
01/07/2025
- El ministro que cual astuto sabueso detectó a
En un país donde lo improbable es rutina y lo absurdo ya ni sorprende, el ministro del Interior, John Reimberg, ha revelado cómo, gracias a su fino olfato y una sospechosa ausencia de lavandería, logró localizar el búnker donde se escondía Adolfo Macías, alias Fito, el narcotraficante más buscado del Ecuador.
La historia, contada por el propio ministro la noche del 30 de junio, parece sacada de una serie policial... pero sin presupuesto. Reimberg vio una foto. En ella, una casa cualquiera. Pero algo no encajaba: un sembrío mal ubicado, fuera de lugar. Algo en esa vegetación le hizo fruncir el ceño ministerial. “No tiene sentido”, dijo. Y con eso, la trama comenzó a armarse.
Luego, ya en el lugar, notó algo aún más revelador: la casa no tenía lavandería. Una omisión tan brutal, tan descaradamente delatora, que solo podía significar una cosa: hay un narcotraficante escondido bajo tierra.
Como buen líder de acción, Reimberg compartió su epifanía con la mesa de operaciones —compuesta solo por militares— y sentenció:
“Aquí nos quedamos. Aquí nos quedamos los que lo tenemos bien rayado”.
El silencio debió ser sepulcral. O tal vez contenía admiración.
Pidió entonces maquinaria. No drones, ni tecnología satelital, ni agentes encubiertos. Excavadoras. Las solicitó directamente al Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Porque cuando se detecta una casa sin lavandería, se requiere maquinaria pesada.
Y ocurrió el milagro: según el relato, el ruido de las excavadoras asustó tanto a Fito que abrió el búnker por voluntad propia. El criminal, al parecer, prefirió entregarse antes que correr el riesgo de morir aplastado por una pala mecánica.
Lo que sí pasó
Fito, quien se fugó de la cárcel Regional de Guayaquil el 7 de enero de 2024, fue recapturado el 25 de junio de 2025 por fuerzas militares en Montecristi, Manabí. Posteriormente fue trasladado a La Roca, la prisión de máxima seguridad.
También trascendió que la Embajada de Colombia en Ecuador recibió una carta supuestamente firmada por Fito, donde planteaba una entrega negociada. El documento no ha sido verificado, pero plantea dudas sobre los términos reales de la recaptura.
Mientras tanto, en medio de versiones, excavadoras y sembríos sospechosos, el ministro Reimberg ya tiene un nuevo mérito que anotar en su hoja de vida: detective por vocación, jardinero por intuición, y estratega de lavanderías por convicción.
Fuente: IC