06/07/2025
El tanque ruso Armata ni está ni se le espera en la guerra de Ucrania.
Casi tres años y medio en la invasión de Ucrania por Rusia, el tanque T-14 Armata, todavía no ha hecho una aparición en el campo de batalla, incluso de manera temporal. El National Interest informa que los funcionarios rusos pueden estar deliberadamente reteniendo el tanque, temiendo que los compradores extranjeros de la plataforma podrían reconsiderar su interés si el vehículo en el mundo real o su falla se convierten en público.
El tanque Armata, en general, es un poco caro, dijo Sergei Chemezov, jefe del conglomerado de defensa estatal de Rusia Rostec, en una declaración oficial el año pasado. Chemezov describió la T-14 como el tanque más revolucionario de la última década, pero agregó que supera con creces los tanques existentes en la funcionalidad y sigue siendo demasiado costoso para que el Ejército ruso dé prioridad. En cambio, Moscú sigue centrándose en la producción y el despliegue del tanque T-90M modernizado.
Pero diez años después, la T-14 no parece más cercana al uso real de combate que cuando desfiló por primera vez por la Plaza Roja. Los analistas sostienen que el programa ha estado plagado de costos asombrosos y obstáculos técnicos, con menos de 20 unidades supuestamente entregadas.
La industria de defensa de Rusia ha luchado por superar los desafíos críticos, incluyendo el desarrollo de una nueva central eléctrica para el tanque, la integración de la electrónica moderna para sus sistemas de armas, e incluso la producción de armas de tanque de próxima generación y municiones. Estas brechas tecnológicas han impedido que la Armata se dé cuenta de sus ventajas conceptuales en el campo de batalla. Algunos analistas creen que el T-14 siempre fue un ejercicio de humo y espejos. Otros sostienen que la complejidad del tanque está simplemente más allá de la capacidad de la base industrial de Rusia para apoyar en gran número.
La realidad de la guerra en curso en Ucrania ha puesto de relieve estas limitaciones. Por ahora, la Armata sigue siendo un símbolo de la ambición rusa en lugar de un activo del campo de batalla. Mientras Rusia lucha por llevar la T-14 a la producción completa, los observadores occidentales señalan que los diseñadores estadounidenses y europeos pueden algún día perseguir conceptos similares para los tanques de próxima generación. La diferencia clave, sin embargo, radica en su capacidad de construir sobre una base tecnológica existente, en lugar de confiar en las promesas de papel.