22/10/2025
| Desde hace varios días, los habitantes de Atacames hemos sido testigos de una alarmante cadena de accidentes de tránsito. Cada suceso deja más claro que en nuestro cantón existe una preocupante falta de control y de responsabilidad administrativa en el tema de movilidad. Resulta paradójico que, pese a los constantes operativos de la Policía Nacional, los accidentes no disminuyen.
¿Qué está pasando? Es la pregunta que muchos atacameños nos hacemos, mientras el desorden se apodera de nuestras calles.
Hagamos memoria: hace poco, un accidente enlutó a una familia atacameña. Se dijo que el mal estado de las vías fue lo que causó el accidente. Días después, otro accidente en el sector de Torino cobró la vida de dos personas que iban en una mototaxi el cual conducía sin licencia. En la entrada a la Ciudadela Fénix, una mototaxi se incendió. En el sector de Agua Park, una persona falleció tras un accidente de tránsito entre un vehículo liviano y una moto lineal. Más recientemente, un niño de apenas cuatro años sufrió una grave fractura en la cabeza luego de un choque en la playa, y allí mismo vimos un video que circula en redes de dos mototaxis en contravía. Y hoy, hace pocos minutos, se reportó otro accidente frente al hospital Juan Carlos Guasti.
Mientras tanto, los mototaxistas, quienes brindan un servicio importante para la comunidad, se paralizan, exigiendo el control de las motos piratas y denunciando presuntos cobros indebidos en el proceso de chatarrización. Las acusaciones salpican a funcionarios municipales e incluso al concejal que está en la Comisión de Tránsito; pidieron su salida de la comisión, lo que profundiza la crisis institucional.
Más allá de las protestas, los intereses o la política, lo evidente es la falta de capacidad administrativa. Se prometieron cambios con el relevo en la Vicealcaldía; se habló de coordinación, de trabajo conjunto, de mejoras visibles. Pero lo que vemos hoy es lo contrario: desorganización, conflictos internos, destituciones y denuncias que manchan la gestión municipal. El caos no solo está en las calles, también en la administración. Se habla de irregularidades en la legalización de terrenos, mientras los problemas de movilidad, infraestructura y transporte crecen sin control.
Atacames, que alguna vez fue “la playa que nunca dormía”, hoy parece vivir un letargo institucional.
El cambio no puede seguir esperando. Atacames necesita nuevas figuras, líderes con visión, con vocación de servicio, que entiendan que el turismo, la seguridad y la organización urbana son pilares fundamentales para el desarrollo. De lo contrario, este cantón que alguna vez brilló por su alegría y su movimiento se seguirá hundiendo en el silencio de la indiferencia y la improvisación de las autoridades.