13/04/2025
Pedro Vargas Lorente: el sabio que leía el polvo de los archivos
Nació en Albuñol en 1945, pero no vino a perder el tiempo. Desde chiquitico, mientras otros coleccionaban canicas, Pedro coleccionaba historias. No se hizo maestro: se convirtió en uno. Uno de los de antes, de los que enseñaban con mirada de padre y mano de tiza. Dejó huella en generaciones de alumnos sin necesidad de varita mágica ni pantallas planas: solo con palabra certera y pasión por su gente.
Amante de la lectura, arqueólogo del dato perdido, se metió en hemerotecas y archivos como quien entra en la cueva de Alí Babá, y de allí sacó oro en forma de memoria. Junto a su inseparable Paquita Manzano, nos regaló libros que hoy son brújula y ancla: La ciudad de Albuñol, Distrito del Albuñol siglo XIX, Albuñol, un fin de siglo… Todos con el pulso firme de quien escribe para que no se olvide.
Pedro es de los que saben que la historia no está en los monumentos, sino en las esquinas, los apodos, las cartas viejas y las meriendas de pan con chocolate. Escribía como quien riega un jardín: sin prisa, con mimo, sabiendo que lo que florece es de todos.
El jueves 24 de abril, en la Feria del Libro de Albuñol, estará allí, con su sabiduría callada, sus libros que respiran pueblo y su mirada de hombre que nunca dejó de aprender. Vayan, escúchenlo, abrácenlo con los ojos, que no todos los días se puede saludar a la historia en persona.
Gracias, Pedro. Por enseñarnos que en los libros se guarda el alma de una tierra.
Don Croador