
06/09/2024
¿Han notado que la gente es intolerante ante la queja? Y mientras seamos incapaces de escuchar esa queja del otro, generamos frustraciones. Le decimos a los demás, no te quejes, sé más proactivo, pero la queja es una necesidad de decir lo que realmente molesta, es un desahogo, es el desfogue, es como llorar. Después de un buen llanto no se han sentido ligeros; lamentablemente, las personas no lo soportan, huyen de la queja; incluso los adultos detestan a los niños quejosos, la gente detesta al adulto quejoso, las autoridades detestan al ciudadano quejoso. De pronto, si lo escucharan, si escucharan esa queja, esa persona pudiera sentirse escuchada, atendida, entendida, considerada, parte de. Lo cierto es que aquel que se queja, aquel que levanta su voz, en muchos casos es aislado, puesto a un lado, tratado como un paria, llamado loco, histérica en el caso de ser mujer, y descalificado. Al paso del tiempo, su imagen se transmuta y pierde legitimidad tan solo por el simple hecho de desear ser escuchado, en un mundo de personas que se mutilan por encajar, heridas y sangrantes, pero sonrientes, que no se quejan, pero empáticas, proponentes, proactivas, pero con tremendos cánceres producto de todo lo que callan, políticamente correctos. ¿Qué tan mutilado estás? Aún queda algo de ti mientras terminas estas líneas?