04/08/2024
Terror que ahonda en los miedos más profundos del ser humano. Además de duelo, reflexión y la presencia constante de la muerte. No es una lectura ligera. Tampoco complicada. Pero sí penetrante a nivel emocional. Este tipo de literatura puede atraer a un público muy diverso. Desde personas insensibles que se alimentan del dolor y el sufrimiento ajenos. Hasta todo lo contrario, personas impresionables, que a pesar de su alta sensibilidad, o tal vez por ella precisamente, sienten una atracción fatal hacia la maldad. Hacia el misterio que entraña la perversidad de algunos seres humanos en contraposición a sus corazones más sensibles.
Esto sorprenderá a algunos. Pero sé que también muchos otros entenderán perfectamente lo que quiero decir. Y es que eso de que los opuestos se atraen, no es un mero dicho, sino algo que he podido verificar en múltiples ocasiones. El mismo Stephen King, calificado por algunos como “el rey del terror”, ha reconocido en diferentes ocasiones que sus escritos son origen de su propia naturaleza sensible, de sus propios miedos y temores más profundos. Incluso creo recordar que así lo afirmó en concreto de esta misma novela. Nacida, por lo visto, de su miedo a que alguno de sus hijos pudieran sufrir un fatal accidente. Algo, que estoy segura, cualquiera que sea padre, podrá comprender. Incluso, quién no lo sea, como yo misma, podemos empatizar de alguna forma con ese temor de no poder proteger totalmente a quienes amamos profundamente.
Cerca de un cementerio de mascotas antiguo, con una historia misteriosa a la vez que tenebrosa, nos encontramos con la historia de Louis. Un médico y padre de familia que empieza de cero en un nuevo pueblo. Un hombre de ciencias que a lo largo de la novela tendrá que enfrentarse con dos tipos de terror. Uno, el mundano. El que todos sabemos que es tan real como indeseable: Accidentes, enfermedades, traumas y sufrimientos varios hasta llegar a la muerte. Y dos, el espiritual o paranormal. El no-cientificista. Aquello que va más allá de lo que podemos creer o imaginar. El que por un lado nos asusta, pero por otro, nos da esperanzas. Promesas de un más allá, que muchas veces, puede ofrecernos un fruto tan deseable en apariencia, como envenenado y putrefacto en esencia.
Recomiendo el libro para todos los amantes de la literatura de Stephen King. También a los que sientan ganas de reflexionar sobre la muerte, la vida, el más allá, e incluso, en la posibilidad de la resurrección y sus consecuencias. En algún punto de la novela, el autor menciona a los zombies de Haití. Sin duda, un guiño directo a quienes inspiraron parte de las reflexiones de alguno de los protagonistas. La advertencia que debo hacer es la siguiente: Si estás pasando por un duelo reciente, o no resuelto, es posible que esta novela te afecte más de lo deseable. Por ello, debe leerse con responsabilidad emocional hacia la situación personal de cada uno.
Exceptuando este último punto, debo decir que me ha gustado mucho leer esta novela. King ha logrado hacerme empatizar con sus personajes. Cada uno con su historia y su personalidad bien definidas. He sufrido, y mucho. Me ha encogido el corazón durante muchos capítulos. Ha logrado engancharme y querer saber más. Sobre todo en la última parte del libro. Debo reconocer que los principios de King se me suelen hacer un poquito cuesta arriba, pero lo que encuentro en la cima, siempre me merece el primer esfuerzo.
Opinión: Sonia López.
Libro: Cementerio de animales.
Autor: Stephen King.
Longitud: 466 páginas.
Edición: Digital.
Idioma: castellano.