11/06/2025
Leyenda del Coyoctor: El Baño del Inca
En las montañas de Cañar, cerca de Ingapirca, se encuentra un sitio sagrado conocido como El Coyoctor, llamado también el Baño del Inca. Este lugar, lleno de misteriosas formaciones de piedra y canales tallados, guarda una leyenda antigua que ha pasado de generación en generación.
Hace muchos siglos, cuando los incaicos llegaron a estas tierras dominadas por los cañaris, decidieron construir un lugar ceremonial especial, donde el Inca Huayna Cápac pudiera purificarse y rendir culto al Sol. Eligieron un sitio mágico, donde las aguas brotaban puras entre las piedras y el silencio de la montaña guardaba los secretos del cielo y la tierra.
Según la leyenda, el Coyoctor fue construido por los propios dioses. Dicen que en una sola noche, mientras todos dormían, las piedras se colocaron solas, guiadas por fuerzas invisibles. Por la mañana, los cañaris y los incas encontraron el complejo ya formado: un altar, escalinatas y una especie de fuente donde el agua caía en forma de cascada sobre una roca tallada.
Este lugar no solo era usado para los baños del Inca, sino también para rituales de purificación, donde los sacerdotes ofrecían flores, agua, y hojas de coca a los apus (espíritus de las montañas) y al Inti (el Sol).
Una noche, durante un eclipse solar, el Inca Huayna Cápac subió al Coyoctor para pedir a los dioses protección para su imperio. Mientras se bañaba en las aguas sagradas, una luz brillante descendió del cielo y lo envolvió. Desde entonces, muchos aseguran que el espíritu del Inca quedó ligado al lugar, y que en las noches de luna nueva se puede ver su silueta caminando entre las piedras, buscando respuestas de los dioses.
Los sabios del Cañar dicen que el Coyoctor es una puerta entre el mundo terrenal y el espiritual, y que solo los corazones puros pueden entender sus misterios.