30/09/2024
El motivo por el que unos científicos quieren que dejes de beber agua embotellada
Beber el agua embotellada es seguro, pero no tanto como beber la del grifo. Al menos en países como España, donde más del 99% del agua del grifo es potable. Además, el agua embotellada tiene un riesgo con el que no contamos tan a menudo.
por Azucena Martín
30 de septiembre de 2024
beber agua embotellada
Crédito: Hong Feng (Unsplash)
Hay personas que siempre beben agua del grifo, mientras que otras prefieren la envasada. En el caso de España, por ejemplo, ambas son seguras y pasan muchísimos controles, pero sobre todo la primera. De hecho, en nuestro país, el agua del grifo es el producto alimentario que se somete a más controles. Por eso, muchos expertos recomiendan optar por esta, ya que es más amigable con el medio ambiente. Además, a eso ahora se suma que, según un nuevo estudio, beber agua embotellada podría conllevar un riesgo que no tenemos suficientemente en cuenta.
Lo ha realizado un equipo de científicos del Weill Cornell Medicine de Qatar. Tras revisar un gran número de estudios sobre el tema realizados en todo el mundo, han comprobado que en casi todas partes ocurre lo mismo que en España: el agua del grifo se somete a más controles. El agua embotellada también se revisa, pero precisamente en esas revisiones a menudo se encuentran restos de muchas sustancias químicas relacionadas con el envase de plástico. Si finalmente se comercializa es porque los niveles son seguros. No obstante, habría que tener en cuenta la manipulación posterior y los efectos acumulativos a largo plazo.
Todo esto no quiere decir que beber agua embotellada sea extremadamente peligroso. A grandes rasgos es seguro. No obstante, si no es indispensable, el agua del grifo siempre será una mejor opción, tanto por este como por otros muchos motivos.
Cuidado con los plásticos de los envases
Los informes analizados para la realización de este estudio señalan a la presencia de contaminación plástica en un 10%-78% de las muestras de agua embotellada analizadas. Entre las sustancias más habituales se encuentran microplásticos, ftalatos, alquilfenoles, bifenilos policlorados, sustancias de polifluoroalquilo y bisfenol A (BPA).
Se conocen muchos efectos negativos de estos compuestos sobre la salud. Por ejemplo, se relacionan con el estrés oxidativo, la desregulación inmune y los posibles efectos obesogénicos a través de la alteración del metabolismo lipídico. Además, muchas de estas sustancias son disruptores endocrinos, que interfieren con el funcionamiento de hormonas esenciales de nuestro organismo.
Al beber agua embotellada estamos ingiriendo esos plásticos. Por suerte, en la mayoría de países hay una legislación que establece unos niveles máximos seguros. Si el agua llega a comercializarse es porque está dentro del rango adecuado.
microplásticos agua del grifo
En realidad el agua del grifo pasa por más controles. Crédito: Bluewater Sweden (Unsplash)
No obstante, si se almacena a altas temperaturas, por ejemplo, se pueden liberar más plásticos y eso ya no se puede medir. Además, los efectos a largo plazo no se conocen con seguridad. Ya se han detectado microplásticos en partes muy diferentes de nuestro organismo, desde la sangre hasta el cerebro, pasando por la leche materna o los pulmones, entre otras zonas. Parece que poco a poco se van acumulando y no se sabe a partir de qué cantidad podrían ser ya peligrosos. Por eso, cuanto más se evite el consumo directo de estas sustancias, mejor que mejor.
No debe cundir el pánico. Lo más probable es que no sean niveles preocupantes. Pero es mejor acumular lo mínimo posible.
A veces solo pagas más caro
En este estudio también se señala que hay países, como Estados Unidos, en los que hasta dos tercios del agua embotellada es agua del grifo reenvasada. Por eso, comprarla en este formato no tiene mucho sentido, ya que al fin y al cabo estamos bebiendo agua del grifo mucho más cara.
