08/09/2025
El peor error es aferrarte a quien ya te soltó.
A veces, el corazón se niega a aceptar lo que los hechos gritan en silencio:
que esa persona ya no está, que su amor se desvaneció,
que sus manos, antes tan firmes, ya no sostienen las tuyas.
El peor error no es amar demasiado,
es seguir amando a quien ya dejó de intentarlo,
a quien ya no te elige,
a quien hace tiempo soltó el lazo que tú sigues atando con fuerza.
Aferrarte no te devuelve el pasado,
solo te encadena a un presente lleno de vacío y nostalgia.
Es como sostener una cuerda que se quema en tus manos,
esperando que al final no duela tanto,
pero siempre duele más.
Soltar no es fácil, pero es necesario.
Es un acto de amor propio,
de entender que mereces a alguien que se quede,
que luche, que te valore como tú lo haces.
Porque el amor no es una batalla solitaria,
es un camino que se recorre de la mano,
y si esa mano ya no está,
entonces es momento de liberar la tuya.
No te aferres a quien ya te soltó.
A veces, dejar ir es la única manera de encontrar algo mejor:
a ti mismo, tu paz, y un amor que sí se quede.