16/07/2024
Hechos 17:28 nos lleva a meditar sobre nuestra existencia y nuestra relación con Dios. Nos recuerda que vivimos, nos movemos y somos en Él. Esto implica que nuestra vida misma es un regalo divino, y que todo lo que hacemos y experimentamos tiene su origen en Dios.
Al reconocer que en Él vivimos, nos movemos y somos, podemos sentirnos más conectados con el mundo que nos rodea. Recordamos que somos parte de algo más grande, que hay una fuerza divina que nos sostiene y da sentido a nuestra existencia. Esto puede darnos consuelo y fortaleza, especialmente en momentos de adversidad o confusión.