
30/05/2025
Dormir lleva 7 horas, trabajar 8 horas... pero agradecer a Dios lleva solo un minuto.
En medio de la rutina diaria, entre el descanso y el esfuerzo, nunca olvidemos ese instante de gratitud que puede llenar el alma de paz y propósito. Que cada día incluya un momento sagrado para decir: gracias, Señor.