27/06/2025
“Con el alma en los pies y el corazón en mil pedazos… igual se levanta, porque amar la hace invencible.”
Hay mujeres que no llegan a casa… llegan a su segundo turno.
Se bajan del bus con el alma en los pies.
Las manos llenas de bolsas.
El corazón lleno de pendientes.
Y justo cuando cualquiera pensaría en descansar…
ahí están los brazos de un hijo esperándola.
Y ella —aunque cansada, con la espalda partida y la mente en mil cosas—
se agacha, sonríe y se transforma.
Apaga su jornada laboral y enciende su rol de mamá.
Sin pausa. Sin reclamos. Sin ayuda muchas veces.
Cambia el uniforme de trabajo por el del hogar:
cuidadora, cocinera, psicóloga, enfermera, maestra, consejera.
Todo a la vez. Todo con amor.
No lo hace porque sea fácil.
Lo hace porque su amor… le gana al cansancio.
Muchas veces nadie lo nota.
Nadie lo agradece.
Nadie pregunta cómo se siente.
Pero ella igual lo hace.
Porque para ella, rendirse no es opción.
Y aunque esté rota, sigue siendo el lugar más seguro para sus hijos.
Salir de trabajar y entrar inmediatamente en modo mamá… no es para débiles.
Es para mujeres gigantes. Mujeres que no descansan, pero aman.
Si tú eres una de ellas…
hoy no te pido que aguantes más.
Te pido que te reconozcas más.
Que te abraces. Que te valores. Que te veas.
Porque aunque el mundo no lo diga,
tú eres la verdadera he***na del día.
Y cada vez que llegas a casa y eliges amar, estás enseñando a tus hijos que el amor más fuerte… es el que no se detiene.