01/05/2025
Feliz Día del Trabajador y la Trabajadora.
A ti, que te levantas con sueño, pero con la responsabilidad por delante.
A ti, que haces horas que no te pagan, pero las haces igual.
A ti, que sostienes un país entero sin salir en la foto,
que haces que todo funcione mientras otros se cuelgan las medallas.
Este día no nació de una palmadita en la espalda.
Se creó porque alguien se hartó.
Fue en Chicago, en 1886.
Miles de trabajadores salieron a la calle para exigir algo tan básico como trabajar ocho horas,
y muchos lo pagaron con su vida.
Por eso este día no es un gesto: es memoria. Es lucha. Es dignidad.
No importa si llevas uniforme o vas en pijama delante del ordenador.
Si estás en una oficina, en un campo, en un hospital, en casa o en la calle.
Si lo haces con entrega, con constancia, con agallas…
es trabajo. Y del importante.
Este día es para ti.
Para ti, que aguantas sin quejarte más de lo necesario.
Para ti, que haces malabares con los turnos, la casa, los niños, el cuerpo.
Para ti, que sostienes a los demás incluso cuando tú también estás a punto de caer.
Y también, sí,
para mí.
Porque aunque algunos piensen que esto no es trabajar,
que subir vídeos, investigar, crear contenido, estudiar y reinventarse no cuenta,
yo también madrugo, edito, escribo, comparo, y vuelvo a empezar.
Esto también es trabajo.
Y tú lo estás viendo.
Porque si has llegado hasta aquí, me ves.
Feliz día. A ti, a mí, y a todas las personas que se lo curran cada día…
aunque el sistema aún no lo entienda del todo.
Te quiero. Me quiero. Quiérete.