20/10/2025
                                            Hoy florecen tus manos en cada hilo.
Estas flores no son mías: son tuyas.
Las tejiste con paciencia, con amor, con esa ternura que solo tú sabías dar.
Y ahora, en este altar de colores, te celebro.
No como ausencia, sino como raíz.
No como recuerdo, sino como presencia viva en mi arte, en mi voz, en mi comunidad.
Cada puntada que doy lleva tu ritmo.
Cada creación que nace lleva tu bendición.
Hoy, en tu segundo cumpleaños de luz, te honro con lo que me enseñaste:
a transformar el hilo en abrazo,
el color en esperanza,
la artesanía en legado.
Gracias por tejerme desde siempre.
Gracias por seguir floreciendo en mí.