Iglesia, es por ella. No es para dividir, es para limpiar la casa de Dios.
“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios…” (1 Pedro 4:17)
Sé que este escrito me traerá problemas, pero prefiero problemas con los hombres que con Dios.
Porque los jóvenes no se están perdiendo por el mundo, se están perdiendo por la negligencia de quienes debieron pastorearlos.
Hoy, Dios llama a rendir cuentas.
Hoy, Dios llama a volver al modelo del Buen Pastor.
Hoy, Dios llama a dejar de jugar a la iglesia, y empezar a pastorear con temor y temblor.
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