Tampoco se debería beber agua embotellada en aquellos lugares en los que no se garantice su almacenaje en un lugar fresco. Si las botellas han estado al sol, es una mala idea beber de ellas.
Otros motivos para no beber agua embotellada
El principal motivo por el que se recomienda evitar beber agua embotellada es medioambiental. Una botella de plástico puede tardar entre varios cientos y mil años en degradarse. Depende del lugar en el que se encuentre y el tipo de plástico empleado. El PET es de los que más tardan. En España se calcula que solo el 36% de las botellas de plástico se separan para reciclar. Por eso, hay un 64% de botellas que van a vertederos en los que no pueden degradarse y se acumulan, contaminando el suelo o llegando a los ecosistemas acuáticos.
agua embotellada
Las botellas de plástico pueden acabar en los ecosistemas acuáticos. Crédito: Brian Yurasits (Unsplash).
Podemos elegir beber agua embotellada asegurándonos de tirar siempre los envases en el contenedor amarillo. Sin embargo, incluso así, a veces no se llegan a reciclar. De hecho, debemos tener cuidado con el plástico que elegimos. Cuando se trata de plástico de colores, a veces los sensores que ayudan a separar por tipos de plástico no lo detectan correctamente, por lo que se separan manualmente y no llegan a reciclarse.
Motivos para beber agua embotellada
Hay dos motivos por los que algunas personas optan por beber agua embotellada. El principal suele ser el mal sabor. En España, por ejemplo, el agua de las ciudades costeras suele tener un sabor mucho más desagradable. Esto se debe al camino que sigue para llegar a nuestros hogares.
No hay un gran depósito para todo el país. El agua se recoge a nivel local en pantanos y presas, se potabiliza y se clora. Después ya pasa al sistema de tuberías que la lleva a nuestras casas. En lugares costeros en los que hay mucha sequía se puede recurrir al agua de mar, pero habría que añadir un paso previo de desalinización.
embalse
El sabor del agua depende mucho de la zona en la que se encuentren los embalses. Crédito: Ludwig Theodor von Ruhm (Unsplash)
Sea del tipo que sea, en su recorrido hasta los embalses y las tuberías, el agua pasa por un terreno muy diferente en cada lugar. Se impregna de los minerales de la zona. Estos no son peligrosos y no se eliminan en el proceso de potabilización. De hecho, son necesarios, ya que esos minerales son beneficiosos para nuestra salud y a veces es complicado consumirlos por otras vías. Sin embargo, el sabor resultante varía mucho de unos a otros. Por ejemplo, en lugares de España como Cataluña o la Sierra de Guadarrama, en Madrid, predomina el granito, que ayuda a filtrar mejor el agua a su paso.
En cambio, en las zonas costeras del Levante la roca es más calcárea. No es peligrosa, pero da peor sabor. Por eso, en las ciudades costeras, sobre todo las de esta zona, la población prefiere beber agua embotellada.
¿Y si hay un problema del corazón?
A veces, el médico puede pautar a los enfermos del corazón que beban agua embotellada. Pero no cualquiera. Solo la que viene catalogada como agua de mineralización débil. Esto se debe a que no pueden abusar de esos minerales cuyos niveles son mucho mayores en el agua del grifo.
¿Por qué quieres beber agua embotellada?
Hay estudios que señalan que las personas que suelen beber agua embotellada por el mal sabor no serían capaces de reconocerla en una cata a ciegas. Es decir, si beben dos vasos de agua sin saber cuál es del grifo y cuál de botella, no la pueden diferenciar.
beber agua
Muchas personas no son capaces de reconocer el agua embotellada en una cata a ciegas. Crédito: Engin Akyurt (Unsplash)
Haz la prueba. Si tú tampoco la reconoces, quizás estés perdiendo el dinero y consumiendo microplásticos innecesariamente.
FUENTE HYPERTEXTUAL
|