21/09/2025
Mandivula: la sorpresa inicial
Llegamos puntuales, a las 20:30, para descubrir a Mandivula, que abrió la noche sin necesidad de voces ni artificios. Teclados y batería, nada más. Un set instrumental que apostó por la contundencia: sintetizadores y una batería perfectamente microfoneada que sonaba con una claridad envidiable. Fue una sorpresa real; sin expectativas previas, lograron captar la atención y calentar el ambiente con un directo sólido y poderoso.
Buzz Kull: oscuridad, luces y ritmo imparable
El turno de Buzz Kull (Marc Dwyer) llegó con la sala en penumbra y un planteamiento visual mínimo: escenario casi a oscuras, iluminación estroboscópica que marcaba cada golpe, creando un clima tan intenso e incluso incómodo por momentos. La propuesta fue la de siempre: un neo-EBM de pegada directa, sin adornos ni distracciones, pensado para bailar.
Para quienes lo seguimos desde hace años, el recuerdo de su concierto en Meteoro sigue presente, y aunque me perdí el de Freedonia, la esencia se mantiene intacta: un sonido brutal, seco y directo, que funciona en espacios pequeños como Laut. La reacción del público fue clara: buena entrada y bailes desde el primer tema. Una “vuelta al cole” oscura, con las pilas cargadas tras el verano.
Sin rodeos: Buzz Kull cumple y sigue cumpliendo. No hay evolución drástica ni necesidad de ella. La fuerza de su directo está en la constancia, en un repertorio que te «golpea» sin descanso. Barcelona respondió con entrega, y la sensación final fue de haber asistido a una noche donde lo esencial —sonido y energía— estuvo en el lugar correcto.
Todo ello posible gracias a Sturm Promotions, uno de los referentes de la escena con una programación coherente y necesaria para que Barcelona continúe siendo parada obligatoria en las giras internacionales.