
22/07/2025
Un hombre débil nunca sabrá qué hacer con una mujer fuerte.
Ella no es complicada… es directa.
No es grosera… es honesta.
Pero para un hombre inseguro, inestable o emocionalmente inmaduro, su fuerza no será un regalo, sino una amenaza.
Ella dice lo que piensa… y él se incomoda.
Ella pide claridad… y él dice que es “demasiado”.
Ella pone límites… y él la llama controladora.
Ella lo reta a crecer… y él dice que quiere cambiarlo.
Pero, en el fondo, no le molestan sus palabras…
le molesta que ella vea más allá de su fachada.
No puede manipularla con halagos.
No puede tranquilizarla con promesas vacías.
No puede mantenerla callada dándole migajas de atención.
¿Y qué hace entonces?
La culpa a ella.
A su carácter.
A su independencia.
A sus expectativas.
Cualquier cosa, con tal de no admitir que simplemente no estaba listo para alguien como ella. Que su autoestima lo intimidaba. Que no sabía lidiar con alguien que sí exige responsabilidad.
Porque una mujer fuerte no ruega.
No persigue.
Y jamás se va a reducir para encajar en el molde de un hombre que aún no sabe quién es.
Ella no era demasiado intensa… él simplemente estaba acostumbrado al silencio.
No era demasiado firme… él solo conocía mujeres que preferían callar para no generar problemas.
No era demasiado… él simplemente no estaba preparado para una mujer que no lo necesitaba, pero lo elegía.
Y ahí está la diferencia:
Un hombre débil busca control.
Una mujer fuerte exige compañerismo.
Y si él no está dispuesto a caminar a su lado como igual, ella no va a hacerse pequeña para que él se sienta más grande.
Él dirá que ella tenía mal carácter.
Que era fría.
Que era difícil de amar.
Pero la verdad es que él simplemente tenía miedo.
Miedo de lo que su fuerza revelaba sobre su propia debilidad.
Como no pudo estar a su altura… intentó apagar su luz.
Déjalo.
Porque una mujer fuerte conoce su valor.
No existe para ser entendida por hombres débiles…
existe para ser amada por un hombre lo suficientemente fuerte como para caminar a su lado,
no por uno que huye en cuanto se le pide que esté presente.