
13/12/2023
Hoy fui testigo de un instante que me enterneció y quiero compartir este relato:
SOLO TU ABRAZO BASTA.
El sol estuvo muy intenso en todo el día, los recorridos en el patrullero se volvieron más pesados de lo habitual, el operativo de rigor se cumplió y los respectivos reportes se remitieron, era hora de regresar a casa, las obligaciones de la jornada habían concluido.
Le tocaba retomar su responsabilidad de padre, aquella que no deja de estar vigente aún cuando su cuerpo se vista o no de uniforme. Fue el mejor momento del día, era hora de ver a su hija; se fundieron en un abrazo y salieron, sin embargo, más adelante detuvo la marcha de su motocicleta para dar paso al capricho inocente de su pequeña que al oído le habría dicho: "papito, antes de ir a casa, ¿podemos pasar un ratito por el parque?", aquel hombre de rostro amable y sonrisa amplia, no tuvo más opción que caer rendido ante la dulce pretención de su pequeñita.
Tomó su mano, buscaron la sombra más cercana para que el sol abrasador no queme tanto, juntos se sentaron y bastó un instante para que los ojos de ese padre se llenen de ternura ante la caricia de su pequeña; no había nada más que su presencia, no existía nada más que el amor de un padre por su hija, el tiempo se detuvo para los dos. Entonces el héroe se despojó de su yelmo y coraza y dio paso al hombre que siempre será el héroe de esta pequeña vida.