05/07/2025
📌 El presupuesto del ICE de Estados Unidos ahora es más grande que el de la mayoría de los ejércitos del mundo
Mientras millones de personas en Estados Unidos apenas pueden permitirse una consulta médica o pagar la universidad de sus hijas e hijos, el Congreso ha decidido blindar las fronteras con billetes y uniformes. El nuevo proyecto de ley de Donald Trump —una monstruosidad de mil páginas— convierte a ICE (la agencia de Inmigración y Control de Aduanas) en la mayor fuerza policial interior del país, con un presupuesto de 150.000 millones de dólares hasta 2029. Una cifra mayor que el gasto militar de Italia, Israel o Brasil. No es política migratoria. Es doctrina de guerra.
Más cárceles, más agentes, más muros, más deportaciones. Menos humanidad.
El plan contempla 45.000 millones para levantar cárceles de migrantes, 30.000 millones más para contratar agentes, 59.000 millones para militarizar la frontera con muros, drones y vehículos, y hasta 1.000 millones para implicar al Departamento de Defensa en la detención de personas. Incluso prevé 10.000 millones en “subvenciones” para que los Estados aprueben leyes antiinmigrantes. Es decir: sobornos institucionales para blindar el racismo por decreto.
La lógica es simple: que ICE actúe como un ejército de ocupación. Que quien cruce la frontera se enfrente a una estructura penitenciaria más grande que la de muchos países. Que nadie pueda sentirse a salvo. Ni en el trabajo, ni en la escuela, ni en el hospital.
Silky Shah, directora de Detention Watch Network, lo resume así: “El presupuesto de ICE se dispara a niveles nunca vistos. Será la mayor agencia policial del país”. Ya lo es en número de recursos, pero ahora quieren dotarla de un marco legal que legalice el terror. El terror selectivo, claro: el que se aplica solo si no tienes papeles, si no tienes padrón, si no tienes piel blanca o apellido anglosajón.
¿Y todo esto por qué? Porque Trump y sus cómplices dicen que el mayor peligro para Estados Unidos son los migrantes pobres. No la evasión fiscal, no la violencia ultraderechista, no el cambio climático ni el narcotráfico. No. El verdadero enemigo, dicen, es el jornalero hondureño. La madre guatemalteca que cruza con su hija. El estudiante mexicano que sueña con una beca.
La manipulación es obscena. JD Vance, actual vicepresidente, ha declarado sin rubor que “lo que va a arruinar este país es la inmigración ilegal y los beneficios que reciben los migrantes”. Lo que arruina países, señor Vance, es alimentar un complejo industrial de detención y deportación que tritura vidas y derechos con dinero público. Es financiar el miedo. Es construir una nación entera sobre la mentira de que quien viene de fuera es enemigo.
Todo esto se vota en la semana del 4 de julio. La semana de la independencia. Pero ya no hay independencia posible si se legisla desde el odio. No hay libertad cuando se normaliza el encarcelamiento masivo. No hay democracia si se convierte la frontera en un campo de guerra.
El mundo no necesita más ICE. Necesita más conciencia. Más refugio. Más justicia.
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