29/06/2025
No basta simplemente con saber acerca de Jesucristo. Todos nosotros debemos procurar aprender por nosotros mismos que Él es el Hijo de Dios y nuestro Salvador y Redentor.
Al presentar a Jesús ante una multitud enfurecida, “Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!” (Juan 19:5). Aunque lo miraron con los ojos, no vieron quién era Él en realidad.
En un sentido figurado, también a nosotros se nos invita a ver al Hombre. Cuando estamos dispuestos a aprender de Él y procuramos poner nuestra vida en armonía con Él, sentimos que Él es, en verdad, el Cristo; nos arrepentimos y nos esforzamos por refinar nuestra naturaleza y cada día acercarnos más a Él, confiamos en Él, y le demostramos nuestro amor al guardar Sus mandamientos y cumplir nuestros convenios sagrados.
A medida que hallemos la manera de ver ciertamente al Hombre y procuremos ser más semejantes a Él, encontraremos el camino que conduce a los mayores gozos de la vida y el bálsamo para la desesperación más angustiante de la vida.