17/08/2025
Gran músico, iconoclasta y buen amigo.
Me unió a él, la suerte de trabajar de cerca en su música, una a una digitando sus notas e ideas creadas, producto de su intuitivo espíritu creativo y de sus reflexiones y conocimiento profundo acerca de la música andina latinoamericana y sobre todo la de Ecuador.
Una experiencia maravillosa que despertó en mí la inquietud de conocer más de cerca la música andina kichwa local y de la región.
Sus palabras e ideas me acompañan siempre, sabiendo que su aporte musical en mi vida, dio fruto en varios momentos.
Un genio con una amplitud creativa imparable, generosa y de gran fineza estética.
Su memoria y legado es y será eterno!
Un gran y fuerte abrazo admirado y querido Raffaele Clemente, que llegue y te alcance hasta el páramo libre en el que hoy habitas, junto al viento andino que te cobija!
🎼🎶🎵🪈🎻🎸🥁🍃✨
TÍO RAFFO
Mi tío, Raffaele Clemente, fue espectacular, una leyenda.
Mucho más que un tío: una presencia constante y amorosa en mi vida. Una persona que se hacía sentir, imposible de ignorar, y cuyo carácter no dejaba de impresionar a todos: conocidos, amigos, familia. Hablo de su personalidad irreverente, sarcástica, irónica y franca. Sin embargo, esta su personalidad envolvía el corazón más tierno del mundo.
Pero mi tío era mucho más; era Muchísimo. La palabra que mejor lo describe, a mi entender, es: Sublime. Es decir, algo grandioso, infinito, cuyos límites escapan, que no se pueden circunscribir. Intentaré destacar algunos de sus rasgos, aunque nunca pueda alcanzarlos.
Extremadamente encantador, pero con un encanto que hacía brillar el corazón de todos. Me río solo pensando en su humor y en los chistes que decía o podía decir. Porque encontraba lo cómico en cualquier momento y circunstancia.
Su risa descarada era un rayo de sol.
Era capaz de reír de alegría como nadie en el mundo.
Solía anunciar su entrada en casa con una carcajada estruendosa (que oía desde el tercer piso, diciéndome: «¡Aquí está el tío!», y yo le devolvía la sonrisa con alegría, porque sí, era contagioso, en todo); como si esta fuera su señal de presencia en esta tierra.
Le gustaba resolver los problemas con risa o ironía; creía en la autoironía y en no tomarse demasiado en serio.
Amaba y se dedicaba a diario a la investigación y el estudio en los campos más diversos, mostrando una cultura increíble, a pesar de tener, en teoría, solo un diploma de secundaria. Amaba el pensamiento filosófico, mirar las cosas desde las perspectivas más incómodas, decir la verdad, que expresaba con gran profundidad y reflexión crítica.
Fue un faro para mi crecimiento.
Porque el tío era capaz de amar a alguien por completo. Solía decir: «Tengo pocas personas en mi corazón, pero esas pocas forman profundamente parte de él».
Me enseñó a mirar las cosas de forma poco convencional, porque sus puntos de vista siempre eran los más perspicaces y transversales, pero también de una profundidad abismal.
Tenía un profundo sentido de la familia, entendida como una comunidad de almas, y vivía los lazos de parentesco con profundo amor, lealtad y fidelidad, siguiendo principios a la vez ancestrales y futuristas.
Sus manos eran cálidas, grandes y presentes. Como su corazón.
Inolvidable cómo las colocaba sobre tus hombros para hacerte sentir que estaba allí. Y allí estaba, en efecto. Era una presencia tan grande que su ausencia es difícil de imaginar y aceptar.
Manos con las que tocaba. Sí, porque tío tocaba cualquier instrumento con total facilidad y un talento inmenso. Era hermoso ver sus manos agarrar y recorrer una guitarra, un charango, las teclas de un piano. Su toque era material, concreto, y al escuchar esas notas, se siente ese toque en la piel: Su toque, que reconocería entre miles. Un toque que abarca toda su Gran Alma, que era Sublime y Romántica, sensible y delicada, Inteligente y profunda.
Fue igualmente un gran tío y un gran artista y compositor. Y pocos de mis amigos se enteraron de aquello, de que produjo música maravillosa. Y sí, ¡realmente desearía que todos lo supieran!
Junto con mi papá…
Él y mi papá crearon un vínculo fraternal indisoluble y eterno. Conmovedor. Esta maravillosa y profunda colaboración ha florecido en un esfuerzo colaborativo para producir discos y canciones de la tradición musical indígena andina. Esta alianza ha permitido el nacimiento de una obra artística gigantesca, un proyecto musical y humano que ha perdurado toda la vida. De hecho, ¿qué podría ser más "humano" y "humanitario" que dos hermanos, sirviendo a la música de otro pueblo? La música de los pueblos andinos. Y digo "sirviendo" porque amaban tanto la expresión musical de estos pueblos que reconocían su inmenso valor como patrimonio universal de la humanidad, y gran parte de su trabajo se encaminó precisamente a preservar este patrimonio, reproduciéndolo de manera capilar.
Creo sinceramente que el amor con el que llevaron a cabo esta misión sería digno de un Premio Nobel de la Paz. Pero los "dos hermanos" son solo el núcleo; muchas otras personas giraron a su alrededor, incluyendo a mi madre y a mi tía, quienes contribuyeron magistralmente como cantantes.
En resumen: los dos hermanos Clemente se unieron en un proyecto de vida compartido, y uno de ellos (mi padre) apoyó el increíble talento musical del otro, a la vez que aportaba constantemente el suyo (pintando y escribiendo). Todo esto fue impulsado por una pasión compartida por la Música Andina, nacida desde pequeños, cuando eran casi niños. Abrazaron esta pasión por completo, convirtiéndola en profesión y misión. Una historia única y singular: dos hermanos italianos que dedicaron toda su vida a la música de otro continente, deseando preservarla y conservarla, amándola y capturando su esencia, como lo hicieron en sus aproximadamente 30 publicaciones, primero como "Trencito de los Andes" y luego, como "Il Laboratorio Delle Uova Quadre". Se ganaron el cariño de miles de personas en ese continente, que siguen diciendo que crecieron con su música y aún les cuesta creer que son dos italianos.
Por cierto, mi tío inventó un sistema de transcripción musical de las grabaciones indígenas llamado "Micrónica", que usaba para escribir y luego reproducir, tocándolas él mismo, nota a nota, segundo a segundo, grabaciones musicales indígenas.
Era un artista/campesino, en el sentido de que acudía todos los días, silbando, a trabajar en el estudio de grabación, con la misma humilde dedicación de un campesino que va a arar su chacra.
Además, lo hacía con una autodisciplina leonina, una determinación y una fuerza de voluntad inquebrantables; nada podía distraerlo de su objetivo diario de grabar. Mantuvo la misma fuerza, orgullo y valentía hasta el final, afrontando su enfermedad con inmenso honor y dignidad.
Un gran tío y una gran historia de pasión, arte y fraternidad -hermandad dentro de la familia y hacia todo un pueblo- que siempre han formado parte de mi vida. Mi tío se fue el 16 de agosto 2023. Su ausencia ha dejado una cicatriz y un vacío abismal en quienes lo amamos y en el mundo.
Beatrice Clemente