24/09/2025
Este es el testimonio de Manuel (nombre protegido), un niño que hoy caminó en la marcha desde la Caja del Seguro hasta Santo Domingo, en Quito. Entre sus dedos sostiene el casquillo de una bomba lacrimógena, como si fuera un trofeo extraño que nunca debió pertenecerle. Lo muestra con la inocencia de quien no debería conocer la violencia, pero también con la claridad de quien sabe por qué protesta. Manuel habla de lo que lo impulsa a salir a las calles y, en sus palabras, resuena una verdad que duele: las infancias tienen razones que los adultos dejamos de escuchar, y Noboa, en lugar de atenderlas, las responde con represión.