13/12/2025
Las estafas en reformas de viviendas se han incrementado a medida que crece la demanda de obras domésticas. Muchos propietarios se encuentran con contratistas que ofrecen precios atractivos pero recurren a prácticas engañosas que generan sobrecostes, retrasos y trabajos de mala calidad. Las modalidades más comunes incluyen presupuestos artificialmente bajos que luego se inflan con supuestos imprevistos, falsos profesionales sin licencia que desaparecen tras recibir un adelanto, exigencias de pagos anticipados excesivos, uso de materiales de baja calidad pese a haber presupuestado productos superiores y contratos ambiguos que dificultan cualquier reclamación.
Para prevenir estos riesgos es esencial verificar la reputación del proveedor, revisar licencias, consultar referencias y solicitar varios presupuestos detallados. Un contrato claro —con alcance, plazos, materiales, garantías y un plan de pagos escalonado— es indispensable para proteger la inversión. También conviene evitar adelantos desproporcionados, exigir facturas y supervisar periódicamente el avance de la obra para detectar desviaciones a tiempo. Estas medidas reducen de forma significativa la probabilidad de fraude y permiten gestionar una reforma con mayor seguridad, transparencia y control.