
22/08/2025
Esta rata vivía escondida en una panadería. Cada noche robaba migajas, sobras, lo que caía al suelo. Nunca pasaba hambre, pero tampoco brillaba. Un día vio cómo el panadero daba un pan completo a un perro callejero. Esa noche, mientras la rata ardía de envidia porque a él sí y a mí no, chilló. Esa noche, mientras todos dormían, mordió los panes, orinó la masa, abotó todo, pensando: "Si yo no lo tengo, nadie lo tendrá".
Al día siguiente, el panadero lo descubrió, puso trampas y en pocas horas la rata quedó atrapada. Y el perro siguió comiendo pan.
Moraleja: el envidioso no quiere subir, quiere destruir. Y en el intento, termina acabando su propia trampa. No te odian porque tengas mucho, te odian porque ellos no tienen nada. Lamentablemente, así son muchos en la vida."