05/07/2025
Ahí está.
Sentado en su trono de sombras, como si el in****no le hubiera construido un altar.
Ozzy no está actuando.
Ozzy no está posando.
Ozzy está despidiéndose.
Míralo bien.
Los ojos cansados, pero vivos.
Las manos temblorosas, pero firmes.
El cuerpo dolido, pero aún desafiante.
Esa no es una silla. Es un monumento.
Calaveras a sus lados.
Alas de murciélago abiertas detrás.
Un crucifijo en el pecho que pesa más por lo vivido que por el metal.
No hay playback.
No hay pantallas de humo.
Solo un hombre que lo dio TODO…
y que ahora mira al mundo por última vez desde la cima del ruido.
Ozzy Osbourne no se fue como un viejo artista.
Se fue como un emperador del caos, como el último sobreviviente de una era que ya nadie puede repetir.
No hace falta que vuelva a cantar.
Su grito sigue flotando en el aire.
Y su trono… se queda vacío, esperando que alguien, algún día, se atreva a incendiar la música como él lo hizo.
Gracias, Ozzy.
Nos enseñaste que el metal no es solo música.
Es resistencia.
Es locura.
Es eternidad.
Y tú, viejo bastardo hermoso,
ya eres inmortal.
🖤
