26/09/2025
La noche de este jueves 25 de septiembre de 2025, más de 50 policías arremetieron violentamente contra un grupo de aproximadamente 100 manifestantes en el Centro Histórico de .
La protesta, que se desarrollaba de forma pacífica, fue reprimida brutalmente a pesar de que no se registraron actos vandálicos, ni quema de llantas, ni bloqueos de vías.
Los manifestantes simplemente ejercían su derecho constitucional a la resistencia, garantizado en el artículo 98 de la Constitución del Ecuador.
La intervención policial quedó registrada en video.
En las imágenes, que ya circulan ampliamente en redes sociales, se observa cómo los uniformados empujan, golpean y rodean en grupo a los manifestantes, muchos de los cuales fueron arrastrados por el suelo.
Las personas no portaban armas ni objetos peligrosos. Tampoco respondieron con violencia. Solo estaban manifestándose contra las políticas del gobierno de Daniel Noboa. Aun así, fueron tratados como criminales.
El operativo, ejecutado en pleno centro de Cuenca, expone el preocupante uso de la fuerza pública como herramienta de intimidación y castigo político. Hasta el momento, ni el Ministerio del Interior ni la Policía Nacional han emitido declaraciones sobre lo ocurrido. La Gobernación del también ha guardado silencio.
Por su parte, varias organizaciones de derechos humanos han condenado la agresión, exigiendo una investigación inmediata y sanciones a los responsables.
Esta no es la primera vez que el régimen de Noboa responde con violencia a la protesta social. Sin embargo, el caso de Cuenca ha generado una ola de indignación ciudadana por la claridad de las pruebas: el video muestra a civiles pacíficos siendo golpeados por uniformados que actuaron con total impunidad.
El mensaje del Gobierno es claro: protestar en el Ecuador de Noboa es un delito, y la fuerza pública será usada para acallar cualquier voz disidente. En un país donde se criminaliza la resistencia, la represión deja de ser un hecho aislado para convertirse en política de Estado.
La ciudadanía exige respuestas. Las imágenes son irrefutables. Lo que falta ahora es voluntad política para que se haga justicia.