15/05/2025
¡BOMBA EN EL VATICANO!!! El Papa León XIV Acusado de Encubrir Abusos en Perú: La Verdad al Descubierto
¡Atención, mundo!!!. La noticia que estremece a la Iglesia Católica ha llegado desde Perú. Tres mujeres valientes han alzado su voz, señalando directamente al recién nombrado Papa León 14, por un presunto encubrimiento de abusos que data del año 2004.
Es la historia de un escándalo que explotó el 8 de noviembre de 2024, gracias a una investigación del medio peruano Cuarto Poder. Allí, Ana María Quispe y otras dos víctimas narraron el horror que vivieron a manos del padre Eluterio Vázquez González. Recuerdos desgarradores de una infancia marcada, y una búsqueda de justicia que, según su testimonio, se topó con un muro de silencio.
Ana María relata con valentía aquel cumpleaños, el encuentro con otro sacerdote, Ricardo Jesen, y el abuso que sufrió con tan solo nueve años. Años después, en 2022, la esperanza de justicia la llevó hasta Robert Prevost, entonces obispo de Chiclayo. Pero lo que siguió, según las denunciantes, fue una cadena de decisiones que protegió al agresor. Acusan directamente a Prevost de encubrimiento, de transferir al padre Vázquez en lugar de castigarlo, y de enviar información incompleta a Roma.
La respuesta de la diócesis de Chiclayo ofrece una versión diferente. Aseguran haber investigado a nivel local y enviado el caso al Vaticano, aunque sin encontrar pruebas suficientes en ese momento. Tras la denuncia legal, la fiscalía archivó el caso por prescripción, un frío tecnicismo legal que no borra el dolor de las víctimas. La propia Santa Sede hizo lo propio, cerrando el caso en 2022.
Pero la verdad siempre busca la luz. En 2024, la denuncia pública reabrió heridas y expedientes. Hoy, en 2025, Robert Prevost es el Papa León 14, el padre Eluterio Vázquez, según informes, sigue oficiando misas, y la justicia para estas mujeres sigue siendo una deuda pendiente.
Este caso nos obliga a mirar de frente los 'trapos sucios' de una institución que clama moralidad. Nos recuerda que el encubrimiento no solo protege a los perpetradores, sino que revictimiza a quienes ya sufrieron el horror del abuso.
Es cierto, la Iglesia Católica, a través de palabras del entonces Cardenal Prevost, reconoce la urgencia de acompañar a las víctimas. Pero las acciones hablan más fuerte que las palabras. ¿Cómo podemos reconciliar este discurso con las acusaciones de inacción y encubrimiento???
Es hora de que la verdad prevalezca. Es hora de que se escuche la voz de las víctimas. Es hora de que la Iglesia Católica rinda cuentas. No podemos permitir que la impunidad siga siendo el manto que cubra estos crímenes atroces.
Invitamos a la reflexión, a la investigación profunda, y a la exigencia de justicia para Ana María y todas las víctimas silenciadas. Este escándalo de León XIV no puede quedar en el olvido. El mundo está observando. La justicia clama.