16/11/2025
Día Internacional del Flamenco: un patrimonio vivo que nos necesita a todos
Hoy, 16 de noviembre, celebramos el Día Internacional del Flamenco, una fecha que trasciende el calendario para recordar quiénes somos, de dónde venimos y cuál es el legado cultural que nos sostiene como pueblo. El flamenco no es solo un arte; es una forma de respirar, de sentir y de contar la vida tal y como la entendieron nuestros mayores: con verdad, con hondura y con belleza.
Desde que la UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el flamenco ha sido reconocido mundialmente como una expresión artística única, irrepetible y profundamente nuestra. Y precisamente por eso, por su raíz y su esencia, merece nuestro respeto, nuestra implicación y nuestro compromiso.
Este año, sin embargo, la celebración llega teñida de una profunda tristeza. Ayer conocimos la noticia del fallecimiento de Antonio Fernández Díaz “Fosforito”, el último gran patriarca del cante antiguo y actual Llave de Oro del Cante. Su marcha deja un vacío inmenso en el mundo flamenco, pero también nos recuerda la importancia de quienes han dedicado su vida a custodiar este arte, a transmitirlo con dignidad y a engrandecerlo desde la autenticidad.
Fosforito fue faro y camino; voz limpia, sabia y necesaria. Su cante, siempre honesto y depurado, seguirá siendo una lección para las nuevas generaciones que buscan en el flamenco un refugio, un modo de expresión o una verdad a la que asirse. Su legado nos llega ahora como una responsabilidad compartida.
En días como hoy, conviene reflexionar sobre el papel que cada uno puede desempeñar para que el flamenco siga vivo. Preservar este arte no es tarea solo de instituciones o artistas; es una labor colectiva. Desde los profesionales de los medios de comunicación hasta los aficionados, desde las escuelas hasta las peñas, todos somos parte activa de esta herencia cultural que debe seguir creciendo y evolucionando sin perder su raíz.
El flamenco necesita espacios donde escucharlo, tiempo para sentirlo y personas dispuestas a defenderlo. Necesita una sociedad que entienda que esta música no es pasado: es presente y, si lo cuidamos, será futuro.
En Radio Tarsus seguiremos apostando por su divulgación, su respeto y su grandeza. Porque el flamenco es memoria, identidad y emoción; porque forma parte de nuestro ADN cultural; y porque, como decía el maestro, “el cante es para quien lo sabe escuchar”.
Hoy celebramos al flamenco. Lo celebramos con orgullo, con reverencia y con la certeza de que sigue siendo uno de los mayores tesoros que nos ha dado nuestra tierra. Y lo hacemos también recordando a Fosforito, cuyo eco seguirá iluminando los caminos del arte jondo.
Que este Día Internacional del Flamenco nos recuerde que todos debemos sumar para que este arte eterno siga latiendo con fuerza en el corazón de nuestro pueblo.
José Manuel Soria Martínez