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Entre paginas Blog de opinión y entretenimiento sobre temas relacionados con la psicología, la filosofía y el arte

A veces la vida no espera a que salga el sol… y la única manera de sobrevivir es bailar bajo la lluvia. 🌧️💛✨ Dime, ¿eres...
25/09/2025

A veces la vida no espera a que salga el sol… y la única manera de sobrevivir es bailar bajo la lluvia. 🌧️💛

✨ Dime, ¿eres de los que esperan a que pase la tormenta o de los que se atreven a mojarse?

©Entre Páginas

Somos raíces que recuerdan y ramas que sueñan. En la quietud del pensamiento anidan pájaros azules, pequeños fragmentos ...
20/09/2025

Somos raíces que recuerdan y ramas que sueñan.

En la quietud del pensamiento anidan pájaros azules, pequeños fragmentos de libertad que nos invitan a volar aunque estemos hechos de tierra.

La verdadera fuerza no está en resistir el invierno, sino en dejar que en nuestra mente sigan cantando los pájaros de la esperanza.

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Cuando la tormenta nace dentro... genera confusion...La lluvia no siempre moja por fuera.A veces cae dentro, se queda at...
18/09/2025

Cuando la tormenta nace dentro... genera confusion...

La lluvia no siempre moja por fuera.
A veces cae dentro, se queda atrapada en los silencios y pesa más que cualquier tormenta del cielo.

Caminamos con la cabeza baja, como si el suelo pudiera ofrecernos respuestas que el horizonte se niega a dar. Pero en realidad, lo que buscamos no está ni en el cielo ni en la tierra: está en ese rincón oculto del alma donde aprendemos a resistir.

He descubierto que no es la tormenta la que me derrota, sino mi manera de mirarla. Cuando dejo que me hunda, me pierdo. Cuando la acepto, me transforma.

Quizás ese sea el secreto: entender que incluso la lluvia más fría puede ser el agua que despierta una semilla que parecía mu**ta.

Hoy, aunque el cielo se rompa sobre mí, sigo de pie. Porque a veces estar empapado no es hundirse… es empezar a florecer.

¿Qué tormenta interior te ha enseñado más sobre ti misma?...

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El eco de las ruinasDicen que la música no solo se escucha, sino que también despierta lo que estaba dormido.La mujer de...
30/08/2025

El eco de las ruinas

Dicen que la música no solo se escucha, sino que también despierta lo que estaba dormido.

La mujer de rojo lo sabía. Se acercó al muro, donde yacía atrapada la forma de un violonchelo desgarrado, como si hubiese crecido desde la misma piedra.

Allí, en medio de las grietas, un rostro oculto aguardaba.

Era el espíritu del muro, el alma de todas las voces silenciadas. Su cabello de ceniza se agitaba como un grito contenido durante siglos. No era furia, era memoria.

Cada nota que el arco rozaba en el aire no buscaba un sonido audible, sino un temblor invisible.

Y en ese temblor, las rocas se desprendían, el polvo caía y la figura atrapada comenzaba a liberarse.

La música era una llave. Una llave que no abría puertas, sino pasados. Cada vibración arrancaba trozos de olvido y, poco a poco, la mujer petrificada recobraba su forma.

La intérprete sabía que no tocaba para un público, sino para un destino. Y entendió que, a veces, lo que parece destrucción es en realidad la única forma de liberar lo que siempre quiso hablar.

Al final, cuando la última piedra cayó y el rostro emergió por completo, no hubo aplausos ni espectadores.

Solo un silencio sagrado, como si el mundo entero reconociera que había sido testigo de algo que no debía olvidarse jamás.

entrepaginas.es

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26/08/2025

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The Weight of Feeling Too Much...

The hardest part isn’t feeling too much—it’s figuring out what to do with it all.

Some days our hearts feel like they’re bursting with emotions we can’t name, and our minds spin trying to make sense of them. It’s not weakness—it’s being human.

We weren’t built to stay numb. We were built to feel deeply, even when it overwhelms us.

But here’s the truth: learning to sit with those feelings, instead of fighting them, is often where healing begins. Feelings aren’t enemies—they’re signals pointing us toward what matters most.

What’s something you’ve learned to do with emotions that once felt “too much”? Share your thoughts—your answer might help someone else breathe easier today.

©I see you

Entre la superficie y la eternidad...A veces navegamos sobre la calma aparente, creyendo que la superficie lo dice todo....
19/08/2025

Entre la superficie y la eternidad...

A veces navegamos sobre la calma aparente, creyendo que la superficie lo dice todo. Pero debajo, en la hondura invisible, se ocultan universos que no miramos.

El ancla no siempre se aferra a la tierra; a veces se clava en los sueños que dejamos dormir, en las preguntas que tememos responder, en la verdad que evitamos tocar.

Y mientras arriba el tiempo se mide en rutinas, abajo la eternidad se mide en silencios.

Quizá lo esencial no esté en remar más rápido, sino en atrevernos a mirar qué sostiene nuestra barca. Porque no es el mar el que nos sujeta, sino aquello a lo que decidimos atarnos.

©entrepaginas.es

Simplemente sin palabras...
18/08/2025

Simplemente sin palabras...

No necesito decirte nada más...
19/07/2025

No necesito decirte nada más...

Y... "Camina sin mirar atrás "

No todo vínculo se explica.
Algunos simplemente suceden…
como si el alma reconociera algo que el cuerpo aún no entiende.

No se miraban.
No hacía falta.
Ambos sabían que estaban en el mismo lugar:
el uno dentro del otro, sin prisas, sin exigencias.

“No necesito que me completes,” parecía decir ella.
“Solo quiero que caminemos con verdad.”

Y él respondía en silencio.
Desde esa presencia que no invade, pero acompaña.
Desde esa paz que no hace ruido, pero se nota.

Lo que los unía no era perfecto.
Era real.
Tenía grietas, sí…
pero también tenía raíces.

Porque hay amores que no se buscan.
Se encuentran.
Y cuando llegan, no te salvan…
te recuerdan que tú ya sabías cómo sostenerte.

Eran dos ríos que no se mezclaban… pero fluían juntos hacia el mismo mar.

🌾 ¿Cuál ha sido la conexión más silenciosa pero más profunda que has sentido? Déjala aquí en una frase… quizá alguien más la entienda. 💫

©Jose Luis Vaquero | salfueradeti es

Hay un día que no avisa. Solo llega. Y sin rabia, sin drama, simplemente dejas de esperar.No hay portazos, ni llanto.Sol...
11/07/2025

Hay un día que no avisa. Solo llega. Y sin rabia, sin drama, simplemente dejas de esperar.

No hay portazos, ni llanto.
Solo un suspiro que pesa más que cualquier adiós.

Te miras al espejo, y lo entiendes..
quien espera, se pudre por dentro.

Ese día, recoges los pedazos que regalaste y te vas. Sin mirar atrás. Porque por fin entiendes que amar no es quedarse inmóvil.

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Pero los lunes existen?
07/07/2025

Pero los lunes existen?

Hoy es lunes prepárate!!!

🌪️ ¿Quién te dijo que todos los lunes son iguales...?

🌀 Si pensabas que ya habías tenido un mal lunes…
espera a ver cómo arranca este, todo el mundo de vacaciones y tu trabajando!!!.

Seguimos con ésta nueva sección con sabor a sarcasmo,
olor a café recalentado
y una pizca de odio bien justificado.
Firmado por: Nefelibata
para todos los que odiamos los lunes… pero igual seguimos vivos.

Porque no estás solo:
los lunes son ese in****no semanal que nadie pidió.
Caos emocional, dramas existenciales,
y ese sueño acumulado que ni ocho alarmas vencen.

🙃 ¿Te tropezaste con la cama? ¿Lloraste en la ducha?
¿Mandaste un correo sin adjunto y con rencor?

Te entendemos.

Este espacio es para eso.
Para reírnos, para desahogarnos,
y para recordar que sobrevivir un lunes
ya es suficiente logro.

☕ Humor negro,(café) verdades a media voz
y mucho café emocional.

💬 Queremos leerte, gritar contigo
y bostezar en grupo hasta que vuelva el viernes!!!.

📌 Díselo a esa persona que conoces que ya está cansada y son las 8:17 am.

© Nefelibata

"El Faro y la Marea"Las cartas se acumulaban sobre la mesa del comedor, cada una comenzando con las mismas palabras: "No...
06/04/2025

"El Faro y la Marea"

Las cartas se acumulaban sobre la mesa del comedor, cada una comenzando con las mismas palabras: "No me olvides, solo esperé que volvieras".

Mariano las escribía cada noche mientras el reloj de pared marcaba las horas con un tic-tac que le taladraba el cráneo.

Afuera, la ciudad dormía, pero él libraba su batalla particular contra las sombras. "Y mis miedos y la noche se apoderaron de mí", garabateaba en la enésima hoja, sintiendo cómo "la soledad me abraza, fría y sin consuelo", como esas mantas húmedas de los hospitales que nunca calientan del todo.

En el dormitorio, la lámpara seguía encendida del lado de Elena. Su almohada conservaba el hueco de su cabeza, un molde perfecto que Mariano se resistía a alterar.

A veces, al amanecer, creía ver su silueta entre las cortinas. "Y en la oscuridad, tu recuerdo es mi anhelo", susurraba extendiendo la mano hacia nada.

El departamento se había convertido en un museo de ausencias. El armario semivacío donde colgaban tres vestidos que ella no se llevó. El espejo del baño que ya no empañaba su aliento matutino.

"Tu ausencia me pesa, un vacío en mi interior", confesaba a la taza de café que seguía comprando para dos.

Los vecinos decían que estaba perdiendo la cabeza. Que era malsano conservar todo como en aquel octubre cuando ella partió hacia el norte.

Pero Mariano sabía algo que ellos ignoraban: Elena no se había ido por voluntad propia. El autobús que la llevaba a visitar a su madre ahora yacía en un barranco, su destino final marcado con cruces de madera y fotos ajadas por la lluvia.

"Cada minuto sin ti es un tormento sin fin", escribió esa noche con letra temblorosa. La tinta se corría igual que sus lágrimas sobre el papel.

Soñaba con mil regresos imposibles: escuchar su risa al quemar las tostadas, encontrar sus cabellos castaños en el desagüe, incluso discutir por esa manía que tenía de dejar los zapatos en medio del pasillo.

"Sueño con tu regreso, con tu voz y tu calor", porque solo así, "juntos podamos vencer el dolor".

El psicólogo le hablaba de etapas del duelo. Los amigos, de seguir adelante. Pero Mariano había construido su mundo alrededor de un amor que la muerte no sabía romper.

"No me olvides, te lo ruego con fervor", imploraba a las fotos del álbum, "porque sin ti, mi vida se pierde en el error".

En el muelle, donde solían ver atardecer, Mariano encendía una vela los viernes. Las olas le devolvían ecos de su voz: "Eres mi luz en la sombra, mi guía en la tempestad".

Y aunque sabía que ningún milagro la traería de vuelta, seguía esperando. Porque mientras mantuviera viva su memoria, "solo con tu regreso volverá la serenidad".

Y el mar, indiferente, seguía arrastrando sus palabras hacia el horizonte donde alguna vez, quizás, el dolor se convertiría en paz.

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"El Peso de la Intolerancia"Lo vi desde el principio: su mirada se endurecía cuando alguien hablaba con acento distinto,...
30/03/2025

"El Peso de la Intolerancia"

Lo vi desde el principio: su mirada se endurecía cuando alguien hablaba con acento distinto, su sonrisa se congelaba ante costumbres que no entendía.

"Quien no acepta las diferencias, mejor no tenerle en cuenta", me repetía mientras observaba cómo poco a poco su mundo se hacía más pequeño.

Primero fueron los vecinos cuyas fiestas le parecían "demasiado ruidosas". Luego, los compañeros de trabajo cuyos modismos le irritaban.

Al final, hasta la familia dejó de visitarlo; decía que sus sobrinos eran "malcriados" por crecer en otra cultura.

El día que murió, su casa era un museo de prejuicios: calendarios vencidos, fotos sin rostros recortadas, ventanas cerradas para que no entraran "olores extraños".

En el velorio, alguien comentó lo solo que se había quedado. Yo miré el ataúd forrado con la bandera de su equipo (única identidad que aceptó sin cuestionar) y pensé en la ironía: había pasado la vida rechazando diferencias, y al final, la muerte —la gran igualadora— lo recibió exactamente como a todos.

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