23/01/2025
𝐇𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞 𝐝𝐞 𝐝𝐨𝐥𝐞𝐫
Cuando nos enfrentamos a una ruptura amorosa es inevitable sentirnos únicos, solos y vacíos. Despedirnos de esa versión que el amor despertó en nosotros resulta aterrador, y ver desvanecer los sueños donde en cada camino y destino estaba esa persona es de verdad desesperante. Todo empieza a verse diferente, y hasta todo sabe diferente. Fingir duele aún más, y el silencio entre quienes nos conocen es el que nos delata casi siempre. Parece imposible volver a conocer a alguien como esa persona, y, peor aún, da miedo volver a sentir.
Es así como descubrimos que el amor hace más mal que bien cuando no es correspondidos, es así como nos damos cuenta que el único sentimiento que no se puede ocultar debajo del tapete es ese que produce el desamor.
𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐮́𝐧𝐢𝐜𝐨
No estás solo, no eres el único, realmente hay quienes te acompañan, pero ese sentimiento te lleva a pensar que nadie más lidia con algo similar. Y es de esperarse, esa tristeza interna echa el gozo de todo lo amado y de todo lo que puede ayudarnos a salir con rapidez de esa depresión.
En sí, a la depresión hay que vivirla, hay que hacerle frente, y como para que me entiendas mejor, es un karma con el cual tienes que estrellarte de frente si quieres vencerlo. A la depresión no la puedes dejar en visto si quieres en un futuro borrar su chat, no puedes dejarla hablando sola, no puedes darle la espalda y simplemente irte porque caso contrario, te consumirá.
No importa hacia qué lugar mires, cada persona que ves allí es o fue víctima de un sentimiento que quiso matar sus sueños y más grandes anhelos, y hasta incluso su propio brillo, pero míralos, aquél que sonríe para una selfie en el parque acaba de perder a su madre, sin embargo posa para una fotografía que subirá en sus estados con una descripción que explotará en él nobleza. Quien está frente a la fuente está desempleada y tiene dos hijos con un hombre que la abandonó y ni si quiera tiene para un abogado, sin embargo, arroja una moneda al agua mientras cierra sus ojos, despertando así a su niña interior. Cada persona es un universo de todo lo ya vivido, cada persona tiene una razón para reír e innumerables razones para llorar, pero ahí están, no solo existiendo, sino también viviendo. Este es tu turno, no estás solo, y créeme cuando te digo que todo duele al extremo poco antes de que deje de doler.
𝐑𝐨𝐦𝐩𝐞𝐫𝐥𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨
Uno de mis errores cuando enfrenté una crisis amorosa fue creer que mi papel era rescatar lo que había en mí, o bueno, lo que quedaba de mí, y sí que me esforcé y hasta quise salvar algo que no podía ser salvado y me avergüenza admitir que quise ser el héroe donde realmente no me necesitaban, pero todo fue distinto cuando entendí que mi función no era reconstruir lo que quedaba, mi función era terminar de destruir lo quedó porque sólo me llevaba a aferrarme y a tener esperanza de realidades que sólo existían en mi cabeza. Literalmente tenía que romperlo todo y acelerar el proceso que solo nos convierte en personas estancadas e infructuosas, y hasta a veces molestosas. Con esto no quiero decir que canalicemos el dolor por medio del odio, ¡no!, todo lo contrario, el dolor también se puede superar sin dañar lo bonito que se vivió; realmente es la manera correcta de superarse sin manchar nuestro corazón tirándole heces a cada recuerdo para pasar de amar a odiar a alguien que no te va a corresponder en ningún sentimiento. Es absurdo y es tonto dañar recuerdos para superar presentes…..
𝑺𝒊 𝒍𝒆𝒔 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒆𝒔𝒂 𝒆𝒍 𝒕𝒆𝒎𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒃𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒉𝒂́𝒈𝒂𝒏𝒎𝒆𝒍𝒐 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔 ❤️🩹