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🐝 Natalia González: el zumbido joven que floreció en Nagua 🌼Desde el corazón del campo dominicano, una joven apicultora ...
24/07/2025

🐝 Natalia González: el zumbido joven que floreció en Nagua 🌼
Desde el corazón del campo dominicano, una joven apicultora decidió transformar la miel en una misión de vida. Así nació Apiario Rolitas, una marca que fusiona sabor, raíces y propósito.
Con solo un galón de miel, Natalia inició un sueño que hoy endulza con identidad dominicana.

Descubre su historia aquí 👉
🔗 https://www.larevistachocolate.com/2025/07/natalia-gonzalez-el-zumbido-joven-que.html

🛂💸 ¿Visas más caras a partir de 2025?Sí. La nueva Ley OBBB, firmada por Donald Trump, impone un nuevo cargo de USD$250 l...
22/07/2025

🛂💸 ¿Visas más caras a partir de 2025?
Sí. La nueva Ley OBBB, firmada por Donald Trump, impone un nuevo cargo de USD$250 llamado Visa Integrity Fee, que afectará a quienes soliciten visas de turismo, estudio o trabajo para EE.UU. desde octubre de 2025.

Este impuesto se suma al costo tradicional de la visa, y aplica a todos los países, incluyendo República Dominicana.

¿Qué busca esta medida? ¿Quiénes serán los más afectados? ¿Puede cambiar?

✍️ Lee el análisis completo de Gianthony Correa aquí:
👉 https://www.larevistachocolate.com/2025/07/el-nuevo-impuesto-de-usd250-para-visas.html

Juana Onelia Núñez: la mujer que inspira a otros a encontrar su verdadero lugar en Nagua.Desde Las Gordas hasta converti...
22/07/2025

Juana Onelia Núñez: la mujer que inspira a otros a encontrar su verdadero lugar en Nagua.
Desde Las Gordas hasta convertirse en referente del sector inmobiliario, su historia es una lección de confianza, servicio y propósito.
No vende terrenos, ayuda a encontrar tu lugar.
📖 Lee esta inspiradora entrevista escrita por Rafael Enrique Correa para La Revista Chocolate:
👉 https://www.larevistachocolate.com/2025/07/juana-onelia-nunez-la-mujer-que-inspira.html

🌸 Ruth Esther Mota: El Alma de las Orquídeas en NaguaUna historia de flores, paciencia y propósito.La Dra. Ruth Mota no ...
21/07/2025

🌸 Ruth Esther Mota: El Alma de las Orquídeas en Nagua
Una historia de flores, paciencia y propósito.
La Dra. Ruth Mota no solo lidera con firmeza en su profesión, también cultiva un rincón sagrado lleno de vida: su orquideario. En esta entrevista íntima, nos abre las puertas de su jardín y de su alma. Habla del amor que encontró en las orquídeas, de cómo cada flor la ha enseñado a esperar, a sanar, a florecer.
Desde su papel como CEO, líder médica y figura comunitaria, hasta su conexión profunda con la naturaleza, esta conversación es una pausa necesaria para reconectar con lo esencial.
🟣 Léela completa aquí:
👉 https://www.larevistachocolate.com/2025/07/ruth-esther-mota-febles-el-alma-de-las.html

🌿 Elegancia con identidad, desde Nagua para el mundo.Nairoby Candelario de Parra no necesita levantar la voz para inspir...
21/07/2025

🌿 Elegancia con identidad, desde Nagua para el mundo.
Nairoby Candelario de Parra no necesita levantar la voz para inspirar. Madre, empresaria, abogada y cofundadora de un proyecto turístico sostenible, lidera con sensibilidad, visión y estilo.
En esta entrevista íntima, nos revela su forma de vivir, de construir y de vestir con propósito. Un ejemplo poderoso de que la feminidad no es debilidad, sino una fuerza que transforma.
💬 “La moda es mi forma de expresarme sin tener que decir una palabra.”
Lee la historia completa aquí 👉
🔗 https://www.larevistachocolate.com/2025/07/nairoby-candelario-de-parra-estilo-e.html
✨ Una entrevista de Rafael Enrique Correa para La Revista Chocolate. Comparte si crees que necesitamos más mujeres como ella.

LEONEL TANGUI: UNA VIDA DE TRABAJO Y DIGNIDADRafael Enrique Correa / Fotos: José RuizHay entrevistas que uno hace por co...
20/07/2025

LEONEL TANGUI: UNA VIDA DE TRABAJO Y DIGNIDAD

Rafael Enrique Correa / Fotos: José Ruiz

Hay entrevistas que uno hace por compromiso o por agenda.
Esta, en cambio, la hago desde lo más profundo del corazón.

Entrevistar a Tanguí no solo ha sido un honor profesional, sino un privilegio personal.
Él ha sido parte silenciosa pero firme de mi crecimiento en esta ciudad durante los últimos 20 años.
Siempre con una palabra sabia, una observación precisa, un consejo sin adornos, pero con el peso justo.
Le tengo un aprecio entrañable, de esos que no se explican, pero se sienten como familia.

Esta es la historia de un hombre que nació en 1955, en un rincón humilde de Nagua llamado Villa Babosa,
donde la vida corría despacio y el tiempo olía a mar y a tierra mojada.
A orillas de la playa, bajo la sombra de los cocoteros de un Nagua más simple, más honesto.
De una infancia descalza, libre y sin miedo, donde correr por la arena era la primera escuela de vida.
Un joven que, con humildad, paciencia y entrega, fue escalando hasta convertirse en ejemplo de superación.

Esta entrevista no es solo un testimonio de trabajo y esfuerzo:
es una sinfonía de dignidad, de amor a la familia, y de fe en el trabajo honesto como camino.

1. Cuénteme de su infancia. ¿Cómo era su entorno familiar?

Crecí con mis padres, don Luis Emilio Tanguí Medina, que era juez civil aquí en Nagua,
y doña Sixta Modesta Gómez, ama de casa.
Era un barrio humilde, de gente trabajadora.
La niñez fue alegre, llena de correteos en los patios, los callejones.
Todo era abierto.

2. ¿Cómo transcurrían sus días de niñez en aquellos tiempos? ¿Qué recuerda de ellos?

Fueron días muy felices.
Me levantaba temprano, jugaba con mis hermanos y amigos del barrio, y al mediodía ya estábamos en la playa.
Todos los días nos bañábamos en el mar y pasábamos horas riendo, compitiendo y soñando.
Era una vida sencilla y un ambiente familiar donde todo el mundo se conocía.
Recuerdo correr descalzo por la orilla.
Era un paraíso natural que aún vive en mi memoria.

3. ¿Alguna anécdota de esos tiempos?

Vivíamos en el agua.
Era parte de la vida diaria.
No le teníamos miedo a nada.
Nos pasábamos horas maroteando, jugando, tirándonos clavados y haciendo carreras nadando.
A veces se nos iba el tiempo y llegábamos tarde, y ahí sí era verdad que mi mamá nos ponía en fila.
No era fácil con ella.
Era estricta, pero con amor.
Nos enseñó el valor de respetar y de tener límites.
Aquellos días fueron los más felices, porque uno era libre, feliz con poco,
sin saber siquiera lo afortunado que era.

4. ¿Quiénes fueron sus referentes en la vida?

Mi padre, sin duda.
Pero también unos profesores que vivían en mi casa.
Nos enseñaban a los siete hermanos valores como la honradez.

5. ¿Su formación académica?

Me gradué de bachiller en el año 1973.
Además, hice un secretariado comercial con el profesor Noé Brito Bruno,
como se acostumbraba en ese tiempo para aprender mecanografía y contabilidad básica.
Quisiera haber sido ingeniero civil, pero la situación económica no me lo permitió.

6. ¿Por qué decidió quedarse en Nagua?

