03/08/2025
Reflexión: Cómo tratas a tu mamá
La manera en que tratamos a nuestra mamá influye mucho en cómo nos va en la vida. Cuando estamos bien con ella, todo empieza a fluir mejor.
Si la rechazamos o estamos en conflicto con ella, es muy probable que también tengamos problemas en nuestras relaciones, especialmente con la pareja. Si creemos que somos mejores que nuestra madre, sin darnos cuenta nos cerramos a vivir una vida feliz.
Cuando no respetamos a nuestra mamá, tampoco sabremos respetar a nuestra pareja. No sirve de mucho intentar mejorar la relación de pareja si alguno de los dos no ha sanado la relación con su madre.
Nos cuesta recibir amor, confiar o crear vínculos sanos si seguimos cargando enojo, dolor o rencor hacia nuestra madre por lo que sentimos que no nos dio o por cómo nos trató.
Todo lo que le reclamas a ella, la vida te lo va a mostrar después, ya sea en ti o en tus relaciones. No olvides que gracias a ella estás aquí, y aunque no lo parezca, seguramente vivió cosas difíciles que tú no sabes o no entiendes.
Tal vez no tuvo las herramientas ni el conocimiento que tú sí tienes ahora. Por eso, hoy tú puedes decidir si quieres repetir la misma historia o romper con ese dolor.
Hay muchas cosas que no sabes de lo que vivió, de sus miedos o sufrimientos. Cambiar esos pensamientos y emociones que vienen desde hace generaciones es parte del proceso de sanar.
Cuando sanas tu relación con tu mamá, tu vida empieza a mejorar: tus relaciones, tu salud, tu bienestar, e incluso la forma en que te miran tus hijos. La relación con nuestra madre mueve muchas cosas en nuestra vida.
Sanarla es reconocer que, aunque no fue perfecta, hizo lo que pudo y te amó como supo hacerlo.