30/08/2025
- - , vía de 9 millones se destruye
El 25 de mayo de 2018, la Prefectura de Loja estrenó con bombos y cámaras los 30 kilómetros de la vía Pindal-Milagros-Paletillas. El entonces prefecto, Ing. Rafael Dávila, aseguró que aquel asfalto sería la arteria que impulsaría el turismo de los guayacanes y la economía de parroquias productivas como Milagros y Paletillas. Hoy, la misma carretera está deteriorada: tramos enteros sin carpeta, socavones que destruyen llantas y hundimientos que obligan a los conductores a zigzaguear como en pista de obstáculos.
Los daños se agravaron tras el último invierno, cuando los deslaves arrancaron capas enteras de asfalto. La parte crítica comienza en el tramo río San José-Milagros, y se repite cada cinco minutos de viaje: huecos de hasta 20 cm de profundidad que ya dejaron varados camiones cargados de maíz y turistas que regresaban del últimos florecimiento de los guayacanes. “Costó 9 millones de dólares y ahora parece una trocha”, resume un agricultor que cruza la vía diariamente.
Ni la Prefectura ni el Ministerio de Transporte han enviado cuadrillas de mantenimiento. La única señal oficial es una barra de seguridad rota y un cartón escrito a mano que advierte: “Conduzca con precaución”. Mientras tanto, la promesa de convertir la zona en corredor turístico, por donde se accede al espectáculo de los guayacanes, se desvanece entre nubes de polvo y reclamos de los conductores.
Para la ciudadanía, la carretera es ahora símbolo de dos cosas: el potencial que existe y la falta de compromiso para cuidarlo. “Invertimos nuestras esperanzas y ellos invirtieron nueve millones que hoy se desvanecen”, sentencia un ciudadanos que preferie el anonimato. El mensaje es claro: sin mantenimiento, la vía Pindal-Milagros-Paletillas no solo se rompe; se lleva consigo los sueños de un cantón que quería mirar al futuro por una ventana de asfalto impecable.