Aunque trabajé fuera por muchos años, siempre sentí que mi corazón estaba aquí.
Nagua no es solo el lugar donde nací,
es el lugar donde crecí rodeado de familia, amigos y recuerdos que me formaron como hombre.
Sentía que, por más lejos que me llevaran mis responsabilidades,
al final del camino yo debía volver a mi raíz.
Aquí es donde pertenezco, donde quiero ver crecer a mis nietos
y donde deseo cerrar mi ciclo de vida,
con dignidad, cerca de los míos y del pueblo que me vio nacer.

7. Hablemos de su esposa.

Mi esposa, Luz María Acosta Infante, es la luz de mis ojos.
La conocí en el barrio, y desde que la vi supe que era una bendición de Dios para mi vida.
No será que yo soy muy fino hablando, pero esa mujer ha sido mi fuerza,
mi compañía en los buenos y malos momentos.
Nunca me ha fallado. Siempre ha estado ahí, firme, conmigo.
Con ella formé mi familia, y doy gracias cada día porque fue con ella que me tocó caminar este camino.

8. ¿Cuántos hijos tuvieron?

Tanguí mira hacia arriba con una sonrisa.
Hace una pausa como quien respira orgullo y ternura.

—Mis hijos… mi gran tesoro. Cada uno es una bendición que me ha dado la vida.
Tuvimos tres: Leonel Humberto, Sixta Modesta (como mi madre), y Luz Leonela (como su madre).

Hace una breve pausa, y con un tono que mezcla respeto y cariño, agrega:
—Y aunque no nació de nosotros, también criamos como a un hijo a Víctor Tanguí, mi sobrino.
Es parte de nuestra familia, con el mismo amor y compromiso.

9. Ser abuelo...

Lo más maravilloso del mundo.
Tengo siete nietos y otro en camino.
Cada vez que llegan, la casa se transforma.
Se llena de alegría, de ruidos bonitos, de risas que lo curan todo.
Me encanta verlos correr, jugar, hacer travesuras.
Los nietos me dan vida.
Yo los disfruto más que a mis propios hijos cuando eran pequeños,
quizás porque ahora uno los ve con más calma, con más ternura.
Me sacan una sonrisa con cualquier ocurrencia y me hacen sentir joven otra vez.
Son mi mayor alegría.

10. ¿Influyó su familia en su vida profesional?

Muchísimo.
Sin el apoyo de mi familia, yo no hubiese llegado a donde llegué.
Mi esposa ha sido un soporte incondicional:
en los momentos buenos ha celebrado conmigo y en los momentos duros ha estado ahí, empujándome a seguir.
Y mis hijos también han sido parte fundamental de todo esto.
Me siento afortunado porque no he caminado solo, siempre he tenido una familia que me respalda.

11. ¿Tienen alguna tradición familiar?

Para nosotros la tradición familiar es sagrada.
No se trata solo de fechas especiales, sino de aprovechar cada oportunidad que tenemos para reunirnos todos.
Algunos de mis hijos viven fuera, y cuando vienen, se arma la verdadera fiesta familiar.
Los nietos corren por la casa, hay risas, cuentos, comida buena y cariño sincero.
Es costumbre sentarnos todos juntos a compartir, y hasta que no llegue el último, no comenzamos a comer.
Esos momentos no tienen precio.

12. ¿Cuándo comenzó a trabajar?

Cuando yo tenía 11 o 12 años, frente a mi casa vivía un chofer de carro público que viajaba a Sánchez,
el señor José Liranzo, y él me daba 2 o 3 pesos para que yo le lavara los vehículos.
Luego fui mozo en el Bar China durante el día y estudiaba de noche.
Mi primer trabajo formal fue en el Banco de Reservas como conserje.
Ahí comenzaba mi jornada a las cinco de la mañana, barriendo, trapeando
y dejando todo limpio antes que llegaran los empleados.

13. ¿Y ahí fue creciendo?

Claro.
Fui mensajero del banco, repartía correspondencia en una bicicletica por toda la ciudad,
y de ahí pasé a ser auxiliar, subcontador, contador y finalmente gerente.
Durante ese trayecto me trasladaron por varias ciudades: Barahona, Santiago Rodríguez, Bonao, San Pedro.
Esa experiencia de moverme y trabajar en distintos pueblos me ayudó muchísimo.
Ahí uno aprende del comercio, de la gente, de cómo se comportan los negocios en diferentes entornos.
Cuando finalmente regresé a Nagua como gerente, ya yo venía con una visión más madura, más amplia,
con herramientas para servir mejor a mi pueblo.
Fue muy especial para mí volver al lugar donde empecé como conserje,
pero esta vez como gerente del banco principal del pueblo que me vio nacer.

14. ¡Eso es una historia inspiradora!

Gracias.
Yo siempre he dicho que cuando uno trabaja con constancia y honradez, el tiempo termina recompensando.
No fue fácil, pero tampoco imposible.
No tuve cuña, no tuve padrino, lo que tuve fue deseo de echar pa'lante.
Yo quiero que los jóvenes que lean esto sepan que sí se puede.
Que el que trabaja duro y se mantiene firme en sus valores, un día ve los frutos.
A veces tarda, pero llega.
Y cuando llega, se disfruta más porque uno sabe lo que ha costado.

15. ¿Cuándo decidió emprender?

Durante mis últimos años en la banca empecé a ver con claridad el camino del asalariado:
uno llega a cierto nivel, como gerente en mi caso, y tiene beneficios como bonificaciones, vehículo, gastos cubiertos, y un salario respetable.
Pero cuando llega la hora de la jubilación, todo eso desaparece,
y la pensión no da para mantener el mismo estilo de vida.
Ahí fue cuando pensé: si me esfuerzo por construir algo propio,
puedo asegurar mejor mi vejez y dejar un legado.
Por eso comencé a ahorrar mis bonificaciones y a prepararme.

En el 93 se me presentó la oportunidad del supermercado Cuatro Vientos.
Lo compramos en sociedad, y luego me quedé con él.
En el 98, con visión y mucho sacrificio, inauguré el supermercado Tanguí.

16. ¿Fue difícil al principio?

Muy difícil.
Yo siempre voy a agradecerle al Banco de Reservas porque creyó en mi proyecto
cuando muchos no lo habrían hecho.
Con el dinero que tenía ahorrado, más la venta de una propiedad que ya poseía en Santo Domingo,
pude dar los primeros pasos para levantar el supermercado Tanguí.

Era un proyecto muy ambicioso para la época y más aún por la ubicación en la que lo instalé,
pero yo tenía fe.
Claro, no todo ha sido color de rosa.
En el trayecto de estos casi 30 años, ha habido temporadas y años muy difíciles,
momentos donde las cosas se pusieron cuesta arriba.
Pero nunca pensé en rendirme.
Me mantuve firme, con el apoyo de mi familia y la confianza en Dios.
Hoy, mirando atrás, veo que valió la pena mantenerse de pie,
porque el esfuerzo constante deja huellas que perduran.

17. ¿Cuál ha sido el aporte del supermercado Tanguí a Nagua?

El supermercado Tanguí marcó un antes y un después en el desarrollo comercial de Nagua.
Fuimos los primeros en implementar infraestructura moderna: climatización central, vitrales amplios, iluminación eficiente, estanterías organizadas y un ambiente cómodo que elevó el estándar del comercio local.

Introdujimos también sistemas de facturación más ágiles, personal uniformado, atención al cliente con criterio,
y un modelo de supermercado que impulsó una nueva visión de consumo.
Esto atrajo otras inversiones, motivó a más empresarios, y ayudó a transformar esta zona en un verdadero centro de desarrollo económico.

Hoy también servimos como vitrina para emprendedores locales,
dándoles la oportunidad de exhibir y vender sus productos en un espacio digno y respetado.

18. ¿Qué principios lo han guiado hacia el éxito?

Ser honesto, humilde, perseverante.
Caerse y levantarse.
Ayudar a los demás.
Tener los pies sobre la tierra.
Esa frase, que parece sencilla, lo dice todo.

Para mí significa no marearse con los logros, no olvidarse de dónde uno viene.
Significa mantener la humildad en los tiempos buenos
y la fortaleza en los tiempos malos.
Porque cuando uno tiene los pies bien plantados, ninguna brisa lo tumba.

19. ¿Cuál considera que es su mayor orgullo y a quién le agradece por todo lo que ha logrado?

Mi mayor orgullo es mi familia.
Mis hijos, mis nietos, y mi esposa Luz, que ha sido mi compañera en todo momento, en la calma y en la tormenta.
También me siento muy orgulloso de lo que hemos logrado con el supermercado Tanguí,
porque ha sido mucho más que un negocio: ha sido una escuela de vida y trabajo,
un proyecto de pueblo, un legado para las futuras generaciones.

Agradezco primero a Dios, que me ha dado la salud, la fuerza y la sabiduría para mantenerme firme a lo largo del camino.
Agradezco profundamente a mi familia, que nunca me dejó solo, incluso en los momentos más duros.
A mis empleados, muchos de los cuales han estado desde los primeros días, les reconozco su entrega y su lealtad.
Y a Nagua, mi pueblo, por darme la oportunidad de servir y crecer con dignidad.
Esto que hemos construido, lo hemos hecho juntos.

Esta historia es también una invitación.

Una invitación a los jóvenes —y también a los adultos— a detenerse un momento y reflexionar:
nada en la vida que realmente valga la pena se consigue de inmediato.
Todo proceso cuesta.
Todo lo que es sólido lleva tiempo, sacrificio, humildad y preparación.
La historia de Tanguí es un ejemplo vivo de eso.

Aquí no hay milagros improvisados ni logros heredados.
Aquí hay un hombre que entendió que para construir algo duradero,
hay que tener firmeza cuando llegan los tiempos malos, honestidad en cada paso,
y fe en que el trabajo honesto deja frutos.
Él lo vivió.
Pasó por etapas duras, por tropiezos, por decisiones difíciles,
pero no se rindió.
Y esa perseverancia hoy es su mayor riqueza.

Mi padre siempre me decía: "el trabajo dignifica al hombre".
Y Tanguí es, sin duda, un digno ejemplo de esa verdad.

Que esta entrevista no solo les inspire,
sino que les guíe a creer en el valor del esfuerzo,
la constancia y el amor por lo que uno hace.

"Todo lo que hagas, hazlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres"
(Colosenses 3:23).

Tanguí no es solo una historia para contar,
es una presencia viva en el corazón de Nagua.
Su ejemplo permanece en cada saludo sencillo,
en cada consejo que da,
en cada rincón de su supermercado que ha visto crecer a generaciones.
Es un legado de trabajo bien hecho,
de raíces profundas y de fe inquebrantable.

https://www.larevistachocolate.com/2025/07/leonel-tangui-una-vida-de-trabajo-y.html

EL MALECON PERDIDO: LA ODISEA DE NAGUA¨Crónica de una promesa que el mar se llevó... y aún no devuelve¨Por: Rafael Enriq...
20/07/2025

EL MALECON PERDIDO: LA ODISEA DE NAGUA

¨Crónica de una promesa que el mar se llevó... y aún no devuelve¨

Por: Rafael Enrique Correa
Director de: La Revista Chocolate
Cierre Editorial 25/6/2025

Nagua, una ciudad atrapada entre el mar y el olvido, ha vivido dos décadas de promesas rotas. Su historia es la de un pueblo que mira el horizonte esperando un malecón que nunca llega, mientras los gobiernos pasan como oleajes, dejando tras de sí presupuestos fantasmales y obras inconclusas. En este relato, los presidentes son jugadores en una partida de ajedrez, las inversiones son villanos invisibles que devoran fondos públicos, y el pueblo de Nagua, el verdadero protagonista, lucha contra el tiempo, el desgano y la indiferencia. La pregunta es inevitable: ¿Quién será el héroe que finalmente hará justicia?

Este documento no pretende ser una novela, ni una crítica destructiva. Es un archivo de hechos, una bitácora ciudadana escrita desde el dolor, la esperanza y la responsabilidad. Aquí no hay más intención que la de levantar la voz, esa que muchas veces queda ahogada entre los discursos oficiales, los titulares momentáneos y las promesas recicladas. Esta es la historia de un pueblo que nunca perdió su fe, pero que aún espera lo prometido. Un pueblo que merece más que un aplauso en campaña: merece justicia.

La historia del malecón de Nagua no es solo la historia de una obra inconclusa. Es el espejo donde se refleja una cultura política que ha aprendido a sobrevivir en la ambigüedad. En este escrito, cada línea es un intento por nombrar lo innombrado, por devolverle al pueblo su derecho a saber, a exigir y a entender por qué, después de tantos años, seguimos sin malecón.
Los primeros vientos (1996-2000) La historia comienza en los años de Leonel Fernández, un presidente visionario que en su primer mandato apenas dejó esbozada la idea de un malecón para Nagua. Aunque no se ejecutó ninguna obra concreta, el proyecto apareció tímidamente en algunas proyecciones gubernamentales y promesas de desarrollo turístico para la región norte. Era la primera vez que se hablaba oficialmente del malecón como posibilidad.

El silencio del PRD (2000-2004) En el período 2000–2004, el PRD estaba en la cumbre del poder, y Nagua —apodada desde hace décadas como “la novia del PRD”— finalmente fue conquistada por su partido en el gobierno. Era el momento perfecto para saldar viejas deudas con el municipio, pero el malecón de Nagua siguió siendo solo una promesa flotando en el aire. Durante la presidencia de Hipólito Mejía, la obra no fue ni ejecutada ni priorizada. Años más tarde, en una visita realizada en 2019, el expresidente regresó a Nagua, y al ver el deterioro de la costa reaccionó con su tono campechano: sorprendido, como si aquello no fuera un asunto que alguna vez pasó por su escritorio presidencial. Para los nagüeros, esa escena fue tan simbólica como dolorosa: una mezcla de burla involuntaria y desmemoria institucional.

La promesa se infla (2004-2012) Cuando Leonel Fernández regresó al poder en 2004, las olas trajeron consigo algo más que brisa salada: estudios, planos, y la esperanza de un pueblo que veía en su costa la oportunidad de convertirse en un destino turístico de primer nivel. Pero el tiempo pasaba y, como arena entre los dedos, las promesas se desvanecían. Para el final de su segunda gestión en 2012, el proyecto ya tenía tres modificaciones contractuales y un presupuesto inflado que rondaba los 1,650 millones de pesos. Y aun así, el malecón era solo un espejismo.

Los años de la espera (2012-2020) Con la llegada de Danilo Medina, el pueblo de Nagua volvió a ilusionarse. Su estilo de gobernar, basado en la cercanía con la gente, hacía creer que esta vez sí se daría el golpe final para que el malecón viera la luz. Se habló de una marina, de espacios recreativos, de un proyecto que transformaría la ciudad en un punto turístico esencial en la costa norte. Pero los años pasaron. Ocho largos años, en los que el malecón quedó en el limbo. No se conoce con certeza cuánto dinero fue destinado en este período, pero lo cierto es que, al final de su gobierno en 2020, el pueblo de Nagua seguía sin su malecón.

El resurgir de la esperanza (2020-2024) Entonces, en 2020, llegó un nuevo jugador al tablero: Luis Abinader. Con la fuerza de un cambio político y el compromiso de un gobierno decidido a completar obras, en junio de 2021 anunció el relanzamiento del proyecto con una inversión de 2,700 millones de pesos. El plan era ambicioso: un helipuerto, soluciones viales, áreas de esparcimiento. Todo parecía indicar que esta vez, al fin, el pueblo de Nagua vería su sueño cumplido. Se habló de 3.5 kilómetros de construcción, de un sistema de geo tubos para frenar el embate del mar, de un malecón capaz de resistir lo que antes destruyó. Y aunque las maquinarias se activaron y los planos cobraron vida, el malecón aún no está terminado.

Los números no mienten Las cifras, como los espejos, no mienten, pero a veces reflejan verdades incómodas. Desde que se colocó la primera piedra —una piedra que ha sido levantada y vuelta a colocar más de una vez—, el malecón de Nagua ha absorbido más de 4,000 millones de pesos del erario público. Cuatro mil millones que, en teoría, debieron transformarse en muros de contención, áreas verdes, senderos costeros y desarrollo turístico. Pero que, en la práctica, se han diluido como sal en el agua.

El mar de las promesas no ha cesado de agitarse, y los nagüeros, como náufragos de la esperanza, siguen aferrados a la orilla.

Y entonces aparece un dato que cala hondo. Según el último censo, 81,424 habitantes conforman el municipio de Nagua. Si la inversión prometida se repartiera entre todos por igual, cada ciudadano sería el portador simbólico de RD$49,130.

¿Dónde está esa inversión? ¿En qué rincón de la burocracia se escondió el dinero de los hijos de este pueblo? ¿En qué oficina, en qué carpeta, en qué firma perdida entre contratos y licitaciones se desdibujó la costa de Nagua?

El malecón que no existe se ha convertido en un símbolo, no solo de abandono, sino de lo que pudo ser y no fue. Y en esa matemática de lo ausente, cada nagüero carga con una parte de la deuda, no solo en pesos, sino en años de espera.
La gran interrogante La ciudad de Nagua sigue atrapada en una ironía que duele: su principal activo turístico es un sueño inalcanzable. Pero en los últimos meses, el paisaje ha comenzado a cambiar. Las grúas trabajan, los muros se levantan, los tubos costeros se alinean. Según el Ministerio de Obras Públicas, la obra ya alcanza más del 65 % de ejecución. Se habla de un anfiteatro, una ciclovía, áreas de juegos, espacios deportivos, una marina para pescadores, un helipuerto.

También se ha revelado que parte del retraso actual se debe a conflictos legales por expropiaciones en aproximadamente el 20 % del área intervenida, lo que ha dificultado la continuidad fluida del proyecto. Y, sin embargo, la crítica ya no viene solo del pueblo: el propio Ministro de Obras Públicas Eduardo Estrella, reconoció públicamente que el avance del malecón ha sido lento. Instó a las autoridades y contratistas a “acelerar el paso” para que Nagua no siga siendo rehén de la burocracia ni de la falta de voluntad ejecutiva. Su declaración, breve pero contundente, fue un llamado de atención desde adentro.

A esto se suma la preocupación del alcalde Junior Peralta, quien ha manifestado que el diseño actual corre el riesgo de convertirse en una simple circunvalación que bordea la ciudad, sin integrarla. Según sus palabras, “el malecón debe ser una arteria viva de Nagua, no una barrera”. El planteo es claro: no basta con construir, hay que conectar. Y esa conexión —entre el mar, el pueblo, el gobierno y la comunidad— todavía está pendiente.

La pregunta sigue en pie, intacta, desafiante, como una ola detenida en el tiempo: ¿Quién se casará con la gloria?

Este escrito lo dedico a mi padre, en su memoria.

Gracias por darme el criterio, el valor y el compromiso de ver las cosas como son. Por enseñarme a no dejarme viciar por los intereses ajenos, por el ruido del entorno o la comodidad del silencio. Gracias por hacerme entender que el verdadero comunicador no se arrodilla ante el poder, sino que se levanta con la verdad.

Este trabajo lo dedico a ti, por enseñarme a ser un veedor, un protector de lo justo, un observador incómodo para quienes prefieren el engaño. Hoy, con respeto y con firmeza, afirmo que aunque se trabaje, aunque se anuncie, aunque se inaugure simbólicamente una y otra vez... Nagua sigue sin malecón.

https://www.larevistachocolate.com/2025/07/el-malecon-perdido-la-odisea-de-nagua.html

🎬 EL MALECÓN PERDIDO: LA ODISEA DE NAGUAUna crónica real que parece sacada del cine. Pero es nuestra.Durante más de 20 a...
19/07/2025

🎬 EL MALECÓN PERDIDO: LA ODISEA DE NAGUA
Una crónica real que parece sacada del cine. Pero es nuestra.

Durante más de 20 años, Nagua ha vivido la misma escena una y otra vez: discursos, piedras simbólicas, promesas... y olvido. Esta no es solo la historia de una obra inconclusa. Es el retrato de un pueblo valiente que mira al mar esperando justicia.

En este relato, los presidentes son como piezas de ajedrez que entran y salen del tablero. Las cifras, los contratos y las excusas se acumulan. Pero lo que permanece es el clamor de más de 80 mil nagüeros que aún sueñan con ver su malecón hecho realidad.

🚧 ¿Qué pasó con los más de 4,000 millones de pesos que se han invertido?
🌊 ¿Quién se atreverá a cumplir, de verdad, esta deuda histórica?
⚡ ¿Por qué un rayo sobre el concreto se convirtió en el símbolo de nuestra resistencia?

Una historia que mezcla memoria, denuncia y emoción.
Un documento que no olvida.
Una ola de verdad que no se detiene.

📖 Léelo completo aquí 👉 https://www.larevistachocolate.com/2025/07/el-malecon-perdido-la-odisea-de-nagua.html
Porque Nagua no solo espera… Nagua resiste.

📰 "Tanguí: Una vida de trabajo, dignidad… y raíces profundas"✍️ Por Rafael Enrique CorreaNació en una casita humilde de ...
19/07/2025

📰 "Tanguí: Una vida de trabajo, dignidad… y raíces profundas"
✍️ Por Rafael Enrique Correa

Nació en una casita humilde de Villa Babosa, a orillas del mar. Aprendió a correr descalzo antes que a escribir su nombre. Su primera escuela fue la arena tibia de Nagua y su primera lección: la honradez.

Lavaba carros por 2 pesos a los 11 años. Fue mozo, conserje, mensajero en una bicicletica… hasta que un día se convirtió en gerente del banco más importante del pueblo. Y cuando otros se conformaban con jubilarse, él decidió comenzar de nuevo.

Con fe, visión y el apoyo de su esposa —la misma mujer que lo acompaña desde el barrio— levantó con sus propias manos un sueño que hoy lleva su apellido: Supermercado Tanguí.

Pero esta historia no es solo de negocios.
Es de familia.
Es de pueblo.
Es de raíces que no se olvidan.

👴🏽 Una historia real que inspira a los jóvenes y honra a los mayores.
Una entrevista que no solo se lee… se siente.

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📚 LA REVISTA CHOCOLATE | Vol. 187PORTADA: Sr. Leonel “Tanguí”Un homenaje en vida al símbolo del trabajo, la dignidad y e...
17/07/2025

📚 LA REVISTA CHOCOLATE | Vol. 187
PORTADA: Sr. Leonel “Tanguí”
Un homenaje en vida al símbolo del trabajo, la dignidad y el compromiso en Nagua.

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📅 Circulación al público general inicia el próximo lunes.

📰 Versión Digital e Impresa – Revista Chocolate Vol. 147Ya puedes disfrutar de la edición especial con el Sr. Leonel “Ta...
17/07/2025

📰 Versión Digital e Impresa – Revista Chocolate Vol. 147
Ya puedes disfrutar de la edición especial con el Sr. Leonel “Tanguí” en portada, un homenaje en vida a su legado de trabajo y dignidad.

📦 La versión impresa estará en circulación a partir del lunes próximo, pero si deseas tenerla en tus manos desde hoy, pasa por Ricuras de Doña Esperanza en Nagua y pide la tuya.

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