04/10/2025
REFLEXIÓN
PARECE QUE MIS PADRES ERAN ASESINOS EN SERIE
Según la mayoría de los analistas de hoy en día, nuestros padres desde que nacimos han estado intentando matarnos.
Por lo visto hemos llegado a adultos de pura suerte, ya que teniendo en cuenta que el gluten es malo, la lactosa es mala, los cereales y el pan blanco son veneno, el azúcar es lo mismo que el cianuro, las harinas te arruinan la vida, la fructosa de los jugos te carcomen por dentro y que las grasas son como resina para sellar las arterias, nosotros no deberíamos estar vivos.
Mirando hacia atrás, mirando a mis padres.
Ahora me doy cuenta de su plan magistral para eliminarme.
Sobre todo, cuando me acuerdo del almuerzo: un plato de arroz blanco con un buen pedazo de carne roja frita en manteca, una sopa de fideos con queso tierno y un poco de leche no pasteurizada y unos higos en almíbar de panela. Como aquella fórmula no funcionaba, reforzaban por la tarde con un pan blanco con UN CENTÍMETRO de mantequilla. A veces lo intentaban con más ahínco regando medio pan con dulce de leche y queso cremoso. En la cena podía caer un pollo frito con arroz blanco y salsita para poder bañarle, un plato de sopa y una avenita bien azucarada.
¿Se puede ser más asesino?
Los fines de semana entraban los extras y ya iban con todo: en el desayuno un huevo frito, leche recién ordeñada, nata, unos buenos cachos (croissant) y mortadela.
De vez en cuando la arremetida era brutal, una parrillada con chorizo o un hornado o unas fritadas. Al siguiente día, al ver que me levantaba vivo por la mañana, lo volvían a intentar con un buen chocolate espeso caliente, con una torre de galletitas esas que venían en cantidad industrial en una lata.
En la cena podía caer un pollo asado con fideos y salsita para poder bañarse y un plato de sopa; y para terminar con algo dulce, un arrocito con leche no podía faltar o budín de pan con dulce de leche o flan.
Claramente eran unos psicópatas asesinos sin sentimientos.
Hicieron todo lo que pudieron, pero al final aguanté.
Encima me metieron todas las vacunas habidas y por haber, remedios que después se anunció públicamente que eran veneno para mi salud.!!
Lo más sorprendente, es que, con esa alimentación y tratamientos, sin traumas ni alimentos prohibidos tengo más de 60 añitos.
Ahora ya es tarde, ya no me puedo subir al tren de la salud y de alimentarme sólo de lechugas criadas en libertad y recogidas bajo la luna menguante del quinto ciclo de Júpiter en rotación con Saturno regadas con jengibre rallado de luna llena criado en hidroponía.
Ahh … y la casa de los abuelos ya ni te cuento. Aquello eran auténticos campos de exterminio y genocidio.
¡¡¡Nunca habías comido lo suficiente!!!😉😄